VATICAN INFORMATION SERVICE - VIS

 

11.07.2008 - AñoXVIII - Num. 132 

 

 

BENEDICTO XVI PARTE MAÑANA RUMBO A AUSTRALIA

 

CIUDAD DEL VATICANO, 11 JUL 2008 (VIS).-Benedicto XVI partirá mañana a las 10,00 del aeropuerto romano de Fiumicino rumbo a Australia, comenzando así su noveno viaje apostólico fuera de Italia.

 

  Tras recorrer 13.269 kilómetros en 15,45 horas de vuelo el Papa aterrizará en el aeropuerto de Darwin (norte de Australia). Allí hará una escala técnica para repostar y continuar hasta Richmond, donde su llegada a la base militar de esta localidad de Nueva Gales del Sur está prevista el domingo 13 de julio a las 15,00 hora de Australia (7,00 de Roma).

 

  Después de recibir en la escalerilla del avión el saludo del primer ministro de Australia, Kevin Rudd, del cardenal George Pell, arzobispo de Sydney, y de otras autoridades civiles y religiosas, Benedicto XVI se trasladará en automóvil a la residencia privada del Kenthurst Study Centre, donde permanecerá hasta el miércoles 16 por la tarde. El Papa transcurrirá esos días en forma privada en este centro de formación de la prelatura del Opus Dei.

 

Comentario:

¿En este “centro del Opus Dei”?

Veamos lo que dice el documento interno “Experiencias de los Consejos Locales” (2005), en su apartado 8, sobre los centros: Espíritu de pobreza y desprendimiento cristiano:

 

1. Gestión económica

Como se recoge en el n. 22 de los Estatutos de la Prelatura, todos los fieles del Opus Dei obtienen, con el ejercicio de su trabajo profesional, lo necesario para cubrir sus gastos personales -y, en el caso de los Supernumerarios, también para mantener a su familia- y para contribuir, en la medida de sus posibilidades, a las necesidades económicas de las labores apostólicas en las que la Prelatura se encarga de la orientación doctrinal y de la atención pastoral.

Por su parte, la Prelatura del Opus Dei no lleva la gestión económica de ningún Centro al que están adscritos fieles del Opus Dei. La Prelatura realiza exclusivamente la actividad económica necesaria para la adecuada sustentación del propio clero, para ayudas de caridad y para el funcionamiento de las sedes de la Comisión y Asesoría Regional y de las Delegaciones dependientes de la Comisión o Asesoría, donde existen. Para atender esas necesidades, la Prelatura recibe donativos, principalmente de algunos fieles y también de otras personas que desean contribuir con esta finalidad.

Todas las otras cantidades que los Numerarios, Agregados y Supernumerarios destinan al desarrollo de las labores apostólicas las donan, por tanto, a las entidades civiles (fundaciones, asociaciones, trusts u otros tipos de instituciones habituales en cada país), que son las propietarias de los edificios y llevan la gestión económica de esas labores.

Este modo de proceder no constituye una ficción jurídica, porque las entidades promotoras no se identifican de hecho ni de derecho con la Prelatura: se trata de personas jurídicas diferentes y sería equivocado confundirlas. Evidentemente, existe una relación que se concreta en los siguientes aspectos:

a) las personas que dirigen esos organismos conocen la voluntad de los donantes: que el dinero se utilice para promover esas actividades apostólicas con el espíritu del Opus Dei;

b)      que estas labores se deben desarrollar siempre según principios cristianos, de acuerdo con las leyes civiles y de modo que tengan continuidad en el tiempo, lo que se asegura también con un planteamiento económico estable. Por eso, los gestores mantienen informados a los Directores de la Prelatura sobre la marcha de esas instituciones. Este intercambio de información no significa que la Prelatura asuma la responsabilidad de los aspectos económicos y técnicos, sino simplemente que los Directores conocen los datos que les permitan cerciorarse de que todo está bien enfocado;

c)         esas entidades civiles tienen interés en que los edificios sean adecuados para el trabajo apostólico que se realiza; y procuran que reflejen, en sus aspectos materiales, el espíritu del Opus Dei.

Desde otra perspectiva, corresponde perfectamente al espíritu secular del Opus Dei que algunos fieles de la Prelatura, como ciudadanos corrientes que se esfuerzan por iluminar todas las actividades humanas con la luz del Evangelio, promuevan -junto con otras personas- entidades civiles, que se propongan facilitar la realización de las actividades apostólicas. Así se fomenta también la libertad, la responsabilidad y la iniciativa personales. Otra consecuencia práctica de esta realidad es que los bienes que se utilizan para esas labores apostólicas no son bienes eclesiásticos, puesto que no pertenecen a la Prelatura ni a ninguna otra institución de derecho eclesiástico.

 

¿Sabrá el Papa que no va a ningún centro de la Prelatura? O entenderá el Papa que lo que pertenece a la Prelatura son bienes eclesiásticos?

 

Un saludo,

Compaq

 

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