Me gustaría hacer un breve comentario sobre mi experiencia personal con respecto a la ayuda que me presta actualmente el Opus Dei en mi vida espiritual, económica y familiar.

Como sabrán algunos de la web, hace año y medio el Padre me animó a irme (llevaba 23 años de numerario). Me fui. Se me preguntó si quería ser cooperador y dije que no. Además, si en la actualidad tuviese hijos, no los llevaría a Fomento, ni a ningún club juvenil.

No penséis cosas raras. No me llegan las “pelas”.

De todas formas y desde entonces siempre que he llamado a un sacerdote numerario y amigo (para confesarme o para pasar la tarde, para hablar de la vida y/o para tomar una cerveza o refrescos varios...), nunca me han puesto ninguna pega. Siempre que quiero, como, cuando, donde y con quien, les llamo y ahí están.

Al mismo tiempo (actualmente tengo un contrato basura con un sueldo basura) el Opus Dei me está ayudando, dándome todos los meses una “aportación” provisional. Yo tuve la iniciativa y dije la cantidad. No me pusieron ninguna pega.

Que nadie piense que yo era piloto, político, deportista de élite... Es decir, que  nadie piense que era una persona que “levantaba” varios “kilos” al mes. Yo era un “humilde” profesor de filosofía de Fomento.

Por otra parte, tengo una hermana numeraría que se empeña en presentarme a una chica supernumeraria de mi edad, para que nos “en-noviezquemos”...; y al mismo tengo otras dos hermanas numerarias (gemelas de 50 años) que piensan... ¡Ni de coña!. Estas son como yo: la vida es muy rica. Mis padres, supernumerarios rondando los 80 años y con 8 hijos, sólo les preocupa una cosa: que luche por estar en gracia de Dios y que sea feliz (¿Alguien puede desear algo mejor?).

Por qué cuento esto. Sin poner en duda que otras experiencias hayan sido negativas, pienso que en esta web faltaba también una experiencia positiva cuando uno deja la Obra, en estos tres temas: espiritual, económico y familiar.

Un beso a todas (especialmente a Cris y a Montse) y un abrazo a todos (especialmente a Toko y a D. Julián).

RAFAS