Para el opus dei no importan las intenciones, no importan los hechos ¿Cómo era aquella máxima de los malos periodistas, “que la verdad no te estropee una buena noticia”?, no importa que sus fieles mejoren o rectifiquen, que cumplan o no lo que predican. Lo importante, lo único es que el nombre de los directores no se manche. Y quien dice los directores dice los miembros conocidos, los descendientes de determinadas familias, los que aportan grandes sumas, los que atraen a muchas personas… y dentro de ellos hay subgrupos, gamas, escalas… siempre se sabe quien en estos casos va a salir perjudicado.

Desgraciadamente no es la primera vez que fieles del opus dei se han ido o los han echado por cosas como estas. No es la primera vez que no importa que se vaya una persona, que se la persiga hasta que dimita o se la eche que lo único que ha pretendido ha sido cumplir con las exigencias de su supuesta vocación y obedecer en lo que le han dicho que debe hacer. Y los que permanecen son los que se equivocan, los que manipulan a los demás y los que se han amoldado al sistema. Es decir, al opus dei no le importa la santidad de sus fieles, entonces ¿qué le importa? ¿Cuáles son los fines del opus dei?

Mirad, yo creo que cuando dejamos el opus dei tenemos muchas dudas sobre si el que se ha equivocado ha sido el sistema, personas concretas o nosotros mismos. En algunos casos excusamos a la institución y pensamos que son equivocaciones personales o incluso que nosotros no hemos dado la talla de exigencia de dicha institución. Opuslibros ha hecho mucho en cada uno de nosotros para darnos cuenta de que tantos y tantos casos no pueden ser casuales, que los que hemos dejado el opus no podemos ser los culpables únicos. Hay una clara forma de actuar y la pregunta del millón de dólares por lo menos para mí en el caso del opus dei es ¿y para qué todo ese mal, para qué todo ese dolor, para qué ese afán de tener tanto dinero y poder?

Personalmente es lo que me falta por averiguar para cerrar todo el tema opus dei a nivel, insisto, personal. Me resulta fácil saber que el motivo no es el que dicen, la santidad, el estar en más países para difundir la fe católica. Tampoco me quedo en el primer impulso que es pensar que se hace por el deseo personal de sus creadores y grandes dirigentes de tener mucho ya que el tipo de vida que llevan, al menos aparentemente, no les permite disfrutar de ello, al menos de forma evidente. La tercera explicación nos llevaría a pensar en la locura colectiva o individual de los que mandan, algo que no descarto, pero que se me queda corto para la magnitud de las cosas que desde hace décadas pasan allí dentro. Si alguien tiene una explicación global, por favor que me la comunique. No puedo prometer el millón de dólares, pero un par de cervecitas…

Estas cosas ocurren en el opus desde su fundación y quizás ahora son más evidentes o más frecuentes. También ocurren con muchos temas no solo con el tema sexual o afectivo. Los grandes males, y grandes inventos del opus dei son la charla, confidencia o dirección espiritual y la corrección fraterna. Con la información que allí se recoge se crean las famas, las reputaciones y el futuro de los fieles. Basta un desliz en cualquier ámbito, repito no solo en el sexual, que se haya referido personalmente a un director o sacerdote (porque en el opus dei el sigilo sacramental se viola) o se haya comentado al mismo por otra persona, para que si interesa a la institución (las gamas, los grupos, familias, escalas...) eso se le tenga en cuenta a esa persona el resto de su vida. Que esa persona, si no deja el opus dei, sea siempre sospechosa y que, vaya a donde vaya dentro del opus dei siempre habrá un director que leerá su informe y se lo recordará. Muy evangélico por cierto, igualito que Cristo y todos los pecadores que se encontró a lo largo de su vida.

En segundo lugar como Marietta e Isa comentaban en sus posteriores correos, tenemos cierta tendencia a quedarnos con la anécdota de carácter sexual. Mirad, a mí me interesa mucho desenmascarar al opus dei y sobre todo que no siga haciendo tanto daño como veo a diario a mi alrededor, y no exagero. Pero más me interesa que nosotros, los que ya hemos dejado el opus dei seamos felices y para eso debemos cambiar el chip opus.

El opus tiene una visión rara de las cosas y aquí no me voy a referir a su moral sexual. Me refiero a su afán de poner etiquetas, de calificar todo. Me explico, siempre ha habido numerarios que se han saltado ese voto/compromiso de castidad. Me acuerdo ahora de un libro de Alberto Moncada que lo refiere perfectamente. Aunque esté novelado esos casos se han dado tanto en varones como mujeres. Yo hace 20 años que conozco numerarios o numerarias con novias/os o con líos ocasionales. Quizás lo que haya cambiado es que cuando había muchos numerarios cuando esto se conocía, el opus los daba a elegir entre la novia y el opus y ahora que escasean, lo que les dice es que sean discretos, que lo importante es que no se entere nadie.

Yo no entro porque no me interesa el porqué de esta situación ni personal de cada uno de ellos ni del opus como institución. Me interesa que nosotros que sabemos por lo que están pasando esas personas sigamos en algunos casos creyendo que es un motivo de escándalo. A ver, es cierto que hay una incongruencia en que un directora se líe o enamore del sacerdote y que ambos sigan en sus puestos y no se vayan de allí a la voz de ya, pero pensemos en sus circunstancias, en lo irreal que es su vida, en la mentira que están viviendo y no nos quedemos en la anécdota y el morbo.

Lo mismo me sirve para la forma que tienen los supernumerarios de vivir su sexualidad. Efectivamente sabemos por amigos supernumerarios que la mayoría de ellos no hacen caso de lo que les dicen en los medios de formación y hacen las cosas como creen en conciencia o como pueden. ¿Es una contradicción que actuando así permanezcan en el opus dei? Sí, por supuesto. Pero todos tenemos contradicciones, ninguno somos perfectos y creo que al menos es un paso, el darse cuenta que las cosas no son como el opus las cuenta y vivirlas como en conciencia se cree. Todo se andará y terminarán fuera.

Esto me sirve también para el respeto a los demás, a su intimidad, a su buen nombre. Como decía Isabel la difamación y la calumnia es delito. El juzgar a las personas sin oírlas,  el ponerlas en la lista de los a favor o en contra, el prejuzgar sus intenciones van en contra de cualquier ética y moral sea cual sea nuestra religión, menos en el opus dei que se hace sin ningún escrúpulo. Por favor, reflexionemos todos y no sigamos con esa forma de actuar tan del opus. Mejor nos equivocamos pensando que todo el mundo tiene buenas intenciones y en el peor de los casos ha hecho algo mal sin querer, que lo contrario. ¿O no somos mas felices y mejores actuando así?

Besos y felicidades a las Carmen.

Sonsoles