Daniel M, espero de todo corazón que nuestro Señor no te tenga de Asesor al momento del juicio final, porque con conocer unos pocos datos de su vida has condenado al infierno a una persona que sólo buscaba desahogarse del gran drama que está viviendo, ya no quiero ni imaginarme las penas del infierno que decretarás para mi, si te toca ver el "videito" de lo que ha sido mi vida.

Resulta Daniel que es un drama enorme perder la fe en la Iglesia (yo lo he vivido). A veces uno solo necesita desahogar lo que lleva dentro, uno ya tiene sus propios fantasmas en la cabeza. Y en lugar de mostrar caridad, y amor, te pones en un plan de Justo Juez que me parece (salvo mejor parecer) que no te corresponde. ¿O ya Jesús renunció a su puesto y te ha dejado a tí en su lugar? No me ha llegado el memo.

¿Ya cambiaron los mandamientos y eso de que "los diez mandamientos se resumen en dos: amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo como a tí mismo" ha quedado derogado?

Danielito, cielo, que no te hace bien andar juzgando intenciones, conciencias y vidas ajenas. Que ese puesto le corresponde a Cristo y a nosotros (a tí y a mi) nos toca ganarnos la misericordia del Señor, siendo misericordiosos. Por lo menos hazte de la vista gorda y déjanos a todos los que sí somos pecadores que encontremos nuestro camino. Que a lo mejor lo que te enseñaron en la clase de catecismo no es todo.

Por Dios, me han dolido tus juicios crueles como si hubieran sido para una hija mía. No me esperaba tanta crueldad en nombre de Dios. De eso a quemar brujas... no hay más que un paso (y una legislación menos maleable). Rezo por tí y por mi (que yo también pensaba como tú).

Si te sirve de algo la experiencia de quien fue como tú y vivía deprimida y ahora ha cambiado y es feliz, te sugiero que aprendas a amar a todos, sin que te importe cómo llevan sus vidas los otros y si cumplen o no lo que tú crees que se debe cumplir. Limítate a cumplir tú tu parte, que con que tú seas santo ya nos ayudas a los pecadores.  

Recuerda que es el AMOR y no la Justicia lo que prima en el corazón de nuestro Creador. Que cuando llegue el juicio, llegará para todos: hasta para tí. Y ya sabes que dice nuestro Santo Juez (que es a la vez nuestro Abba) que con la vara que medimos seremos medidos. Yo por eso me ando con cuidado, no sea que esa varita mía sirva para darme un par de golpes bien dados en la cabezota. Un abrazo Daniel.

Para los demás: parece que el tema no tiene que ver con el opus dei, sin embargo es en esa institución en donde se enseña quién se salva y quién no. Es allí en donde se aprende a decir con el fariseo "gracias Señor porque yo no soy como ese publicano pecador". Es "San" Josemaría el que enseña a sus "hijos" que con cumplir"le" el plan de vida ya tienen la salvación asegurada. Es allí donde se aprende que el cumplir una rutina y obedecer un listado de normas es más importante que el amor. Y eso deforma las conciencias y deja una huella imborrable.

Saludos a todos.

Emevé