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 Correos: Un martes peruano.- Artesano

100. Aspectos sociológicos
artesano :

 Hace unos meses, en mi afán de conseguir dinero para sostener a mi numerosa familia, me encontraba trabajando de ayudante de una cafetería. Trabajo, que por cierto, incluía una serie de tareas no previstas ni pactadas en el contrato verbal y absolutamente vertical con la dueña. Y que durò el tiempo que la dignidad y la paciencia lo permitieron.

 

Para quienes no conocen el Perù, ser ayudante de cafeterìa , despues de haber realizado estudios universitarios,  y trabajado en algunas empresas en Lima, gracias a mi condición de numerario, resulta ser una experiencia surrealista y hasta comprometedora.

 

La vida me ha ido mostrando el lado irónico de mi experiencia vivida en el opus dei. Ironía que algunas veces se convierte en tragicomedia y otras  me arrincona en las cuerdas estresantes de la desesperación.  En mi caso mi condición de ex numerario no facilita mi desarrollo profesional, por razones que no trataré de explicar ahora.

 

El breve tiempo laboral que hice de mozo, ayudante de cocina, y limpieza, por no decir de vigilante y “asesor de imagen” , me hizo ver nuevamente rostros que ya casi había olvidado. Me encontré con muchos apellidos y caretas  de la alta sociedad local. He visto curas numerarios, “supernumerarios serios” con sus esposas formales y sin maquillaje, profesores y alumnos de la universidad de Piura , señores respetables con sus “amantes” guapas y maquilladas. Chicas de San Rafael con sus “amigas” numerarias y uno que otro mendigo feliz, que sonríe su escasez y derrocha la abundancia de una vida sin compromisos...



Era un martes , recuerdo, y era el último día de mi trabajo en ese lugar. Los cocineros ya habían pactado conmigo unas cervecitas de despedida y las chicas de la limpieza hacían una bolsa común de salchichas y papas fritas, para llevarles a mis hijos esa noche y que prometían una lonchera potente para el dìa miércoles. Si bien no me llevaba de maravillas con la dueña, tengo que reconocer que el personal ya me había tomado cariño. Y en esas estaba, planificando las “cervecitas” y agradeciendo la “bolsa común”, cuando me llamaron para atender a un grupo de personas en una mesa. Tengo que aclarar que cuando se trataba de alguien mas o menos importante para el negocio era yo el encargado, porque del grupo de mozos, era el que más paciencia tenía con los clientes “especiales” lease: altaneros, de tez blanca, supuestamente con mucho dinero, y por último porque suelo “caer bien” y ellos a mi, aunque me ignoraban por mi condición coyuntural de mozo.

 

La gente de la mesa era gente “conocida”: el actual ministro de la producción, numerario; un secuestrador,  la madre y la hermana del secuestrador. Sì leyeron bien:  un secuestrador, un tipo que hace algunos años no tenía dinero y no tuvo otra idea mejor que secuestrar a su psiquiatra y pedir un rescate. La policía lo capturó a él y a sus cómplices y a pesar de que pidieron la cadena perpetua para este piurano de “buenísima familia”, se libró de la condena. Ya se imaginarànn quièn manipuló el poder judicial para “salvar”  al secuestrador: pues si:  su amigo el hoy ministro, en ese entonces congresista de la república, muy cercano  al presidente Fujimori .

 

Eran los años 90, El Perù se hundìa en una miasma de corrupción y violencia. Tres congresistas eran del Opus Dei y amigos de Fujimori, La Iglesia Peruana tenìa 8 obispos del opus dei y El Cardenal numerario, era amigo personal de la familia presidencial.

 

Las empresas de los amigos del opus, hacìan lo que querìan en el paìs, se fortalecìan económicamente y muchas de ellas contribuyeron a impulsar algunas obras corporativas, casi todas en Lima y en el terreno de la Educación, para ricos por supuesto. Todo valìa, porque en el Perù los años 90 fueron los años dorados del Opus Dei en el poder polìtico. Millones de ciudadanos no veìamos una salida a la corrupción y a la violencia, muchos escolares no asistieron a clases por falta de nutriciòn y vestido, sin embargo desde el Ministerio de Educación una numeraria, cobrando sueldos exorbitantes, diseñaba el Plan de Estudios Nacional, con la asesorìa de FOMENTO,  absolutamente irreal para un paìs enfermo y sufrido. Fue la època en la que tuve experiencias laborales en educación ganado 470 soles mensuales, algo asì como 120 euros, porque era director de un colegio. Pienso que fue la  experiencia màs rica que he vivido, porque  habìa que ser director, maestro y hasta padre de niños que se dormìan por desnutrición en las aulas. Fueron las èpocas en las que conversaba con los padres de los alumnos de sobrevivencia,  de esperanzas, de hombrìa para no abandonar a la familia, de no caer en la depresion  y en la enfermedad social de la delincuencia, injustificada por cierto, pero algunas veces comprendida. Fueron èpocas en las que ese congresista que pactò con la mafia gubernamental cobraba mensualmente 60,000 soles (15,000 euros aprox)  y en las noches rezaba las preces y besaba el suelo mientras muchas familias peruanas se dormìan de hambre y de rabia.

 

Ese martes en la noche, no lo olvidarè porque le mirè fijamente al “ministro numerario” del opus dei , aquel que en una època fue mi “hermano” en la calle Santo Toribio en Miraflores ,a pocas cuadras de Camino Real,  y le dije :  ¿no me recuerdas? Me mirò desconcertado y antes que contestara algo, le dije: “yo tampoco”. Me fui a despedir de mis amigos los cocineros, las chicas de la limpieza, la señora que me dio el trabajo por 20 dìas. Recibì con mucha emoción la “bolsa comùn” que contenìa papas fritas, y trozos de salchichas de ternera. Venancio el cocinero mayor me dio un abrazo y me dijo: “Ingeniero las cervecitas mejor las lleva para su casa”,  y me entregó una caja pequeña ; después descubriría, en el camino,  que eran latas de leche para mis hijos.

 

Era un martes del 2007, no conocía opuslibros,  ni vuela libre, ni carmencharo, ni colibrí, ni agustina, ni nada… Hacia las 12 de la noche de un martes tragicòmico, reíamos mi mujer y yo , mientras la Niña Pastori nos decìa con su voz gitana “cuando nadie me ve”. Las papas fritas estaban deliciosas y lejos, muy distante de nuestras vidas un secuestrador de familia “bien” y un numerario con poder polìtico , hablaban de su amor al Perù y posiblemente de sus futuros “planes apostòlicos”.




Publicado el Monday, 24 September 2007



 
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