Querida Isabel,

Lamento que mi escrito no te haya gustado. Pensé que el sentido del mismo resultaba claro y que se entiende que mi posición es en contra de los informes de conciencia. 

Pero ya que no se ha entendido bien, quisiera poder aclarar mi posición::

Cuando digo que me tocó escribir algun informe y no muchos, no es para justificarme, sino para dejar aclarado que mi experiencia en el tema no fue muy extensa.

En la primera parte de mi escrito parece que estuviera de acuerdo con la práctica, pero es simplemente que algunas veces es bueno repasar las razones a favor de algo, aunque uno finalmente no esté de acuerdo. Los tomistas solían hacer esto, es cansador pero algunas veces ayuda.

Dicho esto, el sentido de mi escrito era:

Por un lado decir que la deformación que lleva a alguien a escribir sobre otro sin cuestionarse, es tan grave como la que el mismo interesado puede tener, de aceptar que se escriba sobre él sin cuestionar. Puede ser que tu no supieras de los informes, pero creo que eres una excepción. La obra no hace un secreto de que lleva informes secretos. Todo lo contrario, busca la complicidad de todos, de los que escriben y de aquellos sobre los que se escribe. Para ejemplificar esto cito mi propio caso.

En segundo lugar quise decir que si hubiera alguna duda sobre si es bueno o malo escribir informes de conciencia (está claro que tu no la tienes), el solo hecho de que pueda afectar de modo adverso, arbitrario y catastrófico la vida de las personas lo convierte en algo que debe ser evitado, es decir, en algo malo. Tambien mi propio caso sirve de ejemplo de esto. 

Eso es todo, Isabel, solo un punto de vista más sobre un tema ya comentado. Te envío un gran abrazo.

Paz a todos.

Otaluto.