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 Correos: Sobre Enrique Rojas.- Isabel Caballero

105. Psiquiatría: problemas y praxis
Isabel Caballero :

Sujeto que se identifica como “Catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid“ - sin serlo, ni haberlo sido nunca -.

 

Definición: Si tuviera que definir la personalidad de Enrique Rojas Montes, la definiría como “hilderiana”. Aunque creo que esta figura clínica, no existe, la clasificación DSM-IV debería crearla, para incluir en ella a los individuos que, sobre un fondo tremendamente narcisista – siendo conscientes de lo que pretenden conseguir, maquinan y premeditan -, son cínicos, hipócritas, manipuladores, embusteros y sin ningún tipo de escrúpulos. No dudan en destruir, quitar de en medio y/o aniquilar, a cualquiera que se les resista. Creen que su voz debe ser la última y la única válida y a quien /es se les ocurra sospechar sobre la veracidad de los atributos y cualidades que a sí mismo se otorgan y/o muestren su desacuerdo, deciden callarlos.  

 

He leído ahora el comentario de Andrés del 19.3.07 sobre Enrique Rojas, más o menos dice : ¿Cómo es posible que un personaje tan público y publicitado, se identifique como “Catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid”, si no es cierto?...



a) Pues… supongo que por enchufes y/o conexiones (de él y/o sus más allegados). Porque existe el tráfico de influencias en este país, los que deberían denunciar no denuncian y además en muchos casos, parece que permitan y ayuden - aunque posiblemente el tráfico de influencias, sea un delito tipificado -.

 

b) Quizás también porque como decís, es supernumerario del Opus Dei. Parece obvio que muchos miembros del Opus deben conocer esta situación (Enrique Rojas Montes, no es, ni ha sido nunca “Catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid”, a pesar de que se identifica como tal), pero, la ética y moral que predican es - por lo que os he leído -, para que la apliquen los demás y no para ser aplicada dentro de la “Obra”.

 

c) Y también quizás porque Enrique Rojas lleva montando y desarrollando su estrategia con premeditación y alevosía – la mente de un psiquiatra está muy por encima de enfermos, personas de “a pié” e incluso periodistas - desde hace tantos años, que parece increíble que sea incierto que es “Catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid”. Fácilmente se piensa que, de no serlo, en España, no se le permitiría (nada más lejos de la realidad, a título de ejemplo, el Ilustre Colegio de Médicos de Madrid – ICOMEN -, hace la vista gorda).

 

De esta forma tan absurda y tan ajena a Derecho, Enrique Rojas ha ido creciendo y creciendo…  Últimamente ya se identifica como “Catedrático de Psiquiatría y Psicología Médica de la Universidad Complutense de Madrid…”. Y eso, son dos cátedras. Dentro del mismo departamento, existe una cátedra de Psiquiatría y otra de Psicología Médica, ocupadas ambas, por personas diferentes – ninguna de ellas se llama “Enrique Rojas”-.

 

Hace unos días, el pasado 28 de diciembre de 2007 - y no fue una inocentada -, en el programa “Saber Vivir” de TVE 1, apareció Enrique Rojas para hablar sobre “la felicidad” (supongo que será la de él, con el pastón que saca engañando a sus pacientes y lectores y, con varios otros chanchullos y no la felicidad de aquellos a los que al estilo hilderiano, interviene en sus vidas e intenta quitarlos de en medio).

 

Es decir, TVE, que recibe fondos públicos – presumiblemente, por desconocimiento - promociona a un individuo que lleva más de 20 años identificándose como “Catedrático de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid”, sin serlo, ni haberlo sido nunca – según documento de la misma universidad y que tengo en mi poder, expedido por D. Tomás Ortiz Alonso en 2004 – Jefe del Dpto. y Catedrático de Psicología Médica -.

 

Habría que preguntar a D. Manuel Torre Iglesias – me parece que amiguísimo de Enrique Rojas -¿cuánto se le ha pagado de nuestro dinero?. Supongo que D. Manuel Torre Iglesias, ha propuesto y/o recomendado a Rojas para que intervenga en el programa – me cuesta creer que Rojas haya sido contratado sin su consentimiento -, pero del dinerito privado del Sr. Torre Iglesias, no creo que se le haya pagado ni un duro.

 

Aunque en este caso concreto, el dinero que haya salido de nuestros bolsillos para pagar a Enrique Rojas, no tiene ninguna importancia, si comparamos con el engaño ocasionado y sus posibles consecuencias, ya que además del público que asiste al plató (3ª edad o rondando), el programa tiene – según D. Manuel Torre Iglesias -, mucha audiencia. Siempre habla de “nuestros mayores”, “3ª edad” “mujeres que no trabajan fuera de casa” (es a las 10 de la mañana) y seguramente también lo verán personas con depresión que están de baja laboral. Esta franja de población – más fácil de engañar que al resto y con menos capacidad para contrastar opiniones -, se les presenta Enrique Rojas como si fuera… un buen profesional. Es indiferente que lo hayan presentado o no, en el programa – no lo he visto -, como “Catedrático de Psiquiatría de la UCM”, porque lo van a identificar con ésta universidad debido al engaño tan difundido que existe.

 

Y muy probablemente dentro de esta audiencia, Enrique Rojas va a encontrar un filón tanto para vender sus libros, como para acudir a su consulta.

 

Además de, con la ley de dependencia y subida de pensiones ¿podemos proteger a nuestros mayores y enfermos, de psiquiatras que engañan, que ya están condenados por la justicia y además, tienen algún procedimiento penal abierto? Parece demencial que encima, subvencionemos a un psiquiatra que miente, con nuestros impuestos.

 

No sé que cómo, pero ocurre! Un individuo que engaña desde hace más de 20 años, tiene abierto chiringuito en C/ Serrano, 100 de Madrid y parece tener impunidad permanente. Eso de que, estamos en un Estado de Derecho, para mí, es una mera hipótesis - que no es cierta, hasta que me demuestren lo contrario -.

 

Aunque Enrique Rojas actualmente tiene un procedimiento penal en curso – el mío -, los hechos han ocurrido hace más de 10 años y aún no se le ha juzgado. No sé si tengo que sucumbir para que se le juzgue o, se espera a que sucumba para no juzgarlo. Y mientras, van quedando víctimas por el camino – posiblemente mucho más inteligentes que yo -, que no se atreven a denunciar por miedo y/o porque se sienten David ante Goliat.

 

Llevo diez años luchando y averiguando. Si me lo permitís, me gustaría exponer en estas págs., las averiguaciones que sobre Enrique Rojas, he hecho. Todas distan mucho de lo que cuenta Rojas de sí mismo en las contraportadas, solapas y/o primeras págs. de sus libros y también en los artículos que sobre él se publican. Una buena parte – que por cierto están sin firmar -, están escritos por él mismo en 3ª persona.

 

Creo que en una ocasión os dije que no era, ni había sido nunca, del Opus Dei. Tampoco he sido paciente de Enrique Rojas. Mi exmarido acudía a su consulta – ahora no sé si a tratarse o a trazar un plan - y Rojas se atribuyó derechos sobre mí. Evidentemente no me conocía - estaba seguro de que su plan no fallaría y no se molestó en conocerme -. Tampoco pensó en una sensatez obvia… No se pueden  tocar los cachorros de una loba – por muy malherida que esté, luchará hasta la muerte -. Creo que si Enrique Rojas me hubiese conocido, este viaje, no lo hubiera emprendido.

 

Isabel Caballero (Madrid, España)




Publicado el Friday, 04 January 2008



 
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