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 Tus escritos: Un Escrito para quien pueda entender.- Emevé

010. Testimonios
emeve :

Un Escrito para quien pueda entender

Emevé, Lima 25.01.2008

 

 

 

Pasaje de un libro no escrito por nadie:

“Un hombre descendía de Jerusalem a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Y aconteció, que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, se pasó de un lado. Y asimismo un Levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, se pasó de un lado. Mas un Samaritano que transitaba, viniendo cerca de él, y viéndole, le dijo con voz compungida: “chico, lo que te pasa es que no les tienes un mínimo de buena voluntad a los ladrones, seguramente no fuiste generoso con ellos y les escondías algo y por eso te dieron la paliza, no te preocupes, en diez años las heridas serán un recuerdo”. Y diciendo esto, siguió de largo”.

Podría tener mil autores el pasaje este, pero digamos que se lo cedemos a la amiga de todos, la chica más popular de esta web, Morgana.

Yo pensaba pasar desapercibida, ese “que sólo Jesús se luzca”que a me veces se me pega, pero Daniela me delató contando mis sugerencias de nombres posibles (merde Daniela, ya hablaremos tú y yo). Debo aclarar que yo tampoco me acuerdo de todas ni de sus gracias, sólo pensé en S.M. porque la vi hace pocos días por un parque cerca de mi casa (en un distrito de esos que les gusta a los pobres del opus: cerca del mar, lleno de parques y sin pobres alrededor) y al pensar en Morgana = femme fatale, pues no sé, vi “la luz”.

El asunto más que de nombres se trata de una cosa en concreto: la caridad. Una vez, cuando era yo más inocente, le escribí una carta a Morgana preguntándole sobre la caridad en el opus y me respondió con una idea que debería patentar, me dijo que en mi caso (específicamente dijo 1997) ya habían pasado diez años y ya estaba caducado. Esa fue la única respuesta que se dignó darme la “señorita”. Nada más...



Entonces, yo seguía pensando en pobrecita, Morgana es una ciega que no quiere ver  y que Dios la ayude y le perdone su sectarismo contra viento y marea. Y la señorita sigue escribiendo y le responden y ella sigue eludiendo todo comentario y cerrando toda posible puerta a la razón, a SU razón, porque muchos de nosotros (como bien dice Nometorres) sí sabemos de lo que hablamos.

El asunto me parecía no merecer comentario alguno, les dije que no insistan, que es caso perdido, pero hay gente más buena que yo (es que yo no tengo paciencia) y siguieron los  intentos de diálogo y toreos de Morgana. Hasta que la señorita descubrió a Daniela y la confrontó directamente y Daniela respondió, ya se sabe… “echándome” (como decimos aquí).

Le dice Morgana: “Daniela, tu paso por la Obra no fue muy feliz, pero con el genio que tienes y la calidad en cuanto persona que eres, quizás hubieses sido un pilar firme para realizar desde dentro los cambios que la Obra necesita”. Y eso lo ha dicho después de leer los escritos de Daniela y yo siento ganas de jalarme de los pelos (de los de la cabeza, que tampoco una es fakir).

Después de leer que de pilar la chica no tenía ni sombra, que la tenían más bien como escombros. ¿De qué posible pilar estamos hablando? ¿Estás diciendo que si en Fantasilandia el opus fuera una institución buena, sana, sobrenatural y con firme deseo de poner a Cristo en la cumbre de todas las actividades humanas debieron contar con Daniela como pilar fundamental? Si señora, debieron. Porque no he conocido a nadie más brillante que ella, más decidido que ella ni más franco que ella. Es estupenda y cualquier institución sana la valoraría como la valoran ahora (por ejemplo) en donde trabaja.

Pero en el opus la maltrataron. Se pusieron como meta apagarla. Trataron de destruirla e incluso (estando dentro ella) ya la calumniaban. Y eso como una muestra de que el opus no tiene nada de sano. No tiene sentido querer apagar una estrella y eso fue lo que ellos (¿ellas?) hicieron o quisieron hacer con Daniela. Y no lo digo porque me lo contaron.

No acaba allí la cosa que me escandaliza. Dice Morgana a Daniela “Lamentablemente descuidamos a una vocación joven y quien sabe seguimos descuidando a otras tantas, jóvenes o menos jóvenes”. ¿¿Vocación?? ¿De qué vocación estamos hablando? La vocación de Daniela fue inventada en un consejo local, y yo fui una de las que recibió la orden de “hacer pitar a Daniela” cuando ella estaba en el colegio y en eso estaba.

Ocurrieron cosas que no vienen a cuento que hicieron que ella (Daniela) y yo nos peleemos. Yo no quería ni verla y dije (así de claro): “Si ella pita yo me voy” y dicho esto puse mi “cargo” a disposición ante mi Directora, y la de Asesoría. Y se me dijo en muchos tonos y por muchas bocas que Daniela no pitaría jamás porque ella no tenía vocación, había sido un error. Eso se me dijo por mucho tiempo.

Calmadas las aguas y vuelta la paz entre nosotras, y unificada la labor (ya no era colegiala sino universitaria) Daniela empezó a frecuentar mi centro. Creo que era amiga de la chica más Maja del planeta (C.M) y ya se sabe que esta niña es certera, donde pone el ojo pone la bala y Daniela pitó. Y yo me alegré enormemente. Estaba tan sorbida en el seso que me olvidé que Daniela poco tiempo atrás no pitaría nunca porque no tenía vocación.

La vida siguió dando vueltas y yo me fui y Daniela siguió allí. Fui testigo externo del poco (nulo) amor que le tenía quien debería amarla más (su Directora) y a veces, cuando pensaba en ella, rezaba pidiéndole a Dios que la libre de ese sitio.

Vuelvo a preguntar, ¿de qué vocación me hablas? ¿De esa que cara a mi no tenía y cara a ella era más grande que una catedral? ¿Eso es lo que no supieron cuidar? ¿Una llamada inventada en un consejo local de un centro de San Rafael que quedaba cerca del río Piura (y cuya piscina se llevó el río … qué pena).

¿De qué problema de malas directoras hablas? ¿Hablas del consejo local que tuvimos ella y yo y que la mayor – sí, la de un apellido tan corto como “yo”- sigue siendo tan directora como siempre y la otra, la guapa, la Pocahontas, se fue a Roma y ahora sigue siendo profesora de otras niñas como Daniela lo fue? (ahora la delato yo, todo me hace suponer que a ella se refiere Dani cuando habla de una profesora de colegio y que PP –la gritona- es su tocaya).

Hablemos de PP de quien habla Daniela. Yo sé de quien habla porque sé quién era la sub-directora de Altozano (ups, un nombre propio) y la conozco. Y digo que la conozco porque coincidimos varias veces en los múltiples semestres que hice en Lima cuando en Piura no había centro de estudios. Era una chica dulce, de voz bajita a quien sólo se le sentía cuando se reía. Las palomillas éramos otras, A.B, la propia C.M, quizá A.GV y P.F., pero P.P. era de esas calladitas de las que una se olvida si no fuera porque su apellido iba en singular y no en plural como casi todos los que yo conocía (digamos que el apellido común era Mesas, pues esta chica apellidaba Mesa, así en singular ..).

Y cuando Daniela dice eso que dice de ella, yo me digo “¿qué le pasó?” Es fácil de suponer, le pasó lo mismo que a aquella C.A. que dejó novio en el altar por amor a Dios y que ahora al verla una – efectivamente- piensa en Dios, pero para decir cosas como “Dios mío qué mujer tan malvada” o “Dios mío dame paciencia” o “Dios mío líbrame de ella”. A ambas y a tantas, les pasó el opus dei.

Volvamos a la caridad. Dice Morgana que conoce a Daniela. Digamos, no pasaba nada si se hubiera referido sólo a su calidad intelectual y personal, no podría yo dudarlo, toda la región sabría de ella porque es brillante. Pero para hablar de su “genio” hay que haberla tratado. Es decir, Morgana ha tratado a Daniela (¿la ha tratado o ha oído hablar del “genio” de Daniela y por ende ha oído comentarios sobre lo poco fiel al “buen espíritu” que era esta chica?). Para haber tratado a Dani hay que haber vivido en su misma ciudad. Ciudad en la que yo también viví.

Entonces, en la misma ciudad de Daniela, con algunos años de diferencia, el mismo consejo local comete dos enormes faltas a la caridad. ¿Y Morgana sólo puede lamentarse y decir que deberían cuidar mejor a las vocaciones jóvenes “ojo” con eso? ¿Qué quiere decir ese ojo? “Ojo directoras peruanas del opus que leen esta web, dense por enteradas”?

¿Acaso no es eso la confirmación de que dentro del opus no hay posibilidad de hacer una crítica o a una advertencia y Morgana en lugar de usar el cauce adecuado (el que debería estar previsto internamente) prefiere advertirles mediante la web? ¿Acaso eso no es la confirmación de que no han pensando en ninguna manera de solucionar o evitar que esas faltas se sigan cometiendo?

¿Hay alguna garantía de que podamos evitar que esas faltas a la caridad se sigan cometiendo? No, si la propia “fiel” del opus dice “quien sabe seguimos descuidando a otras tantas, jóvenes o menos jóvenes”. ¿Perdón????, si alguien del opus no sabe, ni ha puesto los medios posibles para evitar que eso siga pasando. ¿De qué estamos hablando? ¿De qué amor a Dios y de qué caridad hablamos si la señorita dialogante se sienta en su poltrona a decir “ay seguro que hay más gente que le puedo hacer, sigo besando el piso, rezando las preces y pax”?

Y esto nos lleva a unas preguntas retóricas. Un sitio en donde se cometen faltas graves a la caridad y en donde esas faltas están permitidas por el sistema que ni siquiera trata de corregirlas y algunas veces las fomenta, ¿puede llamarse un sitio de Dios? ¿Seré yo santa si le soy fiel a esa institución? ¿No es posible que Dios quiera otra cosa? ¿Es más importante la persona o la institución?

Y por último si yo soy testigo de estas faltas a la caridad, ¿qué es lo más fiel y leal a Dios?: decirle a Nometorres que no tiene ni dos dedos de frente o poner manos a la obra y HACER ALGO para que nadie más sufra lo que Emevé y Daniela sufrieron. ¿A quién le debo mis lealtades? Si Dios habla a través de las circunstancias y mis circunstancias me ponen en primer plano de enterarme dos casos de sufrimientos en mi país… y mucha más gente de otros países me explican con paciencia y sin ella muchas cosas que yo niego más allá de la razón, ¿no será que Dios me quiere decir algo?

Claro, las preguntas son retóricas y la posible respuesta será como todas: circunstancial, victimista, evitando el fondo del asunto y llena de “engaña muchachos”. Y una, yo, se dirá “pero para qué pierdo mi tiempo hablándole a la pared”. Hasta que alguien me diga “leí lo que le pusiste y me hiciste pensar”. Y a una le vuelve el alma al cuerpo y dice “ah… todavía se piensa”.

Saludos a todos

Emevé.

P.D: Me releo y veo que se me nota un poco indignada, es la reacción que provoca en mí la hipocresía disfrazada de “comprensión”. Ya aprenderé a disimular, por ahora, en asuntos tan graves como el daño que se le pueda hacer a gente inocente, prefiero pasar por amargada que por muda.




Publicado el Friday, 25 January 2008



 
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