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 Tus escritos: San Serenin del Monte.- José Antonio.

060. Libertad, coacción, control
Jose_Antonio :

He pedido tres ejemplares de “La recomposición de la crisma”, no sólo por divertirme releyendo a Satur sino también por ver la foto del autor que lleva la segunda edición de ese libro, y por regalar la frescura de sus escritos a algún alma necesitada.

La recomposición de mi crisma comenzó hace unos 28 años con la firme decisión de mantenerme lejos de la opus y, en la medida de lo posible, empezar otra vida, lo que era fácil porque sólo tenía 22 años, así que dejé la Medicina que cursaba en cierta ciudad a la que me había mandado el opus para hacer el Centro de Estudios, y volvi a mi ciudad de origen a empezar la carrera de Derecho...



Cursando primero de Derecho conocí a un muchacho con el que inicié una relación de amistad que todavía mantengo. Llamémosle Pencho para preservar su identidad. Según fuimos conociéndonos, Pencho sospechó que yo había sido del opus, principalmente porque le parecía raro que cambiase de una Universidad a otra, y luego volviera a la de origen para estudiar otra carrera, y, como él sólo había visto éstos trasiegos universitarios en gente del opus, me planteó el tema en una conversación –algo incómoda para mí- en la que tuve que reconocer mi secreto –que había sido del opus- y contarle resumidamente mi historia.

Entonces Pencho me dijo que él también había sido numerario, creo que incluso formalmente todavía lo era (hasta el siguiente 19 de Marzo, en que no renovaría su compromiso), y que se encontraba algo confuso respecto a su futuro, pues no tenía claro si continuar con la carrera de Derecho o pedir plaza en el seminario diocesano.

Pencho estaba muy atormentado por las cosas terribles que le habían dicho en el opus que le ocurrirían si se iba. Se ve que cuando empezó a decir en su Club de bachilleres que no tenía claro que lo suyo fuera ser numerario de la opus, le suministraron las amenazas reglamentarias del conocido rejalgar.

Para Pencho ser sacerdote diocesano era algo atrayente, mientras que ser numerario era algo que le agobiaba... pero el opus no quería soltar su presa... ni siquiera en beneficio de la Iglesia... y le dijeron que no, que la Voluntad de Dios era que fuera numerario... así que Pencho obedeció a regañadientes y siguió en el opus algún tiempo.

Pero llegó un momento en que Pencho ya no iba por su club,  así que lo derivaron para su atención espiritual a una parroquia en la que había un sacerdote agregado al que llamaremos don Listo para preservar su identidad. 

Don Listo fue el encargado de intentar reconducir a Pencho al redil del opus, pero poco a poco Pencho maduró su idea de irse del opus y un día –siendo aún menor de edad- le dijo a don Listo que definitivamente se iba, que quería tener trato con Dios pero de otra manera, que el opus le resultaba agobiante, que contemplaba incluso la posibilidad de meterse al seminario y ordenarse sacerdote, pero que del opus no quería saber nada…, aunque sí le gustaría mantener la relación con don Listo, como confesor y como director espiritual.

Entonces don Listo le dijo: “No, no, no, Pencho… si te vas, te vas, y San Serenín del Monte”, o sea que no cuentes conmigo para nada… y que sepas que, “si te vas, ya nunca podrás decirle al Señor que lo quieres”… acuérdate de esto cuando vayas a comulgar...”

Yo no conocía a don Listo hasta que Pencho me contó ésta historia, luego con el paso de los años lo he ido viendo de vez en cuando en la prensa local con motivo de su acceso a diversos cargos diocesanos. Hace unos días lo ví casualmente en una misa e inevitablemente me vino a la cabeza lo que me contó Pencho hace tantos años.

Don Listo durante la misa habló bastante bien e hizo algún comentario cariñoso sobre “la parroquia”, lo cual me ha resultó chocante, quizá porque todavía me quedan prejuicios antiparroquiales aprendidos en mi época de numerario.

Mientras le escuchaba pensé: “Éste cura que da tan buena imagen de sacerdote diocesano es el mismo que invocaba a San Serenín del Monte cuando Pencho le dijo que se iba del opus… Seguro que habrá hecho muchas cosas buenas en éstos 28 años, pero que mal se portó con Pencho... y qué desleal fue con la Iglesia...

Hoy don Listo tiene cargos de importancia en la diócesis.

Espero que haya madurado como sacerdote y que no siga anteponiendo los intereses del opus a los intereses de la Iglesia, porque estas cosas son motivo de escándalo.

La noticia de que la Iglesia va a investigar al opus me ha dado mucha alegría. Por algo se empieza y, aunque no es mucho, es el primer paso. Pero hay tanto que enmendar en la opus que –en mi opinión- sería necesario que el Papa nombrase directamente un Prelado de su confianza y le diera instrucciones escritas de todo lo que hay que modificar.

Saludos cordiales.

José Antonio.




Publicado el Monday, 28 January 2008



 
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