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 Tus escritos: 19 de marzo: lo que queda del Opus Dei en mí 20 años después.- Sonsoles

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sonsoles :

19 DE MARZO: LO QUE QUEDA DEL OPUS DEI EN MÍ, 20 AÑOS DESPUÉS

Sonsoles, 3 de marzo de 2008

 

 

Empieza el periodo de reflexión en el Opus Dei. Según las cuentas del Opus Dei, la mayoría de sus fieles son supernumerarios, por tanto la mayoría de ellos el 19 de marzo deben renovar sus compromisos con la prelatura, o marcharse. Vamos a ver si soy capaz de expresar aquí lo que a mí me dice esa fecha. Va a ser  bastante personal, que me he levantado yo hoy intimista.

 

Hace más de 20 años, tendría que hacer cuentas para saber el año exacto, sé que tenía 19 años- casi 20- estaba en 2 curso en la universidad, que por estas fechas decidí no renovar mi compromiso como numeraria del Opus Dei. Había pedido la admisión 5 años antes. Nunca me he arrepentido de aquella decisión, de las mejores que he tomado en mi vida. No escribí ninguna petición de dispensa, simplemente el 19 de marzo no renové el compromiso y me olvidé del tema. Tampoco nunca me he confesado por ello ¿Por qué iba a hacerlo?

 

Hace mucho tiempo, más de media vida y recuerdo vagamente aquellos días. Recuerdo mucha, muchísima presión por parte de directoras y sacerdotes. Muchas conversaciones, las semanas previas el teléfono no dejaba de sonar y un montón de numerarias me llamaban para que habláramos. Sí recuerdo que no quise faltar a ninguna de esas citas, supongo que su intención era convencerme de que siguiera, que diese otra oportunidad al opus dei. Por el contrario mi intención era que me oyesen, que supieran lo que pensaba y los motivos por los que me iba. Un poco diálogo de besugos debió ser. Tengo una imagen grabada en la memoria de entonces, la de una directora llorando el mismo día 19 porque vio claro que yo no seguía (no recuerdo nada de la conversación ni siquiera el nombre completo de ella, solo aquellos ojos negros con lágrimas. Siempre he creído que eran lágrimas sinceras, aquella mujer realmente se sentía impotente y convencida de que yo me equivocaba) y una frase de un sacerdote unos días antes: “Mira Sonsoles, tú no eres nadie aquí y el Opus Dei lo es todo en tu vida. Si te vas, dentro de 6 meses, ninguna numeraria se acordará de quien eres y tú, tu vas a pensar en el Opus Dei todos los días de tu vida”...



No lo consideré una amenaza, ni siquiera la versión Light del “rejalgar” que me pronosticaban. Lo asocié a una treta más. Era verdad, el Opus Dei en ese momento lo era todo para mí. Había dejado todo por unirme a ello. Yo entonces no sabía ni presentía que el Opus Dei es una secta, pero sí notaba los métodos de presión, la forma de manipular la cabeza y sobre todo el corazón de las personas para entrar y para seguir dentro. En mi caso concreto, sabían perfectamente que para mí la amistad es importante y pensaban que era una forma de motivarme para seguir, el pensar que perdía la amistad de tooooooodo el Opus Dei. La mayoría de mis amigas de antes de entrar, habían sido empujadas por mí a entrar también y en muchos casos me había enfrentado a las que no entraron por culpa del Opus Dei.

 

La realidad ha sido bastante diferente. Hay numerarias de aquellas que todavía me llaman (20 años después), no lo han dejado de hacer nunca. En diferentes periodos de mi vida, de esa media vida que ya llevo fuera, me han propuesto volver como agregada (o agregada viuda, puestos al esperpento…), supernumeraria o ser cooperadora. Algunas de esas propuestas fueron incluso hechas en momentos que daba incluso risa, por lo lejísimos que andaba yo de sus planteamientos (lo sabían) y ahí ellas, diciendo que veían mi vocación. Desde entonces, además de casos conocidos, tengo la seguridad de que en el Opus Dei no sólo hay cooperadores no católicos sino que, aunque bautizados, hay no creyentes también supernumerarios o agregados. Gente que entra, buscando influir en su entorno, medrar en sus trabajos… y que los directores lo saben, pero que a las dos partes les interesa el acuerdo, el Opus Dei tiene nombres, aportaciones económicas, influencias sociales y ellos, lo ya mencionado.

 

Por mi parte, al principio, los primeros meses me acordaba del Opus Dei, claro que sí. Notaba también el silencio del teléfono, la diferencia de ese teléfono sonando sin parar que contaba al principio con una o dos llamadas al mes por parte de alguna persona del Opus Dei. En esos meses repetía algunas rutinas adquiridas sin darme cuenta e incluso soñaba con situaciones de “dentro”.

 

Aquello pasó pronto y durante muchos años, no he pensado en el Opus Dei salvo por la insistencia de sus miembros. Aquella etapa de mi vida se olvidó y vivo como cualquier otro mortal.

 

Hace unos años, cuando encontré opuslibros, al leer las experiencias de otras personas que pasaron por allí, volvieron a mi cabeza muchas cosas vividas como numeraria. Creo que me quedaba por entender bien la “realidad opus” y me ha ayudado a cerrar el tema de forma definitiva.

 

No está mal como introducción, cortita sobre todo. Realmente me he puesto hoy a escribir por una pregunta que me viene repitiendo una amiga (casi 40 años de numeraria, hace 3 años que se fue) que lee esta web. Ella observa que hay muchos testimonios de personas que, como yo, estuvieron hace mucho tiempo y poco tiempo y le llama la atención que sigamos con el tema vivo, que no nos aburra ya el asunto. ¿Qué va a ser entonces de ella, pregunta, con tanto tiempo dentro y desde hace tan poco fuera? Mi respuesta personal ya la tiene pero no creo que sea la única que así se plantea las cosas. Pretendo que este correo pueda responder dudas a personas que se plantean no renovar el próximo 19, y también a aquellas que aprovechando la fecha dan vueltas a su situación dentro.

 

Pienso que el Opus Dei es una secta, ya lo he dicho muchas veces aquí. Creo que tiene un cierto componente adictivo (como ya dijo Alberto Moncada) que nos envuelve a todos los que hemos estado dentro. Eso lo consiguen manipulando los sentimientos, haciendo converger los afectos hacia los fines que tiene y si pensamos un poco ¿con quien lo consiguen? Estando dentro, pensábamos que los que entran son los mejores, los más listos, los más generosos sobre todo. Lo de generosos no lo pongo en duda, los más idealistas, casi seguro, los más volcados en los demás también; pero listos… realmente los que entramos fuimos los más gilipollas ¿o no? Los que nos creímos todas las patrañas sin pestañear, los más débiles (en general o en nuestro momento más débil por edad, mal momento anímico…). Todos conocemos gente, amigos nuestros, compañeros de colegio que estuvieron en las mismas meditaciones que nosotros, tuvieron las mismas conversaciones con sacerdotes y directores que nosotros, recibieron las mismas presiones pero no entraron. También hubo quien se fue a los 2 meses, mucho más listos que los que aguantamos más. Creo que hay una tendencia adictiva (en diferentes grados, como en toda adicción) a la dependencia del grupo en los que hemos estado en una secta.

 

Una vez reconocido esto, creo que opuslibros y otras iniciativas paralelas son muy buenas para los que dejan el opus dei. Creo que por esa personalidad que tiene, que tenemos, todos los que un día pedimos la admisión, al salir necesitamos ayuda. Quizás hasta la aparición de esta web sólo se podía acudir a profesionales que no siempre entendían la situación. Ahora, el poder poner nombre a lo que ocurrió y sentirse entendido por otros muchísimos que han pasado por lo mismo (no sentirse el único gilipollas) creo que es suficiente. Por lo menos para mí lo ha sido. Vemos que ha sido efectivo también en mucha gente que ha escrito por aquí durante una temporada, gente que conocemos que leía esta web y que ya no lo hace; ya no lo necesitamos, opuslibros nos ha ayudado a terminar con aquella época. Incluso, sí, el tema Opus Dei ya nos aburre soberanamente y no leemos esta web o participamos en otras iniciativas porque dedicamos nuestro tiempo a otras cosas.

 

Las personas que ahora están pensando en dejar el opus dei, van a resolver sus dudas mucho antes que los que no contamos con opuslibros. Se van a aburrir de esto mucho antes que nosotros.

 

Como decía entonces Alberto Moncada, a mí también me preocupa que se tienda al grupo en estas iniciativas. Si no se hiciera bien, una reunión de alcohólicos anónimos terminaría en una bacanal y una de adictos al sexo en una orgía. De la misma manera, una reunión de “tendentes al sectarismo” terminaría en otra secta. Pero estoy segura que, al menos en esta web, las cosas se están haciendo muy bien. No hay peligro de adicciones: el medio, Internet, es muy beneficioso, no solo como modo de llegar a todo el mundo sino también para mantener la necesaria distancia entre las personas que escriben, las que coordinan, las que leen… evitando así las dependencias que nos crearon en el opus dei.

 

Vuelvo a la pregunta ¿y después de dejar el Opus Dei qué? Y a mi experiencia personal. Después de 20 años, no queda mucho del Opus Dei en mí.

 

Es curioso, pero tendemos a quedarnos con lo bueno, con la mejor versión de las cosas. Recuerdo incluso que un médico, antiguo agregado, me dijo una vez que si quería ver la parte buena del machismo imperante en el Opus Dei, era que las que por haber sido numerarias habíamos dormido en tabla en años de formación para la columna (o algo parecido, no entiendo de medicina) tendríamos menos problemas de espalda de mayores.

 

En mi caso durante años pensé que el Opus Dei había sido una buena influencia en mi vida, que mis buenos hábitos y las cosas positivas de mi forma de ser eran por mi paso por allí. En una visión parcial de lo que es el Opus Dei, sus centros y sus gentes, los que sólo vivimos un Opus Dei juvenil, los que nos fuimos con pocos años y solo convivimos con gente de nuestra edad o poco más, vimos a la gente sin malear. Yo recuerdo que todas las numerarias me parecían santas, pero santas de altar. Muy simpáticas, alegres, siempre dejando lo mejor para las demás sin que se notara, rezando sin parar, pendientes de las demás, estudiosas… Basta, a mí me ha bastado, ver la realidad de los centros de mayores, a numerarios, agregadas o supernumerarias trabajando al lado, conversar con numerarias de edad para darse cuenta que no es el Opus Dei el que hacía a la gente tan fantástica como la  recordaba. Al revés, aquellas jóvenes numerarias traían de fábrica esa generosidad, alegría y buen hacer y hoy, algunas siguen teniendo esas cualidades independientemente de si siguen siendo del opus dei o ya se fueron. También hay gente no tan maravillosa en el Opus Dei. Algunos de los que siguen dentro son prepotentes, en los centros hay un mal rollo impresionante, con unas críticas entre ellos que ni en el peor programa de cotilleos, gente que no sabe trabajar, no es leal, no piensa más que en sí mismo y sobre todo, vaya cerrazón de mente y corazón. Incapaces de ponerse en los zapatos de los demás, con orejeras que no les permiten ver más allá de lo que el “padre” dice, lo que el “padre” quiere, lo que “nuestro (su de ellos, mío no) padre” dejó dicho…

 

Por tanto, hoy no creo que las cosas buenas, alguna hay por ahí, que hago, soy y tengo se las deba al Opus Dei. Las malas, pues creo que tampoco. Hace mucho que no pienso como ellos y me quité incluso los malos hábitos lingüísticos, el argot propio del medio. Incluso cuando leí lo del “rejalgar” me hizo pensar. A ver, yo soy de ciencias puras, muy puras y lo del sulfuro arsénico me suena, me siento cómoda hablando de ello pero a nadie – incluso gente con tesis doctorales sobre As- le he oído nunca hablar de rejalgar. Es para mí un término que por tanto asocio al opus y por tanto destierro. Y su teoría, la teoría opus del rejalgar me parece alejada de la Iglesia. Como otras veces estamos en una contradicción del Opus Dei, una Prelatura de la Iglesia Católica, y lo que la Iglesia nos enseña. La teoría del opus es que nos va a ir mal en la vida por haber dejado nuestra vocación. Y eso, salvo que nos hayan salido supersticiosos, se supone que es porque lo hemos hecho muy mal. Incluso suponiendo, que es mucho suponer, que tengan razón y lo hiciéramos tan mal… A ver, ¿y el sacramento de la reconciliación, como lo entiende esta gente? La grandeza de ese sacramento es que realmente lo confesado- con los requisitos pertinentes- queda olvidado; pero claro, para el opus no, las afrentas quedan para siempre y ellos ya se encargarán de que se note ¿eso es católico?

 

En esto como en todo vuelven a  prejuzgar, meterse en la conciencia de los demás y sin preguntar juzgan y sentencian. Sigo con anécdota personal, que muchos pensarán que está dentro del relativismo que nos invade. Estos días pensaba en la forma de etiquetar que tenemos, de poner nombre, clasificar y ordenar en cajas todo y a todos. Y no todo es clasificable y desde luego ninguno somos clasificables. Hace unos 3 años que tengo una amiga enfermera, poco más que mil eurista, bastante joven, que trabaja en una residencia cuidando ancianitos, trabajo que le gusta y que seguro que hace bien. Es una persona que piensa en los demás y tiene una vida personal, pues eso personal. Tontea con la cocaína, su pareja es una mujer y no es precisamente fiel. Es católica semipracticante y recuerdo que en una conversación sobre religión, cuando me decía que se considera muy católica, que reza, que se siente muy unida al anterior Papa y que creía mucho en él porque fue confirmada por él, yo hice mi propia composición y etiqueté. Pensé, por suerte no dije (yo siempre tan discreta, menos mal), que era una incoherente: que haga lo que quiera con su vida, pero que tiene que elegir o católica y seguir las normas o si sigue con esa vida no puede ser católica.

 

¿Y por qué no? ¿El catecismo no nos dice que lo importante es amar a Dios y al prójimo como a uno mismo?  Si eso es lo que ella hace ¿Quién somos los demás para saber lo que dentro de esta persona hay, qué clase de relación tiene ella con Dios?

 

Sé que si la hubiera conocido estando en el Opus Dei ni siquiera me hubiese acercado a ella o sería objeto de escándalo para mí. Sé que unos años después hubiese intentado cambiarla en lo que, según mis creencias (las mías que tiendo a pensar que son las buenas y las que tienen que regir el mundo) está equivocada. Sé que cuando la conocí pensé lo fabulosa que soy que la acepto como es, incluso lo moderna que voy a quedar diciendo en opuslibros que tengo una amiga homosexual y que consume coca (a lo mejor esto no es tan moderno), pero en mi mente le puse la etiqueta de incoherente por su relación con Dios. Hoy, pienso que en todo este tiempo he estado equivocada, y que en esa relación no podemos meternos nadie, ni siquiera la Iglesia. Es sólo de cada uno y Dios.

 

De esa misma época, de hace 3 años hay aquí un escrito mío que creo que en la actualidad no escribiría en los mismos términos. En él- en cierto modo- también entraba a valorar esa conciencia íntima y esa relación de un alma con Dios, en ese caso de una persona del Opus Dei. Por cierto, que sigue siendo numeraria.

 

Muy lejos anda ya el Opus Dei de mi  vida, gracias a Dios.

 

Sonsoles

 




Publicado el Monday, 03 March 2008



 
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