Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Tus escritos: Numeraria auxiliar durante 35 años (23).- Maripaz

077. Numerarias auxiliares
Maripaz48 :

NUMERARIA AUXILIAR DURANTE 35 AÑOS (23)

Maripaz, 7 de julio de 2008

 

 

Me comentaba una amiga que, leyendo el último de mi testimonio, le parecia que lo había escrito como con prisa, como queriendo borrar de mi memoria aquella época de un plumazo. Es verdad que lo pasé mal y no me apetece recordar lo vivido, pero trataré de terminar mi relato lo mejor que pueda.

 

De los peores momentos que pasé fue al sentir que poco a poco me fueron retirando la confianza que tenían en mí, para llevar la labor apostólica adelante. Interiormente, estaba rota, con treinta y pocos años sentía que mi vida no tenia alicientes, estaba como en un pozo negro y profundo y no veía salida posible. A nivel afectivo y psicológico, necesitaba sentirme útil, querida, necesaria...



Quizá no estaba al cien por cien de salud y vitalidad, pero sentí que me aparcaban como un coche viejo e inservible, haciéndome sentir la persona mas inútil del mundo. No me volvieron a mandar a un curso de retiro ni a una convivencia con las alumnas. Habría dado algo por asistir a una convivencia y tener por la noche una "tertulia pirata"como en mis buenos tiempos. Me habría hecho mas bien que las miles de pastillas que me mandaban tomar.

 

Pero estaba enferma, era mas vieja y ya no daba el perfil atractivo para atraer nuevas vocaciones. Estaba "amortizada" apostólicamente, mejor que no me vieran demasiado...

 

Nunca me había sentido tan utilizada...

 

Empecé a tener un miedo horroroso de asistir a los retiros mensuales. Después de escuchar la primera meditación, me ahogaba, no tenía capacidad de escuchar más y todavía quedaba la mañana y media tarde de rezos y charlas. La mayoría de las veces me escapaba a casa, sin decir nada a nadie y me metía en la cama con mi dosis de pastillas hasta el día siguiente, sin probar bocado en todo el día, por supuesto, nadie me echaba en falta.

 

Otras veces, cuando el retiro era en el centro de la Avenida de la Palmera, me escapaba a Bami ,un barrio que había al lado y deambulaba toda la mañana por tiendas y jardines hasta la hora de la comida. Necesitaba respirar aire del exterior, sentir a la gente de fuera, por si encontraba a alguien que me pudiera dar el cariño que me faltaba dentro...

 

Cuando me daban la noticia de donde haría el curso anual, me entraba terror de pensar en la "encerrona "que me esperaba ¡con lo que habia disfrutado siempre!.

 

En Cataluña, hacíamos los cursos anuales en una masía desde donde se divisaba la montaña de Monserrat con todo su esplendor. Los días de excursión subí varias veces, bordeándola hasta llegar arriba y contemplar extasiada una vista panoramica unica.

 

En un pueblo cercano a Madrid estrenaron las auxiliares una casa enorme para hacer sus cursos anuales, con todo lujo de comodidades y en la que disfruté muchísimo paseando por sus alrededores y jugando al tenis en una hermosa pista que nos habían hecho, y donde luego se me hacia imposible volver, me parecía una cárcel... A veces las directoras, viendo que se me hacía cuesta arriba, me cambiaban de lugar y lo hacia en las afueras de Sevilla, donde lo hice por primera vez y era mas llevadero.

 

Pasados unos meses dieron por finalizada mi enfermedad y me fui a vivir al centro de estudios de las numerarias. Era un internado con tres monitoras y un grupo reducido de alumnas.

 

Apenas conocía el mundo de las numerarias, había convivido sólo con las que trabajaban en la administración. Me hizo verdadera ilusión, rápidamente me sentí muy a gusto entre ellas e intenté poner el mismo cariño y dedicación que con los numerarios.

 

Cuando servía el comedor, hablaba bajito con ellas, las animaba a servirse más porque las veía delgadas, les podía sonreír, preguntarles por sus exámenes. Eran jovencísimas la mayoria... Mi afán maternal se podía manifestar de una manera especial con cada una, volvía a sentirme joven y útil...

 

Pero mi salud al poco tiempo se volvió a resentir y no aguantaba ese ritmo de trabajo. Me quedaba cosiendo, sin pasar a la limpieza y aprovechaba para hacerles bolsas de ropa, alegres, femeninas y con sus iniciales bordadas con todo mi cariño. Se sentían felices cuando las veían encima de su cama con la ropa limpita.

 

La directora era de Navarra, estaba llena de proyectos apostólicos, pequeñita de estatura, vital, alegre... Me ayudó bastante a nivel afectivo, de tal manera que llegué a tener una dependencia emocional muy fuerte hacia ella. Me sabía comprender, era cariñosa y buena psicóloga…

 

A los pocos meses de estar alli ,me volví a romper y ni las pastillas me hacían efecto.

 

Mi habitación daba al jardín, donde habia una piscina y guardo en mi memoria el ruido del agua que hacía la depuradora, que me recordaba una hermosa cascada en un paisaje idílico, donde me hubiera gustado pasar las horas muertas en aquella época. Cuando durante el día me acostaba algunas horas, me solía quedar dormida con aquel ruido tan peculiar. Actualmente, cuando paso por la orilla del rio de mi pueblo, hay un recodo lleno de piedras donde el agua al pasar, hace un ruido muy parecido y siempre me viene a la memoria aquella época de mi vida donde sufrí tantísimo… y respiro profundo... porque a veces, todavía se me encoge el corazón.

 

Con las niñas del internado, la relación era distinta de la que había tenido cuando era monitora en el otro internado. No me dejaban que las tratara personalmente mucho, temían que con mi enfermedad podía decirles algo inconveniente o no estar a la altura y me controlaban constantemente. No me mandaban sola con ellas, me sentía desplazada viendo a las otras monitoras, jovenes y mas actuales.

 

Pitaron muchas, y a la hora de camelar a los padres, acudieron a mí por mi experiencia. Yo lo hacia de corazón y desde el cariño, era gente sencilla y con unos sentimientos nobles y me daba vergüenza utilizarles.

 

Recuerdo unas Navidades ,que me mandaron a un pueblo de la sierra de Huelva con dos adscritas a pasar tres días. Me quedaba en casa de una de ellas que tenia una hermana gemela. Su madre era una bella persona, generosa al máximo. La recuerdo siempre cocinando, tenían un bar y ponían tapas y comidas. No sabía lo que era descansar, la veía siempre sonreír y tenia la finura interior que da la generosidad y un amor sin limites por sus hijos.

 

El más pequeño de la familia tenia siete años y se lo pasaba fenomenal conmigo. Jugábamos los dos, corríamos por el campo cercano a su casa y por la tarde cuando más calentaba el sol, le enseñaba a pintar en un lugar fresquito de la casa. Un día, compré una cartulina y le hice un payaso enorme con los colores más alegres que encontré ,revolviendo en su caja de pinturas. Todavía recuerdo su mirada de asombro y la sonrisa de felicidad que esbozó, cuando lo vio terminado… Lo colgó en su habitación como si le hubiera regalado el mayor tesoro del mundo, mientras su madre me miraba agradecida y él me obsequiaba con un beso. Guardo con cariño una foto de él, vestido de primera comunión con una dedicatoria para mí, con su letra infantil, que parece me mira con sus preciosos ojos. Su madre me la envió, poco despué, de su parte....

 

 

<<AnteriorSiguiente>>




Publicado el Monday, 07 July 2008



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 077. Numerarias auxiliares


Noticia más leída sobre 077. Numerarias auxiliares:
Mi testimonio. Numeraria auxiliar durante 24 años.- Leonisa


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.122 Segundos