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 Correos: ¿No se daba cuenta Alvaro del Portillo?.- Ex_apendice

070. Costumbres y Praxis
Ex_apendice :

George Tabori (*24 de mayo de 1914 en Budapest, †24 de julio de 2007 en Berlin) escribió Las variaciones Goldberg (1991), creación teatral en la que un director de nombre Mr Jay pone en escena una obra cuyo guión es la Biblia, ayudado por su asistente judío Goldberg (el nombre remite a una pieza musical de Bach). Desde el comienzo del mundo con la aparición de la luz triunfante sobre las tinieblas, hasta la crucifixión, y desde el primer día de ensayo de esa obra hasta el estreno, en Las variaciones Goldberg –mezcla de comedia de humor negro con tragedia– se evidencia el mal funcionamiento del mundo, o al menos la necesidad de repensarlo...



La obra es bastante iconoclasta y crítica con todo lo que el Antiguo y el Nuevo Testamento suponen en la concepción judeo-cristiana del mundo, de la religión  y de la cultura. En un momento de la acción teatral  se escenifica magistralmente el instante en el que Aarón recibe a Moisés, cuando baja del monte Sinaí, con las Tablas de la Ley:

--¿Cómo esta el Jefe? Pregunta Aarón.

--Está con un cabreo… -responde Moisés- que ya ya... Figúrate, si estará enfadado, que lo ha prohibido todo: Usar su nombre en vano, trabajar durante las fiestas…, fornicar con cualquier mujer que no sea la tuya…y, con ella, sólo para tener descendencia, incluso, hasta mirar y desear a la mujer de tu prójimo…, todo, todo, ya te digo.

--Pues si que estamos arreglados…-torna a decir Aarón- no nos deja muchas opciones para disfrutar de la vida…

--Y lo peor de todo es –concluye Moisés- que al que incumpla estas leyes le esperan castigos terribles.

Acto seguido, Moisés, solidarizándose con la cólera divina, arroja  contra el suelo, hasta hacerlas añicos, las Tablas de la Ley

Dios, que está escuchando este dialogo, mientras se refrota las manos, dice en off, con voz audible por el espectador.

--Ja, ja, ja Acabo de inventar el pecado.  

Me ha venido a la memoria, esta escena de George Tabori al leer lo que dice  Al Chile (o alchile) en su escrito del 15 de septiembre:

…el fundador de la Opus da la impresión de que por su mal carácter, explosividad, primariedad y poca paciencia, difícilmente pudo haber comunicado el “mensaje” que dice le había dado Dios, creo que quién lo arropó e hizo posible transmitir ese “mensaje” fue Del Portillo que era más afable, bondadoso y cariñoso.

En el Libro de Carmen Tapia aparecen relatos donde el fundador se sulfura con grandes enojos, espanta a todos con sus exabruptos y Del Portillo con su sonrisa y su voz dulce regresa la paz a los testigos de los desplantes del fundador con un “pax”. Las biografías y otros escritos sobre el fundador están hechos para presentar un personaje que no es real ni humano. Se le atribuyen libros u homilias que no escribió, entre otras cosas. En fin, creo que hay muchas personas que conocieron a Del Portillo de primera mano y pueden dar testimonios muy valiosos para comentar el papel de éste sacerdote en la verdadera confección de eso que dice llamarse Opus Dei”.

De todos nosotros  son  conocidos el proverbial mal genio y las enfurecidas, airadas y desproporcionadas reacciones intempestivas de Escrivá. Siempre justificadas y aún alabadas como un acendrado celo del fundador que no puede permitir que nada de lo que Dios le ha transmitido se desvirtúe. Invariablemente junto a esa figura destemplada de Escrivá, aparece la beatífica y apacible figura de Álvaro del Portillo.

Por eso me ha parecido que Escrivá, que seguía fielmente las inspiraciones divinas (¿…?) cada vez que agarraba un “santo cabreo” se transformaba en un nuevo Moisés que fulminaba con el rayo de Júpiter Tonante (“santa indignación divina”) a los infractores, rebeldes o simplemente despistados,  lo cual le llevaba a arrojar sobre la dura cerviz de los soberbios descarriados o dormidos, las Tablas de la Ley, es decir toda la ira de Dios sobre sus cabezas.

Álvaro tenía que hacer horas extra para ser el pararrayos de tantos rayos y centellas, y para justificar con razones sobrenaturales (haciendo piruetas inverosímiles o dándole bonitamente una vuelta a la tortilla) lo que lisa y llanamente, entre gente normal, sin la “santa osadía” de parecer ni de ser santos, no tiene justificación alguna y siempre se ha llamado, sin eufemismos,  un insoportable mal genio de todos los diablos.

En la hagiografía de Escrivá todo es “sobrenaturalmente anormal” ¿No se daba cuenta Álvaro del mal genio de Escrivá? ¿Era Álvaro consciente de que estaba hacendo trampa al buscar razones para justificar por la vía sobrenatural lo que salta a la vista como algo muy natural: un vulgar, pero tremendo, mal genio? ¿Tan del opus es Dios, como para apoyar a Álvaro y suscribir sus afirmaciones? ¿Se atribuye el opus, como parece deducirse de este tema del mal genio de Escrivá, la interpretación de los hechos que sólo Dios puede juzgar? Ahora dirán que ya es tarde para hacerse esas preguntas. Porque ya hablo la Santa Madre Iglesia canonizando a Escrivá, y ya se sabe "Roma locuta, causa finita" ... pero, hay una pregunta que aún podemos hacernos: ¿Ha canonizado la Santa Madre Iglesia, el insoportablemalgenio de Escrivá? Si así lo ha hecho surge otra terrible pregunta que quizá no nos atrevamos a formular: ¿Qué es lo que no puede canonizar la Santa Madre Iglesia? En fin este tema nos lleva tan lejos como queramos. Yo invito a que seamos libres y pensemos...


Un Ex-apendice.




Publicado el Wednesday, 17 September 2008



 
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