Estimada Westy:

He leído con detenimiento tus escritos y reflexiones, lo que nos has comentado de tu vida desde agosto. Supongo que los lectores se han dado cuenta de tu sufrimiento, de tu quiebra vital. 6 años de tu vida como “numeraria” que lleva influyendo en ti la friolera de 32 años. Tu estado actual anímico y espiritual, todos estos años, la verdad… ¿vas a dejar que el Opus siga marcando tu vida?

La Obra, con sus métodos de captación sin discernimiento y sin interés real por la persona, al final daña la salud. En esta web se ha hablado de los trastornos mentales y físicos que a bastantes personas les ha producido el haber pasado por la Obra...

La mayoría de los que de buena fe se fiaron de quienes hablaban de Dios y les propusieron la “entrega”… y estuvieron perseverando en un camino errado, han acabado con sufrimiento psiquico y/o moral… porque se les estaba forzando a algo que Dios no quería que ellos fueran. Algo para lo que no estaban "hechos" por Dios.

“Yo soy el que es” dice Yahvé a Abraham, y le propone una misión en su vida: guiar al Pueblo Elegido, sacarlo de la esclavitud de Egipto. Hemos sido creados a imagen de Dios, por tanto “somos”, su voluntad es que “seamos” al modo de cómo Él “es”, participando de su naturaleza. Y ese “ser” se concretará y hará en el camino personal que tiene Dios para cada uno de nosotros. Y ese camino se hace no sólo con nuestra libertad de voluntad sino también con la de los otros.

Los otros, entre ellos, la Obra. Para bien o para mal, depende de cómo reaccionemos a esa voluntad ajena que actua en nuestra vida. Depende de cómo reaccionemos a sus errores en el trato con nosotros, a sus modos o formas de hacer las cosas. En la vida nos cruzaremos con personas que nos harán daño, deliberadamente o por inadvertencia. Personas que no les importaremos nada. Y pocas personas a las que les importaremos.

Dios se metió en tu vida y siempre le has importado. Pero debes saber que permite el error personal y de otros, que permite el mal que se cruzará y se hará presente en tu vida. ¿Porqué? Es el misterio de la Cruz que Cristo aceptó para sí, y a nosotros también nos toca. De todos modos también es cierto que tú le puedes pedir algo como hija y que Él te puede contestar “si”, “no”, y hasta “espera” que luego puede ser un “si” o un “no”. Su Voluntad puede consistir en decirnos “no” a este camino espiritual, pese a que tú lo hayas aceptado. Nuestra reacción no puede ser más que de aceptación de esa voluntad, por mucho que nos desagrade.

A veces se tarda tiempo en descubrir que simplemente, a nuestra mente, le hacía daño, le trastornaba el sistema de vida de la Obra. Que por muchas facultades intelectuales (de absorber conocimientos y raciocinio) que tengamos está también en nosotros el aspecto emocional, donde las emociones alteran el funcionamiento de la mente.

La Obra ha trastornado a muchas personas, les ha afectado en su salud. Lo mejor para ellas es seguir otros caminos. Si no se encuentra, hay que esperar que haya un camino, que Dios lo facilite. En lo que haya que aprender habrá que poner de nuestra parte –como por ejemplo, en buscar a una pareja conveniente para el matrimonio. Y habrá que seguir amando, en la medida que sepamos o podamos. Grupos en la Iglesia hay. También se puede practicar y vivir a solas “en medio del mundo” nuestra fe. Al igual que los antiguos ermitaños se retiraban a la soledad… hoy puede existir la vocación de “retirarse” a “solas” “en medio del mundo”. De creer, practicar y hasta hacer apostolado… pero “a solas” sin “grupos” de ninguna clase, ni parroquia.

¿Quién sabe? Podría ser tu vocación o la mía. En todo caso, nuestras heridas no deben llevarnos al odio a Dios. Habrá que distinguir lo que es el comportamiento, nuestra voluntad en actos, de lo que son nuestros sentimientos y emociones. Quizá en esto último se necesite hasta la ayuda de un especialista, psicologo o psiquiatra. Porque las emociones se disparan e interfieren a la mente.

Yo lo he hecho, acudí a una psicologa, después de casi dos años de estar fuera de la Obra. Y me ha ayudado. Me he dado cuenta de como me afectaba el sistema tan reglado –propio y específico de la vida consagrada- de la Obra. De como esta espiritualidad consagrada en obras, presuntamente laica por no haber votos, me quitó la alegría que tenía al comienzo de tratar al Señor, la que tenía antes de conocerlos a ellos.

Esta psicóloga me comentó que había tratado a otras personas que también habían sido de la Obra y que estos grupos usan a las personas mientras les sirven… es lo que yo pienso. Se da más primacía a la institución que a las personas. Hay una absolutización de la Institución frente a las personas.

Te animo a que te confieses y restaures el trato con Él, con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Aunque no sientas nada y los viejos sentimientos estén presentes, las heridas emocionales que tardarán en curar. Y por otra parte, también te animo a que busques a alguien especializado que te ayude. Yo lo hice y me ha servido. No dejes pasar más tiempo sin hacerlo.

Te deseo lo mejor y rezaré por ti.

Daniel_M.