Hola Orejas,

Dejando aparte los temas que nos propone Atomito (que ya comentaré otro día), quisiera terciar en lo que proponen EBE y le responde Mª Angustias.

Yo creo que lo del Opus Dei no tiene remedio en la Iglesia actual, que es la que lo ha ensalzado más que nunca. El papa en Australia se hospedó en una residencia del Opus Dei, pudiendo hacerlo en un colegio de los jesuitas o los maristas. Esto NO es casualidad, en la Iglesia es un favor o una gracia...

No creo que algunas pérdidas de puestos relevantes (como la portavocía del Vaticano) tengan que ver con una caída real en su influencia, sino más bien con la lógica recolocación de personas en cualquier empresa cuando cambia el Gerente. El pontífice ha cambiado a algunos, pero la mayoría siguen en sus puestos, es más, los nombramientos de obispos del opus siguen su ritmo, igual que los de obispos conservadores.

Otro dato a tener en cuenta (desde la óptica vaticana) es que los cambios actuales nunca, nunca, tocan ninguna premisa ideológica o doctrinal del Opus Dei, sino todo lo contrario.

En mi opinión, la causa es clara: dentro del momento involutivo que vive la Iglesia desde el nombramiento de JuanPablo II, el opus y movimientos similares tienen un papel fundamental. El hecho de que los jesuitas, por ejemplo, ya no estén tan vigilados quiere decir que los necesitan, no que caigan bien.

El Vaticano II supuso un vendaval en la Iglesia, pero sus consecuencias en todos los órdenes no fueron entendidas por el pueblo, y mucho menos por la jerarquía. En realidad, este papa al igual que JPII, piensan que hizo mucho daño. La gente se vio libre para pensar y creer, y decidió que ya no creía... las iglesias se han vaciado a un ritmo mucho mayor del esperado, y las vocaciones al sacerdocio casi han desaparecido. Porque no nos engañemos: toda la gente que vivía segura bajo el manto de la Iglesia y las normas de piedad se vio huérfana, sin una cobertura tangible que le diera seguridad. La nueva espiritualidad aceptada por el Vaticano II resultaba más etérea y más fría. Es bastante más emocionante (y comprensible) salir en procesión con un paso de semana santa que "discernir los signo de los tiempos". Alguna gente lo estaba pidiendo.

En el caso de JPII, la aparición del movimiento de la teología de la liberación fue una preocupación especial que se encargó personalmente de decapitar.

La Iglesia, en el fondo, es una jerarquía patriarcal, en la que lo importante es ser varón, saber teología y la obediencia al mandato superior. Los curas, como diría un castizo, siguen "cortando el bacalao". Esto no lo pudo transformar el Concilio, y siguió larvado hasta que el JPII lo sacó a flote de nuevo. El opus dei, comunión y liberación y movimientos similares predican eso en el fondo: los curas tienen que mandar, hay que obedecer y lo demás son ch... Aparte pueden tener obras benéficas, eso es otra cosa, pero la primera premisa es la anterior. Tanto el opus dei como los movimientos carismáticos aportan muchos curas (suscitan vocaciones entre sus muchachos), aportan fieles a los actos públicos, son disciplinados y encima algunos, como el OD son ricos. El Vaticano estará loco si no contara con ellos.

Y vuelvo a repetir lo que otros correos: a la Iglesia no le engaña nadie. NADIE. En el Vaticano saben de sobra todo lo que se mueve, y si no hacen nada es porque no quieren o no les interesa, o lo que es peor, porque les parece muy bien. La teología de la liberación se la cargaron en 10 años.

La iglesia, con JPII, con el tándem JPII/Ratzinger y ahora BXVI quiere recuperar la influencia (que no la presencia) social perdida. Ya no le interesa, como en tiempos de Juan XXIII, dialogar con el presente, con todos los hombres de buena voluntad. No. Le interesa ocupar un lugar de peso. Por eso, mientras en un lado habla de laicismo positivo y le parece tan bien, porque no le queda otro remedio, en otros se comporta como un elefante en la cacharrería. Dentro de este esquema mental, de esta forma de actuar, la Opus Dei o similares cuadran a la perfección.

El hecho de crear un Santo-Bala, de la aberrante figura de la Prelatura personal son formas de satisfacer a la OD. El crear santos puede servir para reforzar algunas posiciones cuando la ignorancia religiosa es grande, cuando se desconoce que no existe la obligación de creer en ellos, que la infalibilidad no existe por mucho que se grite. Pero así son las cosas. Hay gente que todavía piensa que la Iglesia no se puede equivocar.

Pero vaya que si se equivoca. En cualquier caso, en lo que tarda es en rectificar. No espero que lo del Opus Dei se rectifique, al menos a corto plazo. No mientras tenga tanto poder, y la jerarquía lo ambicione.

Abrazos

Ramón