Hace poco tiempo que vuelvo a leer opuslibros, y veo una reciente novedad: el crecimiento constante de personas en el apartado “quienes somos”. Se van añadiendo, poco a poco, fotos de ex-miembros, a los que se añade el nombre, nick, la categoría que tuvieron y los años que estuvieron en el Opus Dei.

Esta bien que se vea a gente que fue de la institución y lo reconocen. Pero ¿cómo se sabe que es cierto? Sólo tenemos su palabra (y la de quienes les conozcan de su etapa en el Opus) Pero, ¿basta la palabra personal en el mundo que vivimos?...

En el mundo occidental actual, un mundo regido por el Derecho, “lo que no consta en acta, no existe”.  Es decir que si no hay un documento con carácter jurídico que acredite la veracidad de un hecho, dicho hecho “no existe”.  Sé que se necesita comprender esta mentalidad jurídica; pero da igual quien afirme algo, si no tiene un acta, un certificado, una constancia documental con relevancia jurídica (normalmente ante un tercero como notaría, registro, juzgado, o administración pública) su palabra no vale nada.

Sé que esto sonará fuerte. Aunque lo que digan sea la pura verdad, esa verdad no basta. Tiene que poseer una entidad jurídica para que sea aceptada como tal en el mundo actual jurídico en que vivimos.

Ninguna de las personas del apartado “quienes somos” posee ningún documento legal que acredite su pertenencia en el pasado al Opus Dei. Da igual si estuvieron cinco años como si fueron treinta y cinco.

Únicamente los ex-sacerdotes de la Prelatura podrían demostrarlo, debido a su ordenación y ex-cardinación de la prelatura y quizás, su pase al estado laical. Ya que estos actos aparecen en el código de derecho canónico. Y también quienes pertenecieron al antiguo instituto secular, por la emisión de votos y porque su reducción al estado laical debía quedar registrado en el lugar correspondiente.

Pero los ex-miembros laicos –que no fueron consagrados, porque no habían emitido los votos del instituto secular Opus Dei- no tienen nada que demuestre que fueron del Opus Dei.

La prelatura no contesta ni a las cartas de petición de admisión, ni a las cartas de dimisión. La prelatura no emite ningún documento en el que reconozca que una persona concreta fue miembro de su institución. De hecho, llega, como algunos han comentado, a borrar de “Crónicas” la fotografía o referencia a dichos ex-miembros y a borrarlos totalmente de la historia de la prelatura. Si se le pide por escrito que acredite o certifique que alguien fue miembro de su institución, se niega en redondo. Da igual el tiempo de permanencia en el Opus Dei de dicha persona y lo que hubiera hecho por el Opus.

Cuento esto por experiencia personal, pues aunque acudí al obispo de mi diócesis para que me certificaran que fui miembro del Opus Dei, no lo conseguí. Pese a que el obispo habló con la más alta autoridad de la delegación, éste se negó a certificar que yo hubiese sido miembro del Opus Dei. Se basó en que no existía norma alguna en el Opus Dei para hacerlo. Y que la Iglesia permitía esa ausencia de normativa respecto a certificar la pertenencia de un ex-miembro. Por otra parte, el obispo me indicó que no podía acreditar en un documento que yo hubiese sido del Opus Dei; ya que le correspondía a la Prelatura acreditarlo al ser un hecho que tuvo lugar dentro de ella.

Así que la mayoría de las personas de “quienes somos” no pueden acreditar legalmente que fueron del Opus Dei.  Ellos lo dicen y será verdad, pero en el mundo jurídico no lo es, no lo pueden demostrar.

“El que hace la ley, hace la trampa” dice el refrán y se podría añadir quien no hace ley, también. Porque esa ausencia de ley en la prelatura del Opus Dei –omisión consciente, ya que fue fundada por un licenciado en Derecho y el actual prelado también lo es- implica la ausencia de obligación alguna de la institución a dar testimonio de la verdad y la negación práctica del derecho a la verdad del ex-miembro. Negación a la verdad sobre una parte de su vida que quienes la conocen se niegan a testimoniar como cierta. Sorprende en una parte de la Iglesia, ¿verdad? Una institución que sigue a Jesucristo “que es la Verdad” se niega a testimoniar la verdad de la pertenencia pasada de una persona a su institución.

¿No es contradictorio?

En esta web se ha comentado la presentación de varias denuncias a la Santa Sede contra la Prelatura. Pero todas estas denuncias se podrían reducir a la palabra de unos ex-miembros contra la palabra de la prelatura… sin haber nada legal, verdad jurídica, que apoye esas tesis contrarias al Opus. Pues bien, tampoco en Derecho se puede pretender ganar nada si no se poseen pruebas –más allá de opiniones o palabras-, y pruebas que tengan relevancia jurídica. Pruebas que no sean un intercambio de opiniones (que otros consideren solo difamaciones)

Para ello, se me ocurre lo siguiente. Que todos los ex-miembros que lo deseen soliciten a la Prelatura del Opus Dei a través de un requerimiento notarial que dicha prelatura certifique los siguientes extremos:

-Que cada uno, con sus nombres y apellidos, solicitaron la admisión en la fecha ……, que lo hicieron con la categoría de numerario/a, agregado/a, supernumerario/a,

- Que lo hicieron con la finalidad de dedicarse a los fines apostólicos de la prelatura (y aquí pueden citar literalmente la instrucción Prelaturae Personale y cualquier otro documento concordante)

- Que hicieron la oblación en fecha, la fidelidad en fecha….

- Que cesaron o rescindieron el acuerdo con la prelatura en fecha ……..

Se puede dar un plazo razonable para esperar la contestación de la prelatura, indicando que entenderán rechazada la petición si transcurre dicho plazo.

Les aseguro que la Prelatura se negará, caso por caso, a certificar nada. No les entregarán ningún documento acreditativo al respecto.

Bien, con esta respuesta negativa – similar a lo que llamamos silencio administrativo en España- si se podría presentar una denuncia con requisitos legales ante la Santa Sede. Y no serían 80 firmando una denuncia llena de opiniones sin pruebas… sino esos 80 o más, firmando una denuncia en la que constara que el Opus Dei no da testimonio de la verdad y que existen decenas de documentos notariales (que dan fe de la verdad de haber solicitado ese testimonio o acreditación) que demuestre esa negativa a decirla.

Ya existiría algo con más peso "jurídico" para que el órgano correspondiente de la Santa Sede obligue a rectificar al Opus Dei.

Un saludo, Daniel_M.