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 Correos: Fácil de distinguir, difícil de describir.- Al Chile

010. Testimonios
alchile :

Así es el Opus Dei en México: fácil de distinguir y difícil de describir. Correos de los últimos días me hacen confirmar que en México el Opus vive su propia realidad, una realidad fácil de distinguir pues creo se debe a la manera en que personajes como Pedro Casciaro y Carlos Ll imprimieron su sello al tratar de implantar el opus en México, pero difícil de describir porque se crearon realidades subrealistas  en sujetos concretos en un país ya de por sí subrealista, bizarro, que los hace indefinibles.

 

El primer correo que deseo comentar es el del 18 de febrero pasado de Observaciones al artículo sobre La espiritualidad del OD.- Josef Knecht En concreto sobre el trabajo profesional de los numerarios. Me referiré a los numerarios varones. En México conozco sólo un numerario (un Juez en el D.F.) que tiene un trabajo profesional de tiempo completo, en una institución que no tiene que ver con la Prelatura, y donde él se ha abierto camino desde hace unos 30 años. Entre los numerarios no hay directores de empresa o que trabajen en el gobierno o que trabajen en un banco o en concreto que hayan hecho carrera en una empresa privada o pública o dentro del gobierno. Mi punto es que el Opus en México no permite de manera conciente que sus miembros numerarios se desarrollaran profesionalmente dentro de una empresa sometida a la Ley Federal del Trabajo, donde se inicia con 6 días de vacaciones al año y que en la medida que pasan los años le dan un día más de vacaciones hasta un cierto límite; que tenga que vivir un horario o checar una tarjeta en el reloj checador de la empresa o institución...



La actividad profesional de los numerarios en México se puede ubicar en dos ambientes:

 

1) Los poquísimos fieles del opus que trabajan en universidades públicas como la UNAM o privadas como el ITAM. Se benefician de que la universidad en México por sus características es muy conveniente para el numerario: muchas vacaciones y horarios sumamente flexibles por lo que trabajar en una universidad no del opus es el paraíso: lo suficientemente lejos del opus para respirar, vivir; y lo necesario para cumplirle a la prelatura, tenerla contenta y sin tener que aparentar que se hace apostolado. Se puede viajar y se gana bien.

 

2) Numerarios arriba de los 45 años, porque entre 25 y 45 están desapareciendo a marchas forzadas, afectados de muchas formas por el opus, que han tenido que crear su propia empresa, negocio o actividad, con mayor o menor éxito, muchas muy ingeniosas y que les permite vivir todo lo que les piden en la obra: Tener dinero para mantenerse y tiempo para los cursos anuales y retiros. Estos fieles son jefes de su despacho, empresa, taller o negocio como el notario Felipe o trabajan con sus familias de sangre, con amigos o supernumerarios en una consultora. Esto también es así porque es más fácil que dejen esa actividad en cualquier momento para hacer lo que el opus quiere.

 

En vida, Don José Luis Masot, que no tenía pelos en la lengua y que fue director de la delegación de México, comentaba que en México, en cuanto un numerario comenzaba a destacar en su trabajo se le pedía que lo dejara para que hiciera algo dentro del opus pero que la realidad es que se quería que no se le subiera a la cabeza el desarrollo de su actividad profesional y perdiera piso y por tanto dejara la Prelatura. Tan poca confianza tienen los directores a los que pertenecen a la obra, esta desconfianza es sin duda, un legado de Casciaro que tiene como característica la provisionalidad en cualquier actividad, dentro o fuera del opus. Lo que en realidad se consigue con ésta regla no escrita es que los numerarios dejen la Prelatura como lo vemos constantemente.

 

En éstos últimos meses se han ido varios numerarios entre 25 y 45 años que trabajan en compañías y se abrían paso fuera del ambiente opus como el de uno de los directores para América Latina de una empresa grande de mensajería o el director de un canal de televisión de cable o el que trabaja en un hospital de New York como investigador o el director de estudios históricos de la Corte de Justicia de la Nación o uno que trabaja en una compañía petrolera estatal. También un numerario, ya en sus treinta, director de un centro de mayores en Monterrey y que hacía compatible su encargo con su trabajo como abogado.

 

Hay algunos numerarios mexicanos que han logrado continuar sus estudios y trabajo en el extranjero, como el ingeniero de Airbus que vive en Francia o el Ingeniero que labora para un proyecto con Toyota en la Universidad de Northwestern que al intentar salir del país y buscar estudios y trabajo, los directores del opus les dijeron que si se iban, tendrían que salir de la obra. No se espantaron, fueron valientes con su decisión, sabían lo que les convenía y ahora están fuera de México en magníficos trabajos y siguen en la Prelatura. Lo increíble, el opus nunca pierde, es que cuando vienen a México los directores les organizan sus giras en centros, especialmente de universitarios, que ya son pocos, para mostrar a los más jóvenes que en el opus se puede llegar lejos en el campo profesional. Es cierto se puede llegar lejos si uno quiere, el problema es que la opus no lo quiere y amenaza. Lo importante es no dejarse amenazar por la madre guapa. Si los jóvenes supieran lo que se sufre por abrirse camino en el trabajo profesional siendo del opus se la pensarían.

 

Si vemos el curriculum de los directores de centros, delegaciones y la comisión observamos la nula experiencia profesional: hay muchos directores que nunca han trabajado fuera del opus y unos cuantos con una experiencia de máximo un par de años. Eso explica la complicada vida profesional de sus dirigidos.

 

Por lo anterior, creo que en México se coincide más con la tercera hipótesis Gervasiana mencionada en su excelente escrito, como los demás que tiene, del 16 de febrero pasado: La espiritualidad del Opus Dei que con la propuesta de Josef Knecht en su escrito que arriba menciono. Yo lo que veo claro es que el Opus Dei lleva dentro de su semilla su propia autodestrucción.

 

En varios correos se ha hablado de Enrique Rojas. En el norte de la ciudad de México hay un médico numerario que afuera de su despacho tiene su título profesional de Médico Cirujano. No es psiquiatra pero tiene esa fama. Posiblemente lo cursos tomados en la Universidad de Navarra en psiquiatría le han dado esa fama. Es especialista en Flores de Bach y adicciones. El Opus lo tiene fichado, no autorizan que sus fieles acudan a su gabinete a pesar de ser fiel numerario, sin embargo tiene muchos clientes y muy buena mano ya que alivia a una buena cantidad de sus pacientes. Su caso me viene a la mente ya que es distinto al de Enrique Rojas, no tiene al apoyo del opus aunque su clientela en gran parte viene de personas cercanas a la obra de Escrivá. A éste médico numerario le escuché decir que no conoce una adicción más grande que la que crea la Obra de Dios en sus miembros. Vaya si lo sabe de primera mano.

 

Hubo una serie de artículos sobre las numerarias auxiliares. Si uno habla con las numerarias dicen que las auxiliares las hacen sufrir y que las directoras de las administraciones se deben ganar el respeto de sus hermanas pequeñas por medio de trabajo duro, ejemplo y mucho esfuerzo. Como comentaban no hay blanco y negro sino claroscuros, ni las auxiliares son todas unos ángeles ni las numerarias son toas unos demonios. Yo quiero comentar dos anécdotas que viví y que explican un poco porqué las relaciones entre ambas facetas de lo que dicen es una misma vocación en ocasiones son difíciles.

 

Una la vi el año de 1995, durante la Misa celebrada por el Prelado en la Basílica de la Virgen de Guadalupe en la Ciudad de México. La Misa sería a las 8:00 p.m. de un día de agosto de ese año. Hubo muchas auxiliares que para conseguir un buen lugar llegaron desde la 1:00 p.m, siete horas antes del inicio de la celebración y se sentaron en las primeras filas. Ahí comieron, rezaron y rieron. A las 7:30 p.m., media hora antes de la Misa llegó una directora de la asesoría con un grupo de distinguidas damas y pidió a las auxiliares que les cedieran sus lugares, las auxiliares explicaron que estaban ahí desde la una de la tarde para estar en primer sitio, muy cerca del Padre. La respuesta de la directora fue un subido: OBEDEZCAN. Las auxiliares se retiraron y fueron a dar hasta la puerta de entrada pues la Basílica ya estaba llena. La parábola del invitado al banquete que toma el primer lugar pero tergiversada. En el opus todo se puede: modificar las parábolas y en nombre de la obediencia a las directoras mayores hacer fabulosos atropellos a los más débiles en la jerarquía opusina.

 

La otra anécdota es un día que una vecina de una casa de numerarios mayores y medianos, donde vive nuestro médico con fama de psiquiatra, estaba muriendo. Su hermana fue a pedir ayuda para que una de ellas acompañara a la moribunda mientras ella buscaba a uno de los hijos, pedía un médico y ambulancia. Las auxiliares se excusaron diciendo que no podían hacerle compañía a la moribunda pues no estaba la directora y tenían mucho trabajo. Sin embargo, las cuatro que ahí vivían, vieron todo paradas en la puerta de su casa. Murió la vecina. Al día siguiente, una de ellas fue con la hermana para decir que ya estaba encomendaban en Misa la vecina difunta y que lo sentían mucho.

 

Lo que pude ver claro y los vecinos también lo vieron, es la total dependencia y temor que las directoras crean sobre las auxiliares, que les impide vivir como mujeres comunes y corrientes aún para vivir la caridad más elemental. Todo el trabajo, tiempo y vida debe ser para el opus y nada más, no existe otra actividad o distracción que el opus. Esto me recuerda lo que uno que fue numerario me contó una vez que tuvo que confesarse con un sacerdote no del clero de la prelatura y que por penitencia le dejó hacer una obra de caridad, oh problema, él tan acostumbrado a rezar tres aves marías. Pues para cumplir la penitencia se le ocurrió hacer una visita a pobres y así se lo comentó a su director. El director le contestó: con quién vas, él respondió: solo, y el director le dice: no pierdas el tiempo. O sea, que si la Prelatura no saca ventaja para sí misma, en éste caso para su proselitismo, cualquier obra de caridad es una pérdida de tiempo. Esto es lo que hace fácil de distinguir a la obra de Dios, sólo está ella. Lo que es difícil de describir y creer son esas actitudes.

 

Con éstas anécdotas quiero explicar como dice el dicho mexicano: la burra no era arisca, la hicieron. Si las auxiliares son duras es que les han dado motivos para serlo y las han hecho absurdamente dependientes de las numerarias con las que viven.

 

Pero ese ambiente depredador también se vive entre numerarias. Tengo una hermana que cuando lleva ropa de regalo a su hija numeraria tiene que llevar también prendas para todas las del centro, especialmente para las directoras, pues sabe que si sólo le lleva a su hija no le permitirán usarlas pues no es del espíritu y acaban usándolas otras del centro, especialmente las directoras que tanto se sacrifican por las demás, por lo que mejor le lleva a todas y así se acaban las envidias y se vive el espíritu de pobreza y desprendimiento en todas.

 

Ví a un director que molestaba constantemente a un numerario al que habían regalado una chamarra amarilla chillante. Este numerario entregó la chamarra y a los pocos días esa chamarra se volvió a ver, efectivamente, en el director que tanto se burlaba del tono de la chamarra. Ese director no tuvo ningún empacho en el color y en el robo o cómo decirlo sin resultar duro.

 

 

Sobre lo escrito por Emeve, le recomiendo que nos proporcione una cuenta de correo electrónico para que sus seguidores, que son muchos en todo el planeta, se comuniquen con ella. Se sorprenderá cómo de todas las partes del mundo le van a contestar y hará muchos amigos. Yo seré el primero.

 

Lo digo al Chile

 

alchilemexico@gmail.com




Publicado el Friday, 20 February 2009



 
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