Leo con detenimiento y atención el escrito de V.L.H., que fue numeraria auxiliar en la delegación de Guadalajara (México), y no me queda sino confirmar una vez más que, además de los problemas morales que el opus mexicano tiene respecto a la manipulación de la vocación al celibato, tiene el gravísimo problema que nos aqueja en muchos otros aspectos en este país, a saber: la imprudencia y la ignorancia de los que gobiernan.

Todo lo que dice esta mujer refleja especialmente que los numerarios y numerarias de México, son en su mayoría, personas pragmáticas y profundamente ignorantes de las cuestiones humanas. Creen que por leer tres libros de novelitas ligeras y cuatro artículos de Istmo o de sus escritos endógenos de Navarra, están capacitados para gobernar. No tienen criterio ni capacidad de discernir las diversas situaciones y lugares. Es lo mismo que sucede con nuestros gobiernos de derecha, izquierda y centro, en los que la ignorancia campea y se refleja en la estrechez de miras y la poquedad de ánimo. Los directores se hacen pequeños (a la medida de un opus tropical) y lo peor de todo es que quieren hacer del mismo tamaño a sus hermanitos y hermanitas.

Pues que Dios les de luces, aunque a decir verdad, no creo que les de luces a los que no abren puertas y ventanas para que entre la luz, es decir, a los que creen que saben y no saben nada, a los que dicen tener gracia de Estado y no son más que unos perfectos ignorantes y soberbios. Nomás hay que ver quién es el delegado de monseñor Echevarría en México para corroborar que viven de la apariencia y la ignorancia encubierta o revestida de Filosofía y buen criterio. Necedad.

Hasta la próxima. 

Castalio