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 Tus escritos: ¿Hay que tener pruebas juridicas para dar un testimonio?.- Aquilina

140. Sobre esta web
Aquilina :

Querido Jiménez,

no puedo de menos que intentar contestar a un requerimiento tuyo hecho con tanta educación. Cuando actúo en la pagina de Opuslibros, yo parto de un axioma implicito: los que testimoniamos en OL no nos encontramos en un juzgado. Si yo me encontrara en un juzgado, lamentablemente, a lo mejor no podría ni levantar mi voz, pués yo no tengo en mis manos ninguna prueba de haber pertenecido a la institución, ni como numeraria de a pie ni, menos aún, como miembro de la asesoria. Podría quizá alegar el testimonio de amigos de fuera y de exes opus, pero a lo mejor el Opus Dei podría contestar que yo he mentido a las personas de fuera, y que con los exes estoy montando una conjura. No digo que lo hayan intentado conmigo, o que lo harian, digo que al menos han”casualmente” tomado todas las medidas –evitar de dejar en mis manos cualquier documento- para que esta pesadilla pueda volverse real.

Por esta razón, cuando intervengo en la web, por un lado intento que mis argumentos sean rigurosos y veridicos, pero al mismo tiempo hablo acerca de un montón de cosas de las que dificilmente podría hablar en la situación imaginada anteriormente, la de un juzgado. Más bien hablo dentro de un “marco” que es la experiencia común, aunque a menudo con matices muy distintos, que tenemos todos los que hemos pasado dentro del opus. Es la experiencia de personas “que sabemos por donde van” unas premisas, unas actuaciones, unos “criterios”, unas frases que constituyen el “léxico opus”...



Es lo que pasa cuando leemos el testimonio de algun ex que cuenta de experiencias que a lo mejor nosotros no hemos vivido personalmente, pero que tenemos seguridad moral de que son posibles y hasta probables dentro de la institución que hemos llegado a conocer tan entrañablemente.  Es lo que me pasó a mí cuando tuve por primera vez entre manos el libro de Mari Carmen Tapia: lo ojeé y “supe” con certeza moral que su testimonio era certero, pués dentro de mi cabeza leer sus paginas me provocaba como un movimento de piezas de un puzzle que no acababa yo sola de recomponer, y que se metian en su sitio.

Toda esa premisa para decirte que yo coloco perfectamente, dentro de mi “marco” de referimento de la realidad Opus Dei, lo que Isabel Caballero denuncia acerca de Rojas, e intento explicarlo mejor: en alguna caja de mi desván se puede encontrar, desde hace muchos años atrás, la tapa amarilla de un libro de Rojas. Eso no sería posible si ese libro no fuera difundido por gente de la obra, en mi caso un numerario –qepd- medico psiquiatra que me atendió en las últimas temporadas de vida mía en el opus y en las primeras fuera.

Yo soy italiana y no tengo muchisimos libros españoles en mis estanterias. Los que he comprado en los últimos años los he escogido y buscado yo a raiz de intereses míos personalísimos. Los de esos años anteriores, te lo prometo, los he recibido de mano de gente de la obra, aunque a menudo los haya recibidos de buena gana. Si aceptas esta circustancia: que a menudo la gente del opus promociona y recomienda servicios, libros, lo que sea, de “los suyos” (cosa que tampoco, de suyo, me parece especialmente negativo mientras que se mantenga dentro de lo legal y apropiado), y si por otro lado reconoces que, en teoria, es lo propio del Opus Dei ayudar sus fieles a santificarse dentro de su vida cotidiana, especialmente en sus actuaciones profesionales, convendrás conmigo que, almenos desde cuando salió a relucir esta situación contradictoria e ilegal de Rojas, el Opus Dei tendría que exigir una toma de posición de parte de él: que renuncie a utilizar unos titulos que no le pertenecen o que renuncie a ser del opus, puesto que el fraude no se puede santificar. O, si él no pertenece al opus, que tome una postura pública, puesto que el problema ha llegado a tener nivel público, comunicando que Rojas no es miembro de la prelatura y tomando distancias de una persona de tan poca confianza.

Por el “marco” en el que puedo colocar lo que he leído acerca de esta situación, lo que yo opino (he escogido con atención el verbo “opinar”, pués es lo que describe exactamente mi situación mental) es que la obra siga utilizando los servicios de ese profesional por intentar resolver, en algunos casos, problemas de gente suya en crisis vocacional, por defender su visión de la familia y de la paternidad, etc. y en cambio le proporciona el apoyo y la omertad de su entorno. El opus necesita, en algún modo de Rojas, y Rojas necesita, para seguir mantenendo un mínimo de consenso social que le otorgue impunidad, del entorno opus. Esta hipotesis encaja con lo que conozco yo de la mentalidad y de la actuación opus. Escribí que “opino”: y por definición una opinion es algo provisorio.

El objeto de esta intervención mía no es la actuación de Rojas, que conozco sólo de forma mediata y acerca de la cual podría cambiar de opinión si conociera otros datos distintos. El objeto de mi intervención es que sí, aquí podemos hablar también de asuntos de los que no tenemos pruebas incontestables, mientras que intentemos hacerlo honradamente dentro de nuestra experiencia y mientras que los reconocemos como problemas estructurales del Opus Dei, dentro del “instinto” que hemos adquirido acerca del “buen espiritu” y del “criterio” que se viven en el opus, puesto que uno de nuestros problemas es exactamente que el opus, por medio de todas una precauciones y unas medidas de secretismo de sus praxis y constumbres, nos ha quitado la posibilidad de demostrar lo que testimoniamos de nuestras experiencias. Si sólo hablaran los que tangan pruebas materiales de lo que testimonian, se tardaría inmensamente en provocar el movimento de opinion que pueda sustituir la presencia de estas pruebas que no tenemos sin que por esa razòn nos falte el conocimiento de situaciones reales de la obra. Mira que no digo que podemos hablar o alimentar cualquier cosa o cualquier argumento.

Espero no volver a reabrir un foco de polemicas si cuento que yo juzgué apropiado no intervenir cuando salió el argumento de los abusos sexuales en el Opus Dei. Yo no dudaba del testimonio de la persona que contó haber sido objeto de esos abusos, y tengo por cierto que en el opus, en el caso, se otorga prioridad a la necesidad de “no dar escandalo” fuera (el “escandalo” para ellos es el cotile, la difusión de una noticia, no el derrumbamiento interior de quien padece una violencia fisica o moral…) respecto a la necesidad de hacer justicia. Pero acerca de estas circustancias, por mi “marco” mental acerca de lo que es el Opus Dei, y aunque episodios por el estilo puedan ser más numerosos de lo que yo tengo experiencia directa y soy capaz de imaginar, esos problemas no derivan directamente de praxis aprobadas en los documentos internos de gobierno, como lo es en cambio la falta de respeto a la intimidad que nace de la forma de vivir la dirección espiritual de la obra, por hacer un solo ejemplo. Por esta razón, sin hacerle faltar solidariedad y apoyo a la gente que sufrió esos abusos, y hasta reconociendo que la forma de vivir propia del opus pueda llevar y facilitar a esos abusos, no creo apropiado que esos episodios se vuelvan una bandera contra la obra. Yo no sé que es más grave, pero en cada caso lo que se relaciona a Roja me parece un problema que arraiga en la forma de ser propia de la naturaleza sectaria, de quiste dentro de la sociedad (civil y eclesiastica) propio del opus; los abusos sexuales y otros problemas, por muy difundido que puedan ser, no. Esto quiero decir afirmando que lo de Rojas tiene mucho que ver con los problemas del Opus.

Recuerdos para todos,
Elena




Publicado el Friday, 02 October 2009



 
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