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 Tus escritos: Son las cosas que haces y no las que dices las que te definen.- Unocomocualquier

060. Libertad, coacción, control
unocomocualquiera :

Omne regnum divisum contra se, desolabitur.

Et omnis civitas vel domus divisa contra se non stabit.

(Pregunta: ¿los que critican son los que cumplen esta profecía?)

 

Dedicado a Calandria y los que sois como ella.

 

En mi todavía corta vida (bueno en el siglo XVI ya sería larga), me he encontrado con frecuencia con el problema de la resistencia al cambio (Change Management le llaman). A todos nos molesta tener que cambiar, porque requiere esfuerzo, porque significa enfrentar un problema, porque nos muestra falibles e inseguros. Por ejemplo, a quien no le costo recibir, hacer o decir aquella pequeñísima corrección fraterna… fulanito, te huelen las orejas, baaaaañate por favoooor, que es falta de caaaaridad!!!... ejem!, en fin, en un curso de Change Management que tuve la oportunidad de asistir en la Chicago Business School (CBS, University of Chicago) me mostraron, entre otros, un librito que se llama The Gods of Management (por cierto que este idea luego fue pirateada por el Rector-Filosofo e intelectual Carlos Llano y presentada como propia aplicándola al Amor Humano –lo que sea que se trate de significar con ese termino-)*.

 

En este libro se explica que una condición sine qua non para producir el cambio en una organización es tener el poder formal para hacerlo. Tener el apoyo desde las más altas esferas para conseguirlo (y no hablo del cielo eehhh?), estar en línea con la autoridad. Calandria que cantas bajo mi ventana (ya déjame dormir!), si de verdad lo que quieres es consumir tu vida en la empresa de reformar al Opus Dei, y por tanto convertirte en su ilustre reformadora –portadora de la nueva ilustración-, permíteme recomendarte dos cosas: i) asegúrate que tengas la autoridad formal para hacerlo; ii) aprende y enseña que los mas importante del proceso de cambio es escuchar y aceptar la critica (En el documento de Strategy 2015 hecho publico en la empresa en que trabajo, una de las paginas centrales dice “Confronting a problem is the first step towards solving it”)… ah, y si puedes, trata de no morir o enfermar en el intento… ya hay muchos caídos a tu alrededor...



Sobre el escuchar, aprender y enseñar es a lo que me voy a referir en estas líneas… Mi Martin Luter@, si lo ves despacio, desde tu silla revolucionaria/reformista, Opus Libros es lo mejor que te pudo haber pasado!. Es en efecto Opus Libros un mecanismo de retroalimentación o crítica de ese 80% de personas que fueron de la Obra pero ya no lo son, que fueron o no escuchadas en su momento, que sienten que les quedaron cosas por decir y que esas cosas las tienen atoradas en el corazón, en la garganta o en la cabeza. En realidad, los que escribimos aqui prestamos un gran servicio!. Nada peor que poner una "caja de sugerencias" y encontrarla siempre vacia, nooo?, nada peor que la indiferencia. Creo que si lo ves bien, algo tendrán que decir y dentro de lo que digan los que aquí exponen, dada su aplastante multitud (4ex a 1no-ex), puede ser que algo de lo que digan sea cierto (cfr, The Wisdom of Crowds)… Retribuere dignare, Domine, ómnibus bona facentibus propter nomen tuum, vitam aeternam. Amen. No estoy seguro de que esto sea un buen o mal deseo.

 

Aquí tienes el centro de todos los problemas de la Obra…. Taraaaaa!!!...  lo voy a decir…. Taraaaaa… listos???... bueno ahí vaaaa: Creo que un problema esencial de la Prelatura es que no existe un mecanismo eficiente de retroalimentación…. Whaaat? ... creo que la Obra es una Sociedad Cerrada tal y como lo describió Popper o Soros.

 

Domine, exaudi orationem mean. Et clamor meus ad te veniat. A todos nos gusta en principio ser escuchados (como el día en que hice mi charla y se me durmió mi pobre interlocutor!... pobre, comía dulces para no dormirse… ese si que siempre estaba con una sonrisa… espero que así siga… bromeábamos diciéndole que hasta dormido sonreía, era de los tipicos que en las meditaciones azotaba... zas!), para mandar hay que saber primero donde se está, como llegar y tener información constante de como se va en la ruta (algo así como un gps)… Creo que a los que dirigen en el Opus no les llega la información, o lo que puede ser peor, no la quieren escuchar… “no oigo, no oigo, soy de palo, tengo orejas de pescado” dicen los niños en sus juegos… Sin embargo hay algunos signos externos que los directores podrían ver para adivinar su desempeño personal y colectivo a pesar de no quererlo reconocer. Existen, como en todas las empresas humanas y sobrenaturales, indicios del mercado… por ejemplo participación del mercado, o lealtad de los clientes, o cuantos clientes se te murieron al probar tus productos (dicen que cuesta mas ganar un cliente nuevo que retener uno existente, pero a ver revive un muerto?). Estas voces del mercado se suelen acallar porque se dice “En la Obra no nos interesan los números”… ni los numerarios, ni los supernumerarios, no los agregados, no los cooperadores… diría yo… recuerdo que cuando era pequeño me insistían los directores en que le escribiera al padre (siempre positivas y divertidas). Al Padre que taaaanto esperaba nuestras cartas… cuando aprendí algo de matemáticas (Alchile luego lo corroboró mas tarde) calcule el tiempo que el padre invierte en leer estas cartas “que taaaaanta ilusión le hace leer”… no cuadra… el padre no lee todas las cartas… de hecho desconfía de los que te dicen “el padre te manda decir que…” mas de una vez ví con tristeza que en un consejillo local se leía y enjuiciaba a un supernumerario por lo que había escrito al padre (recuerda que es de buen espíritu entregar las cartas abiertas… si eres buen hij@ no te confiesas con un sacerdote que no es de la Obra, ni mandas cartas cerradas al Padre, pueees de todas formas las vana  abrir). Se le recetaba a auqel un consejo al pelo y se escribía “díganle de parte del Padre que tal y cual”… confieso que nunca ejecute esas indicaciones… no me gusta mentir, ni de parte del Padre ni de nadie.

 

De manera que si en el Opus no gustan de los números… y si al padre no le llegan las cartas que le escribimos… como dirige entonces???... pues de oídas y a ciegas, por lo que otros le dicen… pero si es verdad esto no es una democracia!!!, tampoco es democracia la Iglesia, pero bien que pide perdón.

 

La Obra tiene otro mecanismo formal de retroalimentación… las visitas llamadas también Comisiones de Servicio… Durante los 80s las esperábamos con ilusión y ansia (vienen de Roma!!!… que nos cuenten cosas… hay que verlos… etc.)… hablábamos de todo y abiertamente con lealtad… pero nunca paso nada… Para la segunda visita, en los 90s pensamos que, por exceso de delicadeza, el problema era que no habíamos sido suficientemente explícitos, y por tanto se recrudeció el feedback de los mayores… el resultado fue notas desde la gran comisión regional a esos numerarios “negativos” para que corrigieran y aprendieran a tener mas visión sobrenatural!!, se quedaron todos muy heridos… nunca jamás nadie volvió a abrir la boca… para que?... el prelado sólo escucha, en el mejor de los casos, lo que los directores le dicen… solo ellos son de confiar… por eso en mi país lo mas que sucede es que cambian de ciudad pero no de cargos… sólo ellos/nosotros éramos confiables… y si acaso uno cae en desgracia se le refunde en el ultimo centro de supernumerarias mayores “a confesar viejitas escrupulosas” decían. Así vi que le paso en México a Don Florencio Sánchezbella, Don jose Luis Massot, Don Bernardo Fernandez Ardavín, Don Alberto Pacheco, Don Enrique Martínez Negrete, Don Juan Vicente Sepúlveda… etc etc… todos ellos muy dones en su momento.

 

Verás, sucede como en el cuento aquel, del monje de clausura que solo se le permitían dos palabras al año. El primer año, visita la oficina del Abad y dice “cama dura” y el Abad le responde que ya vera lo que se puede hacer… lo visita el segundo año y el monje dice “ducha fría” y el Abad le responde que ya vera si el calentador esta apagado… lo visita el tercer año y le dice “me voy” y el Abad explota y le dice: “Joder, pues claro, si no has hecho mas que quejarte durante tres años!” algo así sucede en el Opus, mutatis mutandis.

 

En la Obra como en las empresas es importante asegurar que existe un mecanismo eficiente de retroalimentación desde, hacia y entre los directores… no solo con estados financieros y de negocios actualizados (números), sino también con hechos. Nadie puede asumir que tiene las gracias para mandar, que esta exento de error, que es la voluntad de Dios para los demás, que lee en el corazón de los hombres o que tiene puesto vitalicio. Hay que saber escuchar, reconocer los errores y cambiar. Como dice mi jefe, el feedback es siempre un regalo, no lo desperdiciemos (se ve que nadie le hizo correcciones fraternaaas). Reconocer los errores saber pedir, perdón, saber cambiar.

 

Perdoname que lo mencione, pero quien insulta para inmediatamente terminar diciendo “y disculpa si te molestó”, o quien arremete contra alguien para luego decir “no creas que te lo digo para dañarte”, o quien ataca para terminar diciendo “no me lo tomes a mal” es hipócrita y falso. Una persona honesta y responsable, cuando insulta se aguanta la respuesta, cuando toma decisiones se come la crítica. En este mundo, todos cometemos errores, es de humanos dicen. El secreto, sabemos, esta en reconocerlos y cambiar para así aprender. Si la Obra lo consigue, tal vez y solo talvez podrá subsistir para cumplir su fin… Intercede pro filiis tuis ut, fideles spiritui Operis Dei, laborem sanctificemus et animas Christo lucrifacere queramos.

 

Así, que puestos a reformar al Opus, lo que hay que preguntarse es –exaaaaamen (todos cabezas gachas)-:

  1. Estoy dispuesto a pagar el precio de reformador desde dentro?, es solo cuestión de rezar y de que alguien más haga algo?
  2. Si me aguanto como estoy, podré sortear la depresión que veo en mis hermanos?
  3. Es lo que Dios me pide ser el reformador del Opus Dei y enmendarle la plana a mis santos predecesores?
  4. Me siento con la gracias necesarias (las sobrenaturales por supuesto!) de decir que es lo que el Opus Dei debe ser? He oído yo mis propias campanas del 2 de Oct??? He oído voces o alguna otra cosas que me haga sospechar de mi buen juicio??
  5. Puedo hacer a los demás y hacerme a mi mismo mas daño en el intento de reformar desde dentro?
  6. Es mejor que para mi y mis cercanos amigos, si no estoy de acuerdo, me salga e intente ayudar desde fuera, pero sin morir en el intento?

 

Termino con una anécdota… cierta vez, cuentan de uno que hablaba con un supernumerario y le explicaba las preces… y dime Filomeno, entiendes esto de “Si consistant adversum me castra, non timebit cor deum; si exurgat adversum me proelium, in hoc ego sperabo”… y éste le contesto… “pueeeesss creo que si, significa que hagan lo que me hagan, me tengo que aguantar!”… bueno, pues siiii… mas bien noooo… bueno quien sabe!.

 

salud y petroleo!
Unocomocualquiera.

 

*Hay otros muchos librillos de aeropuerto sobre change management que se pueden revisar: “Quien se ha robado mi queso?”; “Mi Icerbergh se esta derritiendo!”, etc… escritos por “profesores de Harvard” lo que sea que signifique ese título. Si los ven bien, se animarán ustedes mismos a escribir un libro pues verán que –como me dijo el Padre Coro- si a ellos les publican eso, porque a mi no?.




Publicado el Wednesday, 07 October 2009



 
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