Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Tus escritos: Once años después (1).- Maripaz

020. Irse de la Obra
Maripaz48 :

ONCE AÑOS DESPUÉS (I)

Maripaz, 16 de octubre de 2009

 

 

Hola a todos, han pasado once años desde que empecé una nueva vida, después de treinta y cinco años numeraria auxiliar y con el corazón recompuesto y la cabeza clara, voy a ír tratando de recordar como póco a póco, me fui recomponiendo.

 

No sé si recordais que cuando queria dejar la obra, en mi confusión y mis dudas, iba y venia de Sevilla a mi pueblo y viceversa, no me encontraba bién, ni dentro, ni fuera.

 

Por fín, una de las veces, me quedé con mis pádres. Aún recuerdo lo raro que se hacía no tener que vivír un horario a rajatabla. Con lo importante que habia sido en mi vida estár pendiente del reloj para llegar con puntualidad a las nórmas y demás encargos a lo largo del dia...



Los primeros días, me encontraba perdida, desorientada, rára... Como lo que más sabía hacer éra planchar, le planchaba a mi madre la ropa de la semana, pero acostumbrada a las enormes cantidades de prendas que había en los Colegios Mayores donde había trabajado, aquello, me parecia una minucía y tampoco tenia que planchar todos los dias.

 

Mi mádre entonces, era relativamente joven. Siempre habia sido una mujer muy trabajadora, limpia, ordenada y muy buena cocinera, por lo que ella se encargaba de las tareas y apenas me dejaba hacer algo. Quería como protegerme y que estuviera tranquila, descansada.

 

La verdad, me aburria bastante. El pueblo se me antojaba sin ningún aliciente, me parecia pequeño, sin muchas tiendas de ropa que era lo que a mí me encantaba, sin cine, sin teatro...

 

Por la tarde, acudía a la Santa Misa en la parroquia cercana a mí casa, comulgaba fervorosamente y me llenaba de paz. Todavia, mi alma en su interior, tenía un sentido de culpabilidad tremendo que me hacía sufrir enormemente. Era como si a los ojos de Díos, fuera una traidora, indigna de acercarme a Él. Eran tantas las veces que me habían dicho que mi condenación estaba asegurada, que me sentía como un objeto sin valor alguno.

 

Por aquella época, había un grupo de supernumerarios mayores que acudian todas las tardes, como yo a la iglesia para cumplir esa norma, y me sentía unida a ellos, aunque apenas me conocían . Éra como el vincúlo que me unía a la obra y donde realmente me encontraba, sin ser un "bicho ráro" Los años pasados en la obra, habian creado unos lazos muy fuertes y tenia una dependencia emocional muy grande. Me parecía que no podria vivír sin ella... De alguna manera, miraba a aquellas supernumerarias y me sentía úna más.

 

Por la tarde, después de comer, me íba a dar un paseo por la orilla del río con mi mádre. Cási pareciamos dos extrañas. Apenas había vivído con ella, me había ído con quince años y la habia visto en contadas ocasiones. La queria con locúra, pero no teniamos casi nada que compartír. Su mundo y el mío eran diferentes.

 

Por otro ládo, las dós, teniamos un caracter fuerte y a veces por defender la obra con pasión, terminabamos enfrentadas. Éra tál mi ceguera, que no permitía que nadíe me dijera álgo negativo sobre la obra y el padre.

 

Me costó bastante quitarme de encima esa dosis de adoctrinamiento que a lo largo de tantos años habian inculcado en mí... me consideraba todavia un ser muy especial, por encima de los demás séres...

 

Alguna vez, élla, no le apetecía venir conmigo, y me íba sóla. Los chopos, me atraían de una manera especial, formaban párte de mis raíces y volvia a reencontrarme con ellos. Sentía una enorme paz, viendo el agua que corria serena por el caúce del río y las montañas cercanas, parecia que me hablaban.

 

Un día, descubrí el Polideportivo y me quedé fascináda... habia dos canchas de ténis, un hermoso frontón... Recordé que me había traido mi raquéta de la márca "Boomerang". Me la habían puesto los Reyes el ultímo año, casi sóla. Era cára y solo había pedído éso, la raqueta, pero de una márca buena.

 

Una tárde, la cogí y me la llevé. Al llegar al frontón, no había nádie y empecé a dar pelotazos con todas mis fuerzas. Estúve así, cási media hóra, hasta que aparecieron unos chavales jóvenes que me observaban con curiosidad pues éra toda una señora de cincuenta años, y se sorprendieron de mi fuerza. Como llevaba un buen ráto, les cedí el puesto, y me lo agradecieron sonriendo.

 

Desde entonces, tódas las tardes y muchas mañanas, me iba a dar pelotazos al frontón sin más compañia que la de mis jóvenes amigos, que cáda día se asombraban más de mi agilidad con la raqueta.

 

Una mañana descubrí en una tienda, un aparato para escuchar musíca que iba con pílas y se podía meter una cínta de musíca dentro y escucharlo por la calle. Sin tener que pedir permiso a nadie, me lo compré y fué mi acompañante desde entonces en mis paseos por la orilla del río. No imaginaís la ilusión que sentí al poder escuchar musica en el "tiempo de la tarde" sin pedir permiso y sin corrér el riesgo de ser amosnestáda con una corrección fraterna.

 

Empezaba a saborear la vída de una manera diferente...

 

Continuará...

 

>>Siguiente




Publicado el Friday, 16 October 2009



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 020. Irse de la Obra


Noticia más leída sobre 020. Irse de la Obra:
En homenaje a Antonio Petit.- Libero


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.138 Segundos