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 Tus escritos: Opuslibros como una metafora.- Aquilina

140. Sobre esta web
Aquilina :

Leyendo la intervención de Observación se me ocurrió como una metafora de la pagina de Opuslibros. Opuslibros es como una ciudad: hay edificios y pisos en los que viven personas más o menos normales (¿alguien sabe que quiere decir, exactamente, “normales”? No me lo pregunteis a mí…), hay lugares de culto en los que se reunen personas piadosas y de fé, hay sanatorios donde acuden infermos con distintas enfermedades, tribunales para los que tienen pleitos, manicomios que reunen unos más o menos locos (¿alguien sabe exactamente que es “locura” y que “cordura”?), universidades y teatros que acogen intelectuales, cafeterìas para los “alternativos”, unos circulos que reunen ateos, y casinos que acogen putas y sus clientes. Quizá, también alguna cueva o romitorio para unos raros misticos. Pues, si alguien se mete en la calles y callejuelas de esta enorme ciudad, y por pereza, o por la gran extensión de la ciudad, se fija solo en el barrio universitario, y después va contando que en esa ciudad todos son intelectuales, aunque se refiera a un dato concreto cierto –que vé a muchos alumnos y profesores- está proporcionando una imagen falseada de la ciudad...

Lo mismo si se pone en las calles alrededor de la catedral, donde también se encuentra el romitorio, y cuenta que la ciudad está habitada principalmente por religiosos y hombres de Dios. Y aunque los pleitos sean muy litigiosos y llenos de voces a gritos, tampoco esto justifica el argumento que en la ciudad todo el mundo está riñendose; ni que todos están locos, o todos son enfermos, o toda gente muy normalita, ni menos aùn todos liberopensadores, u todos putas y puteros.

Fuera de matafora, quiero decir que noto, en los que critican Opuslibros, una fuerte tendencia a enfocar su atención en las intervenciones que más le molestan y a absolutizar esos contenidos como si fueran los únicos o los más numerosos de la pagina, y no es de justicia. Es importante que nos enteremos de esto y que defendamos, como es cierto, la abundancia, la multiplicidad y la categoría de los testimonios de estos siete años de actividad de la pagina. Quiero subrayarlo: no somos un grupo de resentidos, ni es cierto que en Opuslibros sólo, o especialmente, se encuentra resentimiento. A veces hay intervenciones que, según mis medidas también, suenas casi demasiado fuertes, o utilizan formas expresivas que yo no utilizaría. Pero ¿quien soy yo para juzgar la buena fe y la veracidad de testimonios sobre situaciones concretas que yo no he vivido? Y más aún si las circustancias a las que se refieren las reconozca como reales y posibles por la experiencia de vida que tengo en el opus, aunque yo personalmente y directamente no haya llegado a experimentar todas las circustancias más dramaticas.

A mí me doleria mucho que alguien dudara de mi veracidad al leer en mi historia situaciones que no le tocaron vivir personalmente. A muchos no le habrá tocado ser objeto de una admonición formal de la asesoria como me pasó a mí en mi recorrido de salida de la obra, pero en mi caso es cierto. Fué una actuación totalmente no justificada y desproporcionada a la situación, además que inadecuada a su objetivo de retenerme en la obra, pero es totalmente e historicamente cierto, aunque casi nadie asistiera y yo no pueda probarlo. Y hay mucha gente que le tocó sufrir circustancias mucho peores y mucho más dramaticas. ¿Qué hay de amargura, de falta de perdón, de buscar paños calientes, en el dar testimonio de las circustancias dramaticas de mi salida? A lo maximo puedo experimentar pena de no haber tenido, en la época, la madurez y la independencia de juicio de enviar a paseo a las dos numerarias y sus argumentos pueriles. Pero eso no es amargura: es más bien reirme de mi misma y de ellas.

La cuestión es otra: es que hay que lograr que gente en buena fe y desprevenida se acerque al Opus Dei, si lo quiere, con un minimo información alternativa a la versión mitica y despegada de la realidad que proporciona el Opus Dei acerca de si mismo. No para hacer cruzadas (otras batallas cotidianas tenemos que combatir y ganar en nuestras vidas, yo y unos cuantos más al menos) sino porque en el humano consorcio todos tenemos responsabilidades hacia los demás, sobre todo si estos “demás” son nuestro proximo por razones de circustancias vitales.

No es cuestion de perdonar u no perdonar: es como si se pretendiera de las victimas de un rapto que no solo perdonen los que intentaron raptarle, sino que consentieran, en nombre del perdón, a que sigan organizandose y comprando armas para raptar a otros. Como yo, por mi experiencia directa, no quiero que mi hija pase por mis mismas experiencias, de la misma forma me parece normal ofrecer a otras madres y padres, que no tuvieron la discutibile suerte de experimentar este ambiente problematico en primera persona, la posibilidad de ser avisados de que existen esos riesgos.

Como yo, en la época de mi salida, sufrí la más total soledad y aislamiento, ahora me sale normal no dejar a otros en las mismas circunstancias. Proporcionarle atención, ayuda, comprensión, y si es posible también ayuda material. Que no se sientan bichos raros y que por el testimonio de innumerables otros asuman que no es por su culpa lo que le está pasando. ¿Es amargura eso? ¿O como es posible conseguirlo sin dejar espacio a los testimonios que en estos años se han ido sumando en esta pagina?

El problema no es si yo fracasé en el opus: esto está superado y perdonado; el problema es que no fracasen otros por ingenuos o manipulados. No es una misión, pero sí es una responsabilidad. Muchos que nos leeis podeis no encontraros de acuerdo con eso, pero tampoco podeis guardar vuestra honradez argumentando a base de absolutizar una parte de las intervenciones, y juzgando intenciones explicitas o implicitas. Yo no juzgo vuestra buena fe y vuestra capacidad de enteraros de vuestros mecanismos interiores, pero lo que veo es que exagerais y absolutizais una pequeña parte de los contenidos de la pagina de Opuslibros porque de esta forma le quitais importancia a otros contenidos mucho más peligrosos para la Obra, que son los que ponen en tela de juicio las premisas mismas del edificio del Opus Dei. Y para conseguir ese objetivo, no os cuidais de despreciar y descalificar los testimonios más dolidos y dramaticos. Es realmente una pena, para nosotros pero especialmente para vosotros: estais perdiendo una gran oportunidad de ser los “sembradores de paz y alegria”, de perdón y comprensión y fraternidad que pretendeis ser, al no querer –o no poder por las "lógicas" institucionales-, reflexionar y rectificar.

Aquilina (Elena) 




Publicado el Wednesday, 11 November 2009



 
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