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 Tus escritos: Recuerdos de mi estudio sobre los primeros miembros.- Novedades

100. Aspectos sociológicos
Novedades :

Hace año y medio que publiqué el resultado de mi estudio sobre los primeros miembros del Opus Dei. Un estudio en el que pretendía recoger en la medida de lo posible la verdadera historia de las primeras personas que se unieron a la institución, desde 1928 (año de fundación de la institución) hasta 1940 (primer año del "baby boom" de pitajes).

Hoy, rebuscando entre mis cosas, he encontrado la lista, y me ha dado qué pensar. Por un lado, lamento muchísimo no poder hacer un estudio más exhaustivo, pero lamentablemente casi todas las personas que pitaron han fallecido, y las que no han perseverado fueron ignoradas en las historias oficiales (o no fueron mencionadas como miembros sino como gente que se confesaba con Escrivá).

Mi estudio pretendía hacer caer tres mitos:

1) Siempre ha habido un número muy elevado de entradas y salidas, por lo tanto un "índice de perseverancia" muy bajo.

Esto se ve en la lista, cuando indico las personas que se fueron. No hay que olvidar que la lista está basada en las bibliografías oficiales, en las que se obvian a la práctica totalidad de los que abandonaron la Obra. Por lo tanto, si sólo con los que sabemos que se fueron ya tenemos tantas personas, ¡cuántos habrá que no conozcamos ni conoceremos jamás! Por no hablar de los que puse y no tenía noticia que se fueron, como es el caso de Jacinto Valentín Gamazo (muchas gracias por tus comentarios, Nacho Fernández, me alegro de que te gustara el artículo).

Creo que todos los que hemos pasado por la institución sabemos la cantidad de gente que entra y sale de la misma. Cuando me uní, pensé que "lo normal" era perseverar en la Obra, y que siempre habría algún "caso raro" que no perseverase. Después de varios años, teminé descubriendo la realidad. Uno echa la mirada atrás y descubre que lo verdaderamente raro es seguir, la mayoría lo van dejando, sobre todo en el caso de los numerarios.

2) La mayoría de los primeros fueron sacerdotes (quitando las mujeres y los que murieron pronto). Al final, esto demuestra que un numerario estaba concebido para terminar siendo sacerdote, más pronto o más tarde, en la mayoría de los casos. Lo de renovar el papel de los laicos, mentalidad laical y demás ideas nunca se ha dado en el caso de los numerarios, lógico teniendo en cuenta el estilo de vida que llevan.

3)La edad de los que entraban al principio, como ya comenté, era más elevada que ahora. Y eso teniendo en cuenta que en aquella época las edades eran distintas: la gente se casaba muy pronto y empezaba a trabajar mucho antes que ahora. Por lo tanto, pitar a los 17 en los años 30 y 40 (la edad más joven aproximadamente), no se puede asociar a los 17 de ahora, sino por ejemplo a los 22 actuales, y dependiendo de los casos. Y por supuesto, nadie pitaba a los 14, cosa que hoy en día sigue ocurriendo. En este sentido, la Obra no ha sabido adaptarse a los tiempos y ha ido hacia atrás.

Pero hubo una reflexión que en su momento no hice. Tiene que ver con el crecimiento de la institución. En los años 40, 50 y 60 fue espectacular. Ya en los 70 se empezó a ralentizar, especialmente cuando al fundador le dio por ir a países cada vez menos católicos. Y en los 80 comenzó el declive, que se ha agudizado en los 90 (como todos sabemos, las cifras de miembros siguen creciendo, pero la media de edad también, y los pocos centros de estudios que no han cerrado están casi vacíos).

Cuando entré en la Obra, pensaba que los primeros eran unos héroes, unos santos, y que gracias a eso conseguían tantos pitajes. Se contaban anécdotas que recordaban a San Francisco Javier, ese que bautizaba por centenares. Con el tiempo descubres que los primeros eran iguales que los de ahora, salvo porque no tenían los medios económicos de ahora (lógico tras una guerra civil). Si pitaba tanta gente, hay que verlo en el contexto de una sociedad mucho más cristiana que la actual (hablo de España. Pitaba mucha gente, del mismo modo que había muchas vocaciones sacerdotales y religiosas, las iglesias estaban llenas, etc.

Por lo tanto, la abundancia de pitajes de aquel entonces comparada con la escasez actual, no se debe a una mayor santidad o perseverancia de los miembros de aquel entonces (ya hemos visto que se iban tantos como ahora), sino simplemente a que vivían en una sociedad mucho más cristiana, que era "caldo de cultivo" de vocaciones. Es como si alguien pretendiera decir que los numerarios de Polonia son más santos que los de Kazajistán, y por ello en premio a su santidad hay más vocaciones en Polonia que en Kazajistán.

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En cuanto a lo que comentaba Nacho Fernández sobre los cuadernos de Escrivá Albás (que no "Escrivá De Balaguer y Albás") en su artículo "Las Anguilas y la Corona de Espinas", es curioso que las cartas de Escrivá a sus hijos, treinta y cinco años después de su muerte, sigan sin estar disponibles, ni al medio público, ni a los propios miembros (en publicaciones internas). No olvidemos que todas las cartas de Portillo (que no "Del Portillo") y todas las de Echevarría se encuentran encuadernadas en la colección "Bonus Pastor" de las publicaciones internas, y todos los miembros tienen libre acceso. Teniendo en cuenta la calidad de muchas de ellas (especialmente las de Echevarría, que no son más que un "corta y pega" de frases del fundador y del papa, unidas entre sí con comentarios machaconamente repetidos), y que ninguno de ellos fue fundador, no se entiende que las de Escrivá sigan escondidas.

Afortunadamente, en esta web se han publicado las instrucciones que, en teoría, fueron escritas en aquella época, aunque muchos aseguran que fueron "retocadas" por Escrivá unos años después. Dudo mucho que se pusiera a retocar las cartas, es el único motivo por el que creo que siguen escondiéndolas. Parece ser que estas no son "publicables" ni siquiera con pies de página como han hecho con las instrucciones (primero "retocadas" por Escrivá y luego por Portillo). Es muy interesante leer el artículo sobre las 50 cartas fundacionales que siguen secuestradas, que publicó "Oráculo".


Publicado el Monday, 31 May 2010



 
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