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 Tus escritos: Los cuatro demonios de Escrivá y una post data del Prelado en Perú.- Nicanor

090. Espiritualidad y ascética
Nicanor :

Considero que el precio de los testimonios de todas las personas que ingresan a este portal es de un valor enorme para los anales de la Historia de la Iglesia y de la Sociedad del mundo moderno.

Quisiera en este escrito recordar episodios de las décadas que pasé en dentro del Opus Dei y que Escrivá los denominó los “tres demonios” al que posteriormente añadió un cuarto: “pensé que”, “creí que”, “supuse que” y el cuarto “me olvidé”.

Estas tres criaturas malignas – más allá del sorprendente caso que revela Daniel M -, Escrivá los colocaba como ejemplos para “obedecer” sin chistar. Pero… ¿Podrían ser “demonios” del carisma de eso que el Opus denomina “peculiar llamada a la santidad dentro de la llamada universal a la santidad”? Veamos.

a. Demonio “Pensé que”: Cuando me propusieron la vocación al Opus Dei, como un llamado a evangelizar desde mi vocación profesional lo único que sabía de esta institución era que pertenecía a la Iglesia Católica y fomentaba algunas prácticas de piedad con cierto rigorismo a través “medios de formación” en los “círculos preparatorios”. Cabe mencionar al lector que quien dicta esta forma de charla que incluye un cierto ritual: oración inicial, plegarias, charla, examen de conciencia, coloquio proselitista y pasar una bolsa para la colecta de la “limosna”. Bien. El Demonio “Pensé qué” se me presentó en dos ocasiones. La primera cuando me propusieron la vocación puesto que nunca me dijeron ¿Qué era el Opus Dei?, qué derechos y obligaciones estaba aceptando… “Pensé qué” me había poseído creyendo que como numerario iba a mantener mi vida normal para – a la postre – caer en la cuenta que era lo más lejano a cualquiera de mis compañeros de estudios. “Mea culpa” por ser un adolescente ingenuo de familia agnóstica embelesado eso de “santificarse y santificar”. Particularmente recuerdo en una de las “tertulias” (dícese de la sobremesa en la sala de estar tras el almuerzo o cena) en la que uno comentaba cuando dos numerarias promocionaron las actividades del Club de chicas y este comentó que creyó que eran un par de monjas. Obviamente, todos nos molestamos porque… los numerari@s son personas comunes y corrientes ¿no? Otro recuerdo es la charla que nos dio uno de los Directores de la Comisión en la que nos puso al día de la disponibilidad de “rotar” a donde el Opus Dei (Directore) nos indicase. Esto le hizo gracia porque él era profesor de la Escuela de Alta Dirección de la UDEP (un inamovible) e incluyó la irónica frase “pobre de aquel Jefe que contrate a un numerari@ porque es de las personas más inestables para un puesto de trabajo permanente”...

b. Demonio “Creí que”: este Demonio me acompañó durante todo el tiempo que permanecí en el interior del Opus Dei. “Creí que” me hizo pensar que Dios me había llamado, elegido desde la eternidad, besado en la frente para serlo. “Creí que” infiltró en mi mente que Dios me había predestinado a pertenecer dentro de una Institución que el mismísimo Dios había fundado. “Creí que” me hizo pensar que estar en el Opus Dei era ser uno más dentro de la Iglesia Católica. Luego me di cuenta que era ser uno más de la Prelatura que había adoptado ya la formad e una Iglesia paralela. “Creí que” me hizo pensar que los Directores nunca se equivocan, que el “Padre” (Prelado) es infalible, que no se debe cuestionar la propia institución en ninguna de sus formas y que cualquier método que pudiese “empujar” a alguien a ser parte de la Institución era santa. “Creí que” fue exorcizado por un sacerdote mismo del Opus Dei, a quien le estaré eternamente agradecido, cuando me comentó que Dios no quería mi infelicidad en una triste perseverancia que llevaba años manifestado ya en la enfermedad psicológica. “Creí que” salió de mi alma tras las palabras del cura: “Dios te quiere feliz. Ya has servido a Dios en el Opus Dei y ahora querrá que tomes otro camino y seas santo. No pienses que Dios te dejará si dejas de servirle en el Opus Dei”. Inmediatamente tal espíritu demoníaco abandonó mi mente, todo lo “mamado” durante años que la vocación es para toda la vida, que uno ha sido predestinado y el Opus es el único camino seguro e infalible de santificación. De hecho, recuerdo en una charla que nos dio cura, en la que hizo la comparación entre la formación y el modo de vida de los archi enemigos del Opus, los Jesuitas, afirmando que los Jesuitas tenían tanta formación y comportamiento como un supernumerario y lo dijo de forma despectiva.

c. Demonio “Supuse que”: este Demonio es muy suspicaz, gran aliado de “Creí que”. Cuando una persona solicita la Admisión al Opus Dei “supone que” su estado y forma de vida irán por el camino de aquello que le propusieron: lo ordinario, lo común y lo corriente. “Supuse que” presentó ante mi ese panorama a través de los Directores que nunca se equivocan cuando ejercen la Dirección Espiritual en lo que se denomina “Confidencia” (abrir la conciencia a otro numerario y al cura en una charla coloquial semanalmente) que – según el punto 221 del Catecismo del Opus Dei (librito que nunca me lo presentaron hasta que hice una ceremonia interna llamada Oblación al año de solicitar mi Admisión) – dice expresamente que tales individuos “…cuentan con una gracia especial..” para que por acción del Espíritu Santo nunca se equivoquen. Es por ello que uno de los defectos que hay que desterrar dentro del Opus es “abrir el alma a otra persona que no sea la designada por los Directores” y “aceptar lo que te indican en esa “conversación” únicamente como consejos” (Ref. Catecismo del Opus Dei, 220). Tal insidioso es este Demonio que, escuchada la voz de Dios a través de quien te ordena lo que debes y no debes de hacer “hay que dar gracias a Dios, grabar en el corazón los consejos recibidos y tratar de ponerlos en práctica” usualmente yendo al Oratorio (Ref. Catecismo del Opus Dei, 219). Así pues, los Directores y Curas que te asignan nunca se equivocan. El que se equivoca eres tú porque el demonio “Supuse que” adoptará también la forma de “libre albedrío” o “encontrar un mejor modo de hacer lo que te mandan hacer sin consultarlo previamente”. Este demonio es de lo peor, te carga toda la culpabilidad a tu conciencia, pero te ayuda a guardar material para tu confesión y charla semanal cuando – ordinariamente – no sabes qué contar.

d. Demonio “Me olvidé”: este es el más inocuo de todos, por ello ocupa el cuarto puesto en el ranking. Dentro del intenso plan de adoctrinamiento de los numerari@s, en su media hora de oración por la mañana y tarde, lectura espiritual, confesión, confidencia y “correcciones fraternas” (dícese de amonestación que debe practicarse con cariño fraterno en alguna materia de norma y costumbre mal practicada)… es, como el anterior, ayuda para guardar reservas qué contar en esos dos “medios de formación personal semanal” donde usualmente no sabes qué decir.

El lector podrá sacar conclusiones que estos tres demonios inventados por Escrivá son de gran utilidad para sus fines. “Dark City” , un filme de 1998 dirigida por Alex Proyas, disponible en YouTube, es un buen ejemplo de operatividad de estos tres demonios a favor de los fines del invento de Escrivá: el Opus Dei ¿Quién se cree que el Opus Dei fue una “revelación particular” de Dios a Escrivá con carácter universal?

“Pensé que” sirve al Opus Dei para el enganche. “Supuse que” para mantener la fidelidad y “me olvidé” – en este caso – para ir deshaciendo tu memoria personal (familia, amig@s) para inventar una nueva: “la historia particular de tu vocación” como la denominaba Escrivá en la que cada un@, haciendo un ejercicio de “contar su historia personal” se “daría cuenta” que Dios le guió para ser uno de los “elegid@s”. Obviamente, el demonio “Me olvidé”, ya se cargó casi todos tus recuerdos puesto que no puedes tener fotos de tus padres, de amig@s, de ex parejas… y, sobretodo, te orientará a ver lo que quieres ver: que el dios del Opus Dei te encaminó. Sepa también el lector que nadie puede narrar la historia de su vocación frente a los demás sin permiso expreso de los Directores de la residencia donde vive.

Cuatro demonios, cuatro amigos leales de Escrivá. “¡Todos para uno y uno para todos!”. Mosqueteros fieles de Escrivá para proteger la criatura que lo lanzó a la fama: el Opus Dei.

Nicanor
eco_challengers@hotmail.com

P.D.- Como anexo al relato de la visita del Prelado a Perú en la quincena de julio. En reunión sostenida en el campus de la UDEP, repleto de mujeres. Las preguntas pre establecidas fueron (sintetizo):

1.- ¿Cómo puedo hacer para que mis amigas no se aburran con las cosas de Dios? Vale decir, que le acepten hacer esas normas de piedad con los textos de Escrivá, se confiesen con un cura del Opus y asistan puntualmente a sus charlas y círculos.

2.- ¿Cómo podemos las mujeres ser más recatadas en nuestro modo de vestir? Asunto importantísimo porque a curas y numerarios les saltan los ojos cuando perciben esas feromonas del sexo opuesto. Aplicable también a los estudiantes varones en general sobretodo a los que se les quiere pinchar para numerarios y dejen a sus parejas. Recientemente me comentaba una ex numeraria de un cura del Opus que daba clases particulares en la UDEP y, por debajo de la mesa, la mano temblorosa acariciaba las piernas de sus compañeras. No me asombra en absoluto cuando se le impone el sacerdocio a quien no tiene vocación para ello.

3.- ¿Cómo puedo explicarle a mis padres que quiero ser numeraria y esto conlleva a ser una mejor persona, compañera y estudiante?

¿Por qué la asistencia masiva fue de mujeres y no de varones? No me lo explico. ¿Asistir a la "Tertulia con el Padre" valdrá 1 crédito universitario?

Amén de post data.


Publicado el Monday, 26 July 2010



 
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