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 Tus escritos: ¿Hoteles o centros? Y sobre la carta del Prelado.- Naranja agridulce

010. Testimonios
Naranja agridulce :

 

He ido perdiendo el arte de escribir, pero con la última actualización en la Web, encontré algunas cositas que por más que trato de dejarlas pasar me roban la calma.

 

Primero querría dirigir unas líneas a Novedades, acerca de su ultimo escrito (Cierre de Centros y Catecismo) Algunas cosas concuerdo que a primera vista saltan, pero hay otras cosas que depende como le va a uno en el baile así será la historia que narre.

 

Me ha gustado mucho la comparación a los centros con palacetes, hoteles de 5 estrellas, difiero del gusto y estética empleados para la decoración pero una analogía mejor no creo que haya sido posible encontrar. Centros=Hoteles...



Palacetes, grandes edificaciones feudales, donde se rinde pleitesía al señor feudal, (o en este caso al señor fundador) palacio o mazmorra, según como le fue a cada uno será la percepción del lugar.

 

Hotel de 5 estrellas, yo no me inclinaría a dar una categoría de 5 estrellas, le daría quizá 3 estrellas a un hotel medio viejo con aires de haber sido grande y pomposo pero hoy en decadencia. No voy a entrar en detalle si son 3 ó 4 estrellas si pasa la revisión y sello de edificios verdes, pero sí me detendré en lo de ‘hotel’. Lugar de paso, para hospedar uno que otro viajante por un tiempo. Un hotel donde todo mundo pasa pero no existe sentido de pertenencia, donde reina el anonimato, lugar donde todo ha sido cuidadosamente seleccionado por personas anónimas (la administración desconocida) para exhibir y decorar la inocuidad de los centros y asepsia moral y sentimental o familiar, lugar que no deja espacio para registro o memoria de quienes estuvieron allí. Lugar anónimo, decoraciones que si bien tendrán algún valor material carecen en lo absoluto de valor sentimental. Habrá por allí o por allá un cajón de madera de la época colonial donado por tal y cual familia, un cajón vacío, quizá con un bote de aluminio y una escobita para recolectar los pestilentes residuos del cigarro. Lugar de paso, donde no se sabe quien estuvo allí o quien vendrá, lugar que como buen hotel o pensión, cuando el viajante ha salido del lugar no queda memoria de haber enriquecido con su presencia ese lugar. Lugar que borra la memoria colectiva de quienes estuvieron allí una temporada pasada

 

Un hogar, una casa deja huella en sus habitantes y en sus paredes. Alguien me dirá si no es verdad el gusto que da a veces visitar la casa de la abuela (la abuela sanguínea ¡OJO!) te transporta al pasado, miras los recuerdos que mimosamente con cariño y afecto la anciana dama ha guardado no en un cajón de recuerdos, pero en su corazón. Quizá una lata vieja pintada por algún hijo suyo, quizá una funda o bordado con mas décadas que bordes, pero cada objeto tiene un nombre y un apellido, una fecha, una ocasión, una tristeza, una alegría, una derrota, una victoria, en otras palabras un sentimiento. Quizá en alguna bodega de alguno de estos ‘hoteles’ de tantas estrellas estén almacenados, mejor dicho encarcelados esos recuerdos que con el tiempo se vuelven anónimos.

 

Mi segundo comentario es para Flanpan (Por la boca muere el pez…) Qué claro queda la doble verdad o doble mentira del Opus Dei. Mayores de edad y menores de edad. ¿Cómo se explica esta paradoja?

 

Las condiciones necesarias por parte de la persona para la validez de la incorporación al Opus Dei son: que tenga uso de razón y haya cumplido al menos los dieciocho años

 

Me atrevo a pensar que aquí se maneja el concepto que hasta que la persona no haya sido aceptada ‘jurídicamente’ es decir, hasta no haber recibido la confirmación a su petición de ser fiel de la prelatura y pasado la oblación, (incorporación jurídica) no se cataloga a esta persona (jurídicamente) como miembro de la prelatura. ¿Qué pasa con alguien que siendo menor de edad pide la admisión?, esta es concedida con un tiempo prudencial. Pasado este tiempo me parece si no estoy mal informado, 1 año, después, puede hacer la oblación y para entonces ya se habrá cumplido la mayoría de edad, tiempo exigido entre pedir la admisión, confirmación que ha sido admitido y el tiempo mínimo para dar paso a la oblación.

 

Es decir, todos aquellos ‘miembros’ menores de edad o mayores de edad que pitan no son ‘miembros jurídicos’ hasta no haber hecho la oblación. De hecho y de derecho no son nada en la prelatura. ¿Donde queda la doble verdad o doble mentira? Estos ‘miembros’ sin la oblación tienen desde el momento que escriben la carta al prelado o vicario las mismas obligaciones y exigencias que cualquier otro miembro jurídicamente incorporado con oblación, fidelidad y “anillo prelatural”. Le deja muy poco campo de acción a la persona y deja totalmente pescado al incauto que ha caído en las redes de la obra.

 

Así que para resumir, el catecismo de la obra en el punto 66 habla de quienes pueden ser considerados miembros jurídicos de la obra, la carta del Prelado habla que todo aquel que le escriba a él o al vicario pasa a ser ‘de casa’, pasa a ser controlado y manipulado al antojo de los directores y si el Prelado recalca que se debe pedir permiso a los padres, es porque del Vaticano le han dado un halón de orejas por andar haciendo prácticas inapropiadas de reclutamiento a menores de edad.

 

Aquello de si jurídicamente una persona es o no miembro de la prelatura ya es material para otro artículo, si los fieles laicos o solo los sacerdotes son o no son, parecen de hecho pero no de derecho, solo es algo del defecto de la prelatura y sus estatutos tan oscuros.

 

Me preocupa eso de motivar hoy la salida forzada a otros países de miembros no jurídicos menores de edad. Abandonar su patria y dirigirse a países extraños a abrir caminos de expansión apostólica. Me preocupa pensar que un numerario hijo de supernumerarios, súper encajado, proselitista, con carácter, posición y muchas pelas, todo un intelectual con posibilidades de estudiar en una buena universidad en un país desarrollado, termine estudiando mediocremente en un país donde la Obra requiere de personal. Sin menospreciar a ninguna nación, pero no creo como opción de estudios alguien que a los 17 años se plantea estudiar física quántica en MIT Boston termine en alguna disciplina académica de paso en una universidad de Vietnam o Cambodia

 

Quizá para los cegados miembros en Latinoamérica el esfuerzo de mandar a estudiar fuera al hijo sea compensado, si estos van a expandir la decadente y moribunda labor en los países del norte de Europa. En cualquier caso, nos encontramos ante la negación de reconocer el proceso misionero propio de órdenes religiosas.

 

Por último, quiero hacer notar algo que me ha dejado un mal sabor de boca al leer (claro en la oración y bajo vigilancia en el oratorio del centro) la carta del Prelado. No ha sido sino hasta que la carta ha sido publicada aquí en la Web que he podido entrar en detalle a esa espina que al leerla la primera vez me dejó ese sabor a rejalgar

 

Por lo visto el Prelado si esta en el mundo, sabe que la sociedad ha cambiado, que hoy en día tanto mujeres como hombres en un hogar común y corriente deben sacar juntos las labores domesticas. Pero también veo su posición tajante de condenar a las auxiliares a que sigan por los siglos de los siglos como ahora:

 

A pesar de los cambios sociales producidos en el ámbito del trabajo doméstico, las Numerarias Auxiliares –con sus características propias y las consecuencias prácticas que se derivan– desempeñan y desempeñarán siempre una función insustituible en la vida de la Obra. [...]

Más adelante, el Prelado menciona cual debe ser la actitud de servicio al cliente que las auxiliares deben mostrar en cualquier momento o circunstancia:

Por eso, al santificar y santificaros en esas ocupaciones, vuestra dedicación profesional adquiere el carácter de instrumento apostólico de primera magnitud. Si vuestras familias, vuestras amigas y conocidas, os ven alegres y serviciales, siempre contentas, acabarán preguntándose por la causa de ese gozo y se sentirán movidas a seguir vuestro ejemplo, esmerándose en el cuidado de los hogares propios o de aquellos donde trabajan.

Claro que se preguntarán el porqué de ese gozo, una actitud un tanto extraña y antinatural, estar siempre sonriente y servicial. ¿De dónde podría provenir esa forzada alegría sino es de una instrucción a seguir?

            Siguiendo en las oscuras aguas de la carta, el prelado, hace un reflejo de su realidad y la de los numerarios que viven en centros con administración permanente la cual dista años luz de la realidad de los hogares luminosos y alegres, comunes y corrientes de nuestra sociedad. Tiene conciencia de que los numerarios en los centros solo dan carga a la administración, pero sigue viviendo en 'su realidad', en un centro de la Obra, no menciona para nada hogares comunes y corrientes donde el marido que llega tarde de trabajar debe ponerse a fregar los platos y no solo sentarse a esperar que le sirvan la comida a la mesa con delantal, guante y cofia blanca.

 

Y todos agradeceremos la tarea de las Administraciones con espíritu de servicio, cuidando con esmero –en lo que está de nuestra parte– el hogar donde cada una y cada uno vive, facilitando así con alegría la tarea de quienes se dedican profesionalmente a esos menesteres, no dando más trabajo del necesario.

 

La carta tiene un último elemento que me dejó desconcertado o dudoso de la intención del mismo. Habla de la separación a rajatabla vivida desde siempre en los centros y apostolados, pero más adelante menciona que se debe hacer un esfuerzo mayor para entrelazar todos los apostolados. No sé si es solo cosa de redacción de decir, entrelazar todos los apostolados de la sección masculina, y totalmente separados entrelazar todos los apostolados de la sección femenina, ¿o es algo más de juntos pero no revueltos?

 

Al mismo tiempo, como ya es tradición que tanto agrada a Dios, hemos de vivir con extremada delicadeza la completa separación entre los hombres y las mujeres de la Prelatura, tanto en los Centros como en los apostolados. Este rasgo querido por el Señor para el Opus Dei, y señalado expresamente por nuestro Padre, en ningún momento se ha de descuidar, sabiendo que contribuye a la eficacia de la labor de almas y ofrece un ejemplo de respeto cristiano hacia las personas del otro sexo.

Esta unidad de intentos resulta de capital importancia en los momentos actuales, pues la sociedad de ahora se caracteriza por recibir influjos procedentes de los ámbitos más variados, no rara vez en neta contradicción con la doctrina cristiana. Es ésta una razón más, que se añade a las que hemos considerado en otras ocasiones, para cuidar con esmero el efectivo entrelazamiento de todos los apostolados.

 

NARANJA AGRIDULCE




Publicado el Monday, 23 August 2010



 
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