Bienvenido a Opuslibros
Inicio - Buscar - Envíos - Temas - Enlaces - Tu cuenta - Libros silenciados - Documentos Internos

     Opuslibros
¡Gracias a Dios, nos fuimos
Ir a la web 'clásica'

· FAQ
· Quienes somos
· La trampa de la vocación
· Contacta con nosotros si...
· Si quieres ayudar económicamente...
· Política de cookies

     Ayuda a Opuslibros

Si quieres colaborar económicamente para el mantenimiento de Opuslibros, puedes hacerlo

desde aquí


     Cookies
Utilizamos cookies propias y de terceros para obtener datos estadísticos de la navegación de nuestros usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando, consideramos que acepta su uso. Puede obtener más información aquí

     Principal
· Home
· Archivo por fecha
· Buscar
· Enlaces Web
· Envíos (para publicar)
· Login/Logout
· Ver por Temas

     Login
Nickname

Password

Registrate aquí. De forma anónima puedes leerlo todo. Para enviar escritos o correos para publicar, debes registrarte con un apodo, con tus iniciales o con tu nombre.

     Webs amigas

Opus-Info

NOPUS DEI (USA)

ODAN (USA)

Blog de Ana Azanza

Blog de Maripaz

OpusLibre-Français

OpusFrei-Deutsch


 Tus escritos: Las travesuras del marquesito (5).- atomito

070. Costumbres y Praxis
atomito :

El marquesito y la mano de Dios

En el mundial del 86, jugando contra los ingleses, Maradona hizo uno de los goles más famosos de la historia del futbol: en la filmación de la TV no se veía claro si le había pegado con la cabeza o con la mano. Cuando luego del partido lo entrevistaron, Maradona dijo la famosa frase: “fue la mano de Dios”.

Escrivá hizo el Opus a su imagen y semejanza: lo esculpió hasta los más mínimos detalles siguiendo sus gustos y preferencias, pero a sus seguidores logró meterles en la cabeza que “fue la mano de Dios”, que todo era expresa voluntad divina, él lo único que hacía era lo que Dios le indicaba...



Así por ejemplo a Escrivá le gustaba la arquitectura y la decoración. Le gustaban en particular los estilos aristocráticos y señoriales. Por eso todos los centros y edificios del Opus tienen esa onda, pues Escrivá siguió de cerca la construcción de muchos de ellos (en especial la sede central en Roma) y dejó miles de indicaciones, reglas, costumbres, criterios, etc. sobre como deben ser los centros del Opus, de tal forma que en todas partes y en todos los tiempos se mantengan, pues es parte importante del espíritu del Opus.

En teoría parte del tema era que “nosotros no somos religosos”, y “somos una familia”, por eso los centros deben de tener aire de familia y no parecer conventos, y los nombres deben ser completamente laicos o seculares (nada de “Centro estudiantil San Juan”, o “Residencia Madre Teresa”). Pero la realidad es que si leemos los evangelios, no hay una sola frase de Jesucristo que hable de cómo deben ser los templos, ni las casas o centros donde vivan sus seguidores. El preocuparse por el tema arquitectónico/decorativo, no es un tema cristiano o evangélico, es puramente escrivariano. No hay ninguna virtud o vicio en que las casas tengan un estilo o tengan otro, y el hecho de ser “cristianos en medio del mundo”, no implica vivir en un tipo de casa o en otro. En realidad, lo que le da un aire monjil o religioso a una casa, es que en lugar de estar ocupada por una familia, viva en ella un grupo de personas todas del mismo sexo, todas célibes y fuertemente dedicadas a tareas religiosas. Así que si la preocupación de verdad fuera que “no nos confundieran con religiosos”, simplemente los habitantes de la casa debían vivir como personas normales y no como religiosos. El ponerle “Residencia Montefaro” en lugar de “Residencia San Juan de la Cruz” no va a hacer que algo que es esencialmente un convento, no lo parezca.

De modo que Escrivá pudo darse el gusto de construir y decorar edificios a granel, que tanto le gustaba, pero justificandolo como la voluntad divina, no como un capricho personal.

A Escrivá le encantaban el oro, las piedras preciosas, los mármoles de buena calidad, los títulos nobiliarios. Pero para justificar su gusto por cosas que nada tenían que ver con Jesucristo y la vida austera que este predicaba, las presentaba como la forma de darle mayor gloria a Dios. Así, mandó hacer sagrarios, cálices, oratorios y demás objetos religiosos, usando los materiales más caros que se puedan conseguir, muchas veces comprados con el fruto de sacrificios heroicos de sus hijos, para satisfacer en definitiva un gusto personal. En las películas de sus famosas tertulias se puede ver a Escrivá hablando de que los enamorados no se regalan ladrillos ni bloques de cemento, sino oro y piedras preciosas, y que por eso, era totalmente razonable y bueno hacerle esos regalos a Dios. Pero regalarle oro a Dios, es como que yo le regale unas moneditas a Bill Gates. Si uno lee los evangelios, se encuentra con que Jesucristo alaba el gesto de la viuda pobre, y destruye las mesas de los mercaderes del templo. Pretender que los cálices de oro y piedras preciosas lo van a hacer feliz, implica no haberse enterado de nada de lo que Jesucristo dijo.

Otro tema donde se ve la “mano de Dios” es en el cine, el teatro, la música y el deporte. A Escrivá esas cosas no le interesaban. Por eso los numerarios no van a espectáculos públicos, pues sería una falta de pobreza y una frivolidad. Está bien y es agradable a Dios gastar una fortuna en un caliz de oro, o en una mariconada decorativa que le de a la casa un toque señorial, pero gastar unos pesos en ir al cine o al estadio es una falta de pobreza y una pérdida de tiempo. Y privarse de espectáculos públicos no atenta contra la “mentalidad laical”. Es totalmente normal para una persona que vive en medio del mundo no pisar jamás un cine, un estadio, un teatro ni una sala de conciertos.

Otro ejemplo de la mano de Dios, es el idioma oficial del Opus. Cualquier organización internacional, que pretenda la mayor expansión por todo el mundo, adopta como idioma oficial el inglés, que es la “lingua franca” de la época que vivimos. Pero a Escrivá no le gustaba aprender idiomas, jamás se molestó en aprender ninguno (si bien escupía con frecuencia frases en latín, eran todas sacadas de la biblia o del misal, no creo que supiera traducir al latín “mi mamá me mima” o “mamá sala la masa”). Por eso el idioma oficial del Opus es el español, así el fundador nunca tuvo que quemarse las pestañas aprendiendo “this is a pen”, “the garden is green” o “my name is Josemaría”.

No hay como ser un elegido de Dios, para hacerle decir a Dios las cosas que uno quiere que diga.

<<Anterior - Siguiente>>




Publicado el Wednesday, 13 October 2010



 
     Enlaces Relacionados
· Más Acerca de 070. Costumbres y Praxis


Noticia más leída sobre 070. Costumbres y Praxis:
Catecismo del Opus Dei.- Agustina L. de los Mozos


     Opciones

 Versión imprimible  Versión imprimible

 Respuestas y referencias a este artículo






Web site powered by PHP-Nuke

All logos and trademarks in this site are property of their respective owner. The comments are property of their posters, all the rest by me

Web site engine code is Copyright © 2003 by PHP-Nuke. All Rights Reserved. PHP-Nuke is Free Software released under the GNU/GPL license.
Página Generada en: 0.157 Segundos