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 Tus escritos: Un conjunto de errores (7): “Somos libres y estamos en medio del mundo”- Addicte

070. Costumbres y Praxis
addicte :

"Somos libres y estamos en medio del mundo”

Uno de los grandes errores en el sentimiento personal de la libertad es ir diciendo: “soy libre”, pues desde el momento en que tengo la necesidad u obligación de decirlo poca libertad formal tengo. Curiosa afirmación ésta, que de forma no cuestionada sale de la boca de los miembros de la Obra en las más variopintas ocasiones, de todos ellos, pero especialmente de los numerarios. Parece como si el hecho de decirlo, de verbalizarlo, de proclamarlo a los cuatro vientos, obedezca a la proximidad temporal de una inminente pregunta de un supuesto interlocutor dispuesto a cuestionar la libertad de la persona con quien dialoga: ¿eres libre?. Pero no es así. Es otra de las frases hechas que se les enseña desde muy tempranos estadios. Si tal libertad existiera, ¿a qué el hecho de proclamarla? Jamás he utilizado esta frase y rarísimas veces la he oído en boca de nadie que no sea de la Obra...



Pero vayamos unos pasitos más allà. La adquisición en la Obra de una conciencia colectiva por parte de los numerarios, incita a repetir de forma cansante, proceda o no, esta afirmación de pretendida y externa apariencia de libertad, de forma categórica. Libertad que se mueve en el cajón de unas pocas palabras, gestos, frases, aficiones. Esta proclamación casi institucional parece salvaguardar el baluarte de la Obra frente a los ataques de quienes, aunque sean Santos, por el simple y mero hecho de no ser de la Obra no son buenos pastores o incluso son considerados: “malos pastores”, como si tal bondad o maldad estuviera escrita en los estatutos de la Obra. Como si tal bondad o maldad dependiera de una pertenencia a un grupo y no de lo más intrínseco de la persona. ¡Qué orgullo proclamar así una opinión de quienes no son de la Obra, como si solo en esta Obra hubiera santidad, como si solo en la Obra hubiera posibilidad de salvación, como si algun fundador pudiera asegurar la salvación en razón a una adscricción a un grupo. Este empequeñecimiento del sentido universal de la Salvación de Jesucrito llega a minar los cimientos de la doctrina. En la Obra no está la llave de paso para la vida eterna, como no lo está en ninguna institución. Para llegar a Dios hace falta amor y el amor nace del interior del corazón.

¿Cómo son las personas del Opus Dei? Como todo el mundo debería ser. Orgullosa respuesta.
Si existiera plena libertad, los fieles de la Obra hubieran aprendido, porque se les habría enseñado, que toda heterogeneïdad es enriquecedora y que cuando un cristiano encuentra caminos de amor, caminos de verdad, fuentes de gracia, lo que hace es comunicarlo a sus hermanos, ofrecerlo, proponerlo sin imponerlo. Actúa con amor y no cierra y valla las paredes para reservárselo para él como joya inútil que tan solo luce en su cuello, sino que la muestra como luz que ilumine a cuantos de él dependen, haciéndose él mismo faro de atracción hacia los demàs. Joya en vitrina a nadie embellece. Sólo unos pocos la pueden admirar.

Libertad y compartir: esta puede ser verdadera libertad. Libertad de estar dónde y cuándo yo quiero es estar en medio del mundo. Frase que corre por los labios de los numerarios: “nosotros estamos en medio del mundo”. No voy a negar que en determinados casos algún miembro desempeñe su profesión en lugares públicos, pero esta no es la condición más habitual. Estar en medio del mundo no es trabajar en una obra corporativa, vivir en un centro y colaborar en un club. Burbuja endémica ésta que pretende ser pero no es. Estar en medio del mundo cumpliendo las normas, las indicacions, los consejos, las cf, etc, poco tiene que ver con la realidad mundana más vívida por el resto de los cristianos. Estar en medio del mundo y depender SÓLO de los consejos de los de dentro arrinconando todo lo bueno que hay FUERA, es tener cortas las miras. Parece como si en realidad el fundador no hubiera querido hacer una orden religiosa pero la hubiera hecho, pues da la sensación de que sus miembros, cuando comparten alguna de las vivencias de los demàs laicos, se sintieran como monjes o frailes héroes.

Estar en medio del mundo implica tenir amistades y poder ser confidente con ellas en el grado que cada persona juzgue oportuno abrirse, sin depender de las directrices de los superiores. Implica fomentar estas amistades incluso dentro de los centros, cosa que ha sido catalogada en la Obra como fuente de posible homosexualismo o lesbianismo. Sinceramente creo que a estos extremos no se llega por querer ahondar en la amistad. En medio del mundo no faltan mortificaciones como para tener que imponerse otras. En medio del mundo la oración fluye del alma todo el día, en todo momento, en toda circunstancia, las 24 horas. En medio del mundo, como afirma Santa Teresa, se ora entre pucheros porqué allí está Dios. En medio del mundo, la aparición de contradiccions es tan constante que hace innecesaria la búsqueda de otros sacrificios. Otra cosa sería la vida conventual a la que no parece dirigirse esta pretendida “vocación” a la Obra. Porque en un convento si pueden llegar a existir vidas como urnas, cerradas, acotadas, con todo programado, asegurado (aunque esto, hoy en día es cada vez más escaso). Pero las personas en medio del mundo deben poder pensar por sí solas y nunca el hecho de hacerlo debería ser considerado de mal espíritu. En medio del mundo es también, libertad para ir a su casa familiar cuando y como quiera. Jesucristo sí estaba en medio del mundo.

Libertad para estar en medio del mundo es también poder asistir al milagro de la Santa Misa cuando y donde uno quiera, precisamente para ensanchar las miras, para no empequeñecer una liturgia con la simple repetición. Para no ahogar la riqueza de un milagro con una monótona praxis de los ritos. Libertad es lo que tuvo María al decir su “Fiat”. Libertad es lo que tienen tantos cristianos que nunca sufren por la acumulación de bienes materiales. El mismo Jesucristo dice que cuando sus discípulos salgan a predicar no lleven nada. El mismo Jesucristo, en palabras de S. Pablo dice querer más a los más necesitados, a los desvalidos, a los enfermos, a los necios.

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Publicado el Monday, 20 December 2010



 
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