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 Tus escritos: Los supernumerarios jóvenes ¿poco generosos?.- Nicanor

078. Supernumerarios_as
Nicanor :

Los supernumerarios jóvenes ¿poco generosos?

Nicanor, 3 de enero de 2011

 

 

 

En respuesta a la pregunta que me hizo XX al correo electrónico y para compartirlo con los lectores de esta Web que tiene relación con el artículo “¿Cómo pasar de una vocación a otra?”.

 

No considero que haya sido una “locura” el que tu Director, tras escuchar tu insistencia en las “Confidencias” que no estás a gusto como “numerario” recién pitado, te haya propuesto pasar a ser “supernumerario” hasta que “Dios te dé la gracia necesaria para que seas más generoso”. Me parece grandiosa tu decisión porque es importante que las personas que se acercan a la Prelatura no dejen que se les arranque la personalidad, memoria y afectividad bajo la “santa obediencia” y “docilidad”. Como escribía a un supernumerario al que le propusieron de primera instancia ser numerario: “Como supernumerario siento que no sirvo para nada, un estorbo, un anormal dentro de la Obra” y le respondí: “Para nada, los supernumerarios tienen la forma vocacional más cercana a lo que debería ser la santidad en medio de lo ordinario y esto no es que hayas sido poco, menos o nada generoso. Creo que eres una persona totalmente normal”. Y me respondió: “Eres la primera persona que me dice que soy normal como supernumerario”...



Los supernumerarios tienen una relación con la Prelatura cercana a la del los Cooperadores. Reciben menos medios de formación, si son jóvenes pueden apoyar en la “labor de San Rafael” como asistir a las Meditaciones pero conforme se hacen mayores se les solicita dejen ese encargo porque el Opus entiende que los supernumerarios deben santificarse en sus casas y no “en casa”, es decir, no en los Centros de la Obra.

 

Recuerdo el dolor que experimentó un supernumerario al que se le negó que llevase un “trato” (llevar la dirección espiritual) con un chico de la labor de San Rafael durante una “convivencia”. “¿Por qué no puedo?” me dijo entre lágrimas. La verdad no encontré más explicación que: “así lo quiso nuestro Padre, esa labor es reservada para los numerarios. Tu misión es ser amigo”.

 

Ideas importantes que tiene que anotar el lector: “…esperamos que Dios te dé la gracia necesaria para que seas más generoso”, o sea, los que pitan de supernumerarios jóvenes no son generosos. La misión de los supernumerarios para con los “chicos de San Rafael” es únicamente “ser amigos”, entiéndase no hablar con ellos ni aconsejarles en materias de “entrega” a Dios. Imagínense si el chico le dice al joven supernumerario: “Oye, creo que Dios me llama a ser del Opus pero como supernumerario” y el supernumerario le responda: “Pero hazte numerario” y el otro contradiga: “Y entonces tú, ¿Por qué eres supernumerario?”. Tremendo caos “divino”.

 

Básicamente el supernumerario es un personaje exento de la “casa”:

 

  1. Va una vez a la semana a recibir su círculo y confesarse. Eventualmente pueden ir otro día para hacer su “charla fraterna”.
  2. Deben asistir a un curso de retiro de menor tiempo e intensidad que la de un numerario.
  3. Deben asistir a un curso anual para recibir “clases” de doctrina cristiana y de catecismo de la Obra de modo súper “Light”.
  4. Si no asisten a sus medios de formación: círculo, curso de retiro o curso anual, no reciben “amonestación severa” como la recibiría un numerario a través del Consejo Local en la “Charla Fraterna”.
  5. La directiva es que los supernumerarios se confiesen fuera del Centro, es decir, en una Iglesia donde haya algún sacerdote de la Prelatura, agregado y no le den mucho afán a los curas numerarios. En este sentido no conviene que los supernumerarios estén en contacto con chicos jóvenes que puedan aspirar a ese tipo de vocación. La meta es pescar numerarios no más supernumerarios. Como decíamos en el Consejo Local: “Se cierran vacantes de pitajes de supernumerarios hasta que no pite un numerario”.
  6. El supernumerario no puede llevar la dirección espiritual de un chico de San Rafael. Lo que se llama “tratarlo”. Ha de derivarlo al numerario respectivo.
  7. El supernumerario debe sostener las labores de modo “generoso” y abrir la expansión de los “apostolados” de al Prelatura desde sus empresas o familias amigas. Por ejemplo: si un supernumerario de empresa cementera importante con “buen espíritu”  debe facilitar cemento para la construcción de una nueva “casa” del Opus a un precio inferior al mercado. Del mismo modo un supernumerario puede abastecer las “casas” de la Obra, labores personales o corporativas con algún servicio permanente, por ejemplo: transporte, abarrotes, casas de campo o de playa, etc. En ocasiones, si el supernumerario trabaja en alguna entidad que reciba donaciones, la Prelatura puede solicitarle – dentro del “buen espíritu” – que trasfiera parte de esos donativos porque el Opus Dei es “familia numerosa y pobre”.
  8. Del mismo modo, aunque está escrito que no hay que aprovecharse de la pertenencia a la Prelatura, es usual que un supernumerario facilite trabajos de verano o “permanentes” a los numerarios que no encuentran empleo. También es usual que entre supernumerarios se agrupen empresarialmente. Lo que llamamos “Lobby”.
  9. Los supernumerarios son los primeros candidatos a llevar algún cargo directivo de una labor personal u obras corporativas. Lo importante es que el Opus dé la imagen que son “gente corriente” – casada – las que “llevan las riendas”. También es usual que estos fieles reciban un salario menor a lo que ofrece al mercado toda vez que están “sirviendo a Dios” desde este “encargo”.

 

En resumen, el supernumerario tiene rango de “soldado” y deja de gozar del “santo estatus” de “entrega” generosísima a Dios como la de un “numerario”. Aunque no esté escrito se le considera como criatura inferior a excepción que provenga de familia de abolengo. De ser así, sí goza de “santo estatus” porque la Prelatura le pedirá mayor generosidad en sus “aportes”, disponibilidad de bienes y presencia – como a todos – en parte de la herencia dentro de su Testamento porque debe ver a la Prelatura como “su hijo más necesitado”.

 

A semejanza de la serie “Misión Imposible”, esto no suele estar escrito porque resultaría escandaloso. Forma parte de la “Tradición Oral” de la Prelatura. Como me aconsejaría un colega: “procura no dejar nada por escrito, haz como los jesuitas, de palabra y que no quede huella”. Obviamente la responsabilidad de todas las acciones y decisiones que tomes son “soberanamente libres” y de “total responsabilidad” de cada fiel nunca de la Prelatura.

 

Otro aspecto importante y del cual se dice poco: sexo y sexualidad. Generosos en el número de hijos, modo de “conquistar a la pareja”, de besarla, tocarla o de “hacer el amor”. En ocasiones el supernumerario tiene el deber de dejar a novia que no preste las condiciones de ser buena esposa, es decir: que no sea católica, que no participe de la labor del Opus, que no esté dispuesta a dejar que sea Dios quien disponga de los hijos por venir o que tenga un pasado escabroso. Casos varios en los que se aconseja conozcan alguna supernumeraria. Se incluye dentro de las exigencias la “santa coacción” con los hijos para que asomen algún síntoma de “predilección divina”.

 

Hay más cosas qué contar pero básicamente abro un panorama del “trato” que establece la Prelatura para con los supernumerarios. Más información (o desinformación) en “Glosas de San Gabriel” o “De Spiritu”. Si deseas puedes pedirla pero creo que nunca te la darán por ser lectura única para los numerarios de Consejo Local ¡Y eso que el Opus Dei no tiene secretos y es una familia!

 

Nicanor Wong

nicanor.wong@gmail.com




Publicado el Monday, 03 January 2011



 
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