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 Tus escritos: Pequeños recuerdos de grandes errores (6).- Fueraborda

070. Costumbres y Praxis
Fueraborda :

PEQUEÑOS RECUERDOS DE GRANDES ERRORES (6)

 

UNA COMISION DE SERVICIO AL ESTILO

“BIENVENIDO MISTER MARSHALL” (1)

 

 

En cierta ocasión nos comunicaron que nuestra Delegación iba a ser visitada por una Comisión de servicio, y al existir la posibilidad de que la Delegada del Padre visitara nuestro Centro, debíamos prepararlo y prepararnos para ello como si del mismísimo Padre se tratara.

 

El edificio donde vivíamos llevaba tan solo unos cinco años construido, y la decoración e instalación eran tan impecables que podían ser la envidia de cualquier familia media, y por supuesto, dignas del marquesado de Peralta…



No obstante, por exigencias del guión, revisamos centímetro a centímetro paredes, suelo, muebles…es decir: continente y contenido mirado con lupa para que pasara todos los controles que la escuela de Mariano(2) exigía. Era muy fácil recordar hasta qué punto se enfurecía y crispaba el fundador cuando observaba el menor desperfecto material.

 

Tan fanáticamente nos aplicamos a contentar a las directoras, que pintamos de nuevo toda la casa, se repasaron los barnices de las puertas, se empapeló algún pasillo, un carpintero repasó el mobiliario, y hasta tuvimos que vaciar completamente una pequeña habitación que utilizábamos para guardar lo que no se usaba, puesto que se nos recordó el criterio: en nuestros centros no hay trasteros. Y como en nuestros centros no hay trasteros, se tiran muebles, utensilios y ropa que tienen un valor y que posteriormente podrían ser de utilidad, quedando la pequeña habitación vacía, sin uso, inservible. Compramos nuevos manteles de lino para el oratorio, compramos uniformes de tarde a las empleadas, compramos una máquina de abrillantar el suelo, y pasamos días y días sacando lustre a todo lo que se nos ponía por delante.(3)

 

Llegaron al fin las esperadas (y temidas) fechas en las que la Delegada del Padre visitaba nuestras tierras. Nos mantuvimos, impecables, en nuestros puestos. Todo a punto y esperando junto al teléfono. Pasaron las horas, pasó el día… nadie llamó. Nadie vino.

 

No ha dado tiempo. Quien quiera algo de ella, que nos lo comunique.

 

Todo este movimiento era un dislate que en nada se parecía a una familia corriente, y mucho menos a ese rincón de Nazaret que el fundador deseaba que fueran los Centros.

 

Como siempre, la teoría y la práctica en continua contradicción.

 

Lo que acabo de relatar, para mí, ingenua e ignorante, no pasaba de ser una anécdota que, aunque algo frustrante, no tenía otra trascendencia.

 

Sólo con el tiempo, al recomponer las piezas del rompecabezas de mi vida, me he dado cuenta de que aquella comisión de servicio, como todas, no suponía tan sólo un descabellado pase de revista a un centro. Se trataba fundamentalmente de una revisión del grado de sometimiento de las personas y sus conciencias, asegurando así que nada escapaba a su control.

 

Gracias al plantón de la Delegada, no hubo lugar a ninguna defenestración ni moobing. Y es que la menor manifestación de un pensamiento libre que incomodara la pétrea unidad por la que nos debíamos regir, nos hubiera llevado sin duda, como se ha comprobado tantas veces, a la orquestada campaña para quitarnos de en medio y nuestra voz no volviera a levantarse jamás.

 

Un fuerte abrazo para todos, con especial cariño a los que todavía sois víctimas del férreo autoritarismo de los que hoy están arriba.

 

Fueraborda.

 

(1) MISTER MARSHALL. Película española que narra el fugaz paso del mandatario estadounidense por un pequeño pueblo que había preparado el recibimiento al personaje a bombo y platillo… y ni llegaron a verlo.

(2) Expresión utilizada en la Obra referente a la importancia que el fundador daba a las cosas pequeñas.

(3) Impresionante parecido con los Legionarios de Cristo recibiendo a Maciel.

 

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Publicado el Wednesday, 02 February 2011



 
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