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 Tus escritos: Experiencia vivida vs argumentos de autoridad.- E.B.E.

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Experiencia vivida vs argumentos de autoridad
E.B.E., 18 de febrero de 2011

 

La propia experiencia

Uno de los daños que produce el paso por el Opus Dei en las conciencias es el desprecio de uno mismo hasta el punto de confiar sólo en la palabra del Otro. En este caso, el Otro no es precisamente Dios sino los Superiores (que se creen Dios).

Ese daño se refleja luego, una vez afuera del OD, de varias formas. Una de ellas es subordinar la propia experiencia a la opinión de otros “con más autoridad”.  El asunto es qué autoridad y quién es el que detenta esa autoridad.

Pues bien, fenómeno repetido es ver cómo no son pocos los afectados por la opinión de los defensores del Opus Dei cuando escriben en Opuslibros, o también cuando lo hacen los “expertos en catolicidad” y en “defender” a la Iglesia.

Lo cual es lógico, porque el daño del Opus Dei es real, no es algo inventado.

La pregunta es ¿por qué me puede afectar la opinión de seguidores del Opus Dei frente a mi experiencia vivida? ¿Por qué “su opinión autorizada” puede afectar “mi experiencia vivida”, a tal punto de hacerme dudar y angustiar?...



Porque la opinión autorizada lo que viene a hacer es a descalificar la experiencia vivida. Cuando dicen “ahora todo es distinto” lo que están diciendo es “lo que tú has vivido no tiene nada que ver con el presente, que es lo que cuenta”.

Las descalificaciones injustas siempre duelen y más cuando pareciera no existir forma de rebatirlas. Es volver a sufrir la opresión de la conciencia.

Pero el problema empieza más atrás.

Mi experiencia vivida tiene un valor único y trascendental para mí. Es lo que yo vi y viví, no lo que “otro me dijo que diga o vea”. Dentro del Opus Dei se viven esas dos vidas: la propia íntima y la corporativa dirigida: lo que yo tengo que ver y decir según lo ven y lo dicen los Superiores. Esa íntima es la que surge luego con libertad, una vez afuera. Adentro permanece oprimida.

Esa experiencia personal, además es una experiencia compartida por cientos o miles de testimonios semejantes. Entonces, ¿cómo puede ser que interiormente UNA o DOS o TRES opiniones contrarias puedan pesar tanto como MILES? Es notable el poder descalificador de “la opinión autorizada”.

Un asunto que se suma es que, salvo en Opuslibros, no conozco ningún otro lugar –del ciberespacio o físico- donde el testimonio de los ex miembros sea recibido y valorado. Esa soledad le otorga a Opuslibros un valor extraordinario. Qué distinto sería si la Iglesia ya hubiera reconocido públicamente el valor de esos testimonios. Habrá que tener paciencia y esperar con esperanzas.

De todas maneras, esperar a que la Iglesia reconozca nuestros testimonios es una forma de caer en lo mismo: mi experiencia tiene valor sólo si otro la reconoce. Sin duda, si la reconoce la Iglesia será para celebrarlo, pero si la Iglesia prolonga su decisión no por ello es menos valiosa mi experiencia. En absoluto.

Por eso, nos encontramos en un tiempo único, pues en cuanto la Iglesia reconozca públicamente el daño del Opus Dei ya esa extraordinaria oportunidad habrá pasado: la soledad habrá dado paso al reconocimiento público.

 

Argumentos de autoridad

Volviendo al tema central, el problema sigue aún más atrás: ¿quién dice que la opinión de los seguidores del Opus Dei es una “opinión autorizada”?

La propia conciencia dañada de cada uno es la que le asigna autoridad, debido a que en el Opus Dei sólo confiábamos en el Otro, en el Superior. Y siguiendo la misma lógica, quien permanece adentro tiene más autoridad que quien ya se encuentra afuera. Siempre, claro, siguiendo la lógica del Opus Dei. O sea, aunque estemos afuera, en algún aspecto la lógica del Opus Dei sigue funcionando en nuestras conciencias.

Recuerdo ahora que, cuando estaba en proceso de salida, un ex numerario me ofreció hablar con un “numerario mayor” al cual conocía y que parecía tener “el criterio justo” para discernir si yo debía seguir dentro, es decir, si el Opus Dei era para mí o no. La oferta parecía buena pero al mismo tiempo inconveniente y disparatada. En la práctica el tema era: ¿qué puede saber más del Opus Dei ese “superior” que no sepa yo? Luego de décadas, es muy difícil venir a descubrir novedades. El asunto de fondo era que yo estaba con un pie afuera y el otro estaba bien adentro. Su opinión era más autorizada entonces que la mía, pues “él era” y yo “casi ya no era” del Opus Dei. Rechacé la oferta. Aceptarla hubiera sido un acto de auto-desprecio, uno más claro.

***

Frente a mi experiencia vivida, la opinión de los Superiores del Opus Dei no tiene ninguna autoridad ni tampoco la opinión de sus subordinados. Tan prontos a juzgarlo todo, creen tener el poder y la autoridad para juzgar la vida y conciencias de quien sea. Se sienten Dios.

La experiencia vivida vale mucho más que la descalificación de una autoridad que ha perdido legitimidad. Y el Opus Dei ha perdido legitimidad desde el momento en que comenzó a engañar y no ha parado de hacerlo. Digamos, desde 1928.

Es decir, cuando dice “ahora todo es distinto” está mintiendo como lo venía haciendo antes, pues si ahora fuera diferente muchas cosas habrían cambiado, entre otras, habría reconocido públicamente todo el daño de décadas y a miles de personas. Sin rectificación, no hay cambio. Hay más de lo mismo: mentiras.

En lo más profundo, hay una verdadera lucha discursiva por imponer el propio relato del Opus Dei, el cual ha gozado de valor universal hasta que fue puesto en cuestionamiento masivamente a partir de Opuslibros. Esa universalidad tiene su mejor expresión en la canonización de Escrivá, fecha en la cual nació tambíen Opuslibros. No es casual.

El Opus Dei busca que su discurso sea el adoptado por todos como marco de referencia y verdad universal, y lo hace creando films propagandísticos, imponiendo su versión del derecho canónico en ámbitos académicos, y también interviniendo en las conciencias de los ex miembros –en esta web, por ejemplo-, para que toda protesta que realicen sea dirigida e incorporada a un contexto más amplio, dominado por la hermenéutica del Opus Dei, quien dictamina qué es verdad y qué es mentira, asignándose la autoridad suprema. Necesita tener el monopolio de la verdad acerca de qué es el Opus Dei. Ni siquiera acepta someterse a la interpretación de la Iglesia y así lo vemos en la resistencia a adoptar cualquier tipo de reformas que provengan de la Santa Sede.

 

Creer o no creer

Nuestros testimonios no necesitan ser presentados ante nadie para ser verdaderos: nuestra conciencia da testimonio de que son reales y valiosos por sí mismos. Si bien no necesitamos convencer al Opus Dei de nada, en cambio el Opus Dei sí necesita convencernos de que estamos equivocados, porque el testimonio de nuestra conciencia es la mejor prueba en su contra.

Nuestros testimonios tampoco necesitan “ser creíbles” (aunque es conveniente que estén bien redactados). La pregunta es ¿creíbles frente a quién? En general, frente  a quien demanda credibilidad, y quien lo hace muchas veces es alguien que detenta una autoridad que no tiene o que es ilegítima. Opuslibros no es un sitio para “creer” sino, en todo caso, para pensar. Más aún, es un sitio para ayudarse y ayudar. Opuslibros no demanda a nadie que “crea” ni necesita que nadie le crea. Creerle a Opuslibros podrá ser conveniente, pero nunca obligatorio.

En todo caso, el Opus Dei es un sitio para quienes “necesitan creer”: pues exige una fe ciega, y así les va a los que ingresan. Al exigir que “le crean” en todo, el Opus Dei somete las conciencias. A cambio, entrega “credibilidad” y todos contentos. La pregunta es: ¿por qué necesito creer en el Opus Dei? Se la tendrían que hacer muchos que ahí siguen.

Credibilidad (beneficio) a cambio de sometimiento (servicio), curiosa transacción. Hay una necesidad de creer y el Opus Dei satisface esa necesidad entregando “credibilidad”, que no es lo mismo que certeza. Así hizo Maciel y le fue bien con el negocio, hasta que su empresa fundió por fraude.

¿Será por eso que quienes demandan credibilidad a Opuslibros, es que en realidad se sienten tocados por el peso de cierta culpa o mala conciencia? Pues quien recibe credibilidad, a cambio entrega sometimiento (acatamiento) y quien se siente sometido, sin saber bien por qué, exige a cambio una explicación.

¿Será que se sienten sometidos por el peso de los testimonios y exigen por ello una prueba irrefutable llamada credibilidad? ¿Cuánto es el peso que sienten por aquello que leen en Opuslibros?

Claramente les perturba y quieren librarse de ello. Porque si no, deberían librarse del Opus Dei, pero no quieren. Entonces necesitan una absolución, para continuar creyendo al Opus Dei y que los testimonios no les perturben, declarándolos mentirosos, es decir, proyectando la propia culpa hacia los testimonios y su “falta de credibilidad”.

Por eso piden una prueba que sea improbable –para eximirse así de la culpa-, una explicación satisfactoria que jamás los satisfará. Hay trampa en esa demanda. No quieren creer sino ser absueltos.

Pero esa absolución no la pueden obtener solos sino mediante un otro. La trampa es necesaria para que ese otro no se dé cuenta de que –mediante la demanda imposible de satisfacer- le está otorgando indirectamente la absolución (a quien demanda credibilidad). Mecanismos de la mente humana.

No es un problema de Opuslibros la credibilidad.

Por otra parte, ser creíble no es precisamente una seguridad de nada. Maciel era creíble y por eso engaño a tantos. Todo sociópata es un maestro de la credibilidad y de la culpa.

 

Conclusiones

Cuando alguien del Opus Dei se aparezca por estos lados, no creo que haya que prestarle mucha importancia a sus descalificaciones, aunque se vistan de “respeto”. No creo que esté mal que escriban aquí, pues para el lector neutro –que no ha vivido en el Opus Dei- le será fácil contrastar unas opiniones y otras.

Lo que no le veo mucho sentido es a dialogar, al menos con la intención de “llegar a un acuerdo” o entendimiento, pues entre la experiencia vivida y el argumento de autoridad descalificador, no hay comunicación posible, sólo instinto de supervivencia (de ahí las luchas encarnizadas). Está quien desea sobrevivir a su padecimiento (frente a la descalificación de su experiencia) y está quien desea sobrevivir  dentro del Opus Dei a pesar de las incoherencias profundas, de las cuales da testimonio Opuslibros. Por eso no es casual que aparezcan por aquí a descalificar el sitio web o a reafirmase descalificándolo: el Opus Dei lucha por sobrevivir y cada uno de sus seguidores también. Nuestros testimonios también luchan por sobrevivir. Por eso es muy difícil llegar a un acuerdo. Es una lucha en la cual sólo uno de los dos sobrevivirá. La mentira y la verdad son incompatibles entre sí.

Saludos,
E.B.E.




Publicado el Friday, 18 February 2011



 
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