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 Tus escritos: ¿Son los directores de ahora peores que los de antes?.- no_valio_la_pena

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no_valio_la_pena :

¿Son los directores de ahora peores que los de antes?

No_valio_la_pena, 14 de marzo de 2011

 

 

¿Son los directores de ahora peores que los de antes? En los últimos días, algunos de los que han escrito aquí han defendido la idea (o al menos eso he entendido yo) de que los directores de ahora no están a la altura de lo que se debería esperar de un director de la Obra o, al menos, son peores que los directores de antes. Esta afirmación es muy importante. ¿Por qué? Porque decir que eso es verdad, es decir que el problema que ahora hay en la Obra (partimos de la base de que hay un problema: al menos a la vista de los pocos que entran y los muchos que se van, y de las numerosas "malas experiencias" que se recogen por aquí) es mayormente debido a las pocas cualidades de los directores; lo que puede entenderse como que la Obra como institución es buenísima y por tanto no hay nada que cambiar a nivel institucional. Sólo hay que buscar los directores adecuados, eso es todo. En otras palabras: el coche funciona, lo que no funciona es el piloto (o al menos no es tan bueno como los pilotos de antes)...



Bien, antes que nada hay que decir que esa afirmación (los directores de ahora son peores que los de antes) es muy general. ¿Qué se entiende por antes? ¿Significa antes 10 años atrás? ¿20 años atrás? ¿50 años atrás? Por otro lado hay que decir que la opinión que uno pueda tener dependerá mucho de los directores que haya conocido. Y en ese caso, por ejemplo, la opinión de alguien que ha sido de la Obra sólo durante un año y ha conocido a un solo director, con todo el respeto, no debería equipararse a la de alguien que haya estado 20 años en la Obra siendo director y haya conocido directamente a los directores regionales o centrales. ¿Todas las opiniones tienen valor? Por supuesto. Pero, desde mi punto de vista, en esta cuestión, no todas las opiniones deberían tener el mismo valor.

Pero no pienso entrar al "qué se entiende por antes" o por qué algunos piensan que los de ahora son peores, porque creo que ese no es el tema. Mi opinión es la siguiente: los directores de ahora son más o menos iguales que los de antes. Los hay mejores y peores. Pero, en general, diría que son semejantes. ¿Por qué? Porque independientemente de sus cualidades humanas y sobrenaturales (parece que los primeros eran unos verdaderos "cracks", aunque quién sabe si se les habrá idealizado un poquito ;-) ), en el Opus Dei, en mi opinión, lo más importante para ser director no es cómo eres tú (tú, tus ideas, tu experiencia, lo que puedas aportar) sino cómo acoges y transmites lo que te llega, lo que se te dice. Dejadme que me explique.

En la Obra, hay cantidad de documentos internos: Vademecum, Experiencias, avisos, indicaciones, etc. Lo que hay que hacer en cada caso ya se ha pensado. Y (al menos desde su punto de vista, del punto de vista de los de la Obra me refiero) el espíritu de la Obra es inviolable, santo, inmaculado, perfecto, etc. Por tanto, ¿cuál es la tarea del director de la Obra? Ejecutar. El director de la Obra, con todo el respeto, es un mero ejecutor. Tendrá que pensar cómo ejecutar, sabrá ejecutar mejor o peor, tendrá más o menos éxito, pero no tiene nada que pensar porque el espíritu de la Obra es el que es y los modos de hacer son los que son. ¿Estoy diciendo que los directores están limitados? Sííí! Los directores están totalmente limitados. Se les dice lo que tienen que hacer. Y se les pregunta si lo han hecho y cómo. No se espera que hagan otras cosas. ¿Por qué? Porque en el Opus Dei la obediencia se entiende como hacer lo que se te diga. Y algunos dirán: ¡En la Obra la obediencia es inteligente! Y yo te digo: ja ja y ja. Siento decirte que eso es sólo una bonita expresión (como muchas otras) para negar lo que es evidente para todos: que al final, la inteligencia siempre queda supeditada a lo que a uno se le diga.

Y ahí va un ejemplo que me parece muy clarito, también para convencer a los que piensan que el Padre no sabe o no tiene los datos de lo que pasa (el Padre vive esta situación al menos una vez cada año). Situación ficticia: Familia española. Padres supernumerarios. Con varios hijos (4? 5? 6? no importa). Dos de ellos numerarios. Tal vez alguno supernumerario. Alguno o algunos apartados de Dios y por distintos motivos con cierto rechazo hacia la Obra. Uno de los hijos numerarios se va a vivir a Roma, al colegio romano. Después de unos años estudiando y formándose comunica a todos la noticia de que va a ordenarse. Los padres contentísimos y con la ilusión de que va a ser una oportunidad estupenda para que la familia esté más unida y los que "están en mal plan" vuelvan al "buen camino". Empiezan a organizarlo a todo, convencen a los que están en mal plan, invitan a todos los familiares y todo va bien hasta que el hijo numerario, que vive en España, dice que no va. Los padres no lo entienden, pero como no se pueden quejar y ya están acostumbrados a aceptar los "noes" de su hijo numerario como parte de la entrega que él debe a Dios, pues se callan. Y sufren. Pero los hermanos (de sangre ;-) ) del futuro sacerdote no sólo no lo entienden sino que se queman (y con razón). Y se dicen: ¿Por qué no puede ir a Roma a la ordenación de su hermano? ¿Está haciendo algo malo? Se lo pagamos nosotros. Sale el sábado por la mañana y vuelve por la noche. ¿Qué problema hay? Y tienen toda la razón, porque -en mi humilde opinión- el criterio de que los numerarios no asisten a las ordenaciones de sus hermanos "de sangre" ;-) que son numerarios se vive porque siempre se ha vivido y porque nadie se atreve a decir que en el 2011 ese criterio -con todo el respeto- es A-B-S-U-R-D-O. Y aquí empiezan los problemas, pues le van a preguntar al numerario de turno: ¿Por qué no vas? Y él no podrá decir lo que le gustaría decir, que es que no le dejan ir o que no puede ir. Él tiene que mostrar que es maduro y decir: no voy porque no quiero ir, porque no me da la gana. Y claro esa frase es un poco fuerte. Pero en fin, es lo que hay. Así que la siguiente pregunta es: ¿Por qué no quieres ir? Y ahí se nos acaban los argumentos porque no los hay. Posibles argumentos "baratos":

1. Pobreza, de dinero. Argumento falso. El precio del viaje (billete de avión y tren al centro de Roma) si se organiza con antelación es de unos cien o como mucho doscientos euros. No es mucho para una ordenación que va a ser una vez en la vida. Y, seamos honestos, los mismos padres, los hermanos u otros familiares se ofrecen en el 99% de los casos para pagar el viaje. Por tanto, decir que no se va porque es caro o es un gasto importante, no tiene mucho sentido.

2. Pobreza, de tiempo. ¡¡Es un día!! ¡¡Sólo un día!! Sales por la mañana, a las 4 de la tarde estás en la ordenación, y por la noche estás de vuelta. ¿De verdad no tienes un día libre? Mentira. Bien que tienes tiempo para jugar al fútbol, irte de convivencia o hacer otras mil cosas mucho menos importantes que asistir a la ordenación de tu hermano con tus padres, hermanos y además con el Prelado.

3. Dar mal ejemplo, por no vivir lo anterior o cualquier otro criterio. Y digo yo: Dar mal ejemplo... ¿A quién? ¿A los numerarios? Ellos deberían estar felices de saber que vas a estar con tu hermano (de sangre ;-) en su ordenación, con toda tu familia "de sangre" y viendo al Padre. Mal ejemplo, en todo caso, el que das tú a todos tus familiares con tu negativa de ir.

4. Nunca se ha hecho, es una tradición. Ese argumento tampoco es lógico. ¿Por qué? Porque los tiempos cambian. Lo que antes podía ser un lujo, ahora no lo es. Lo que antes podía entenderse como un gasto excesivo, ahora no lo es. Por tanto, que se haya hecho siempre así, no significa necesariamente que haya que seguir haciéndolo. También antes se pensaba que usar el teléfono móvil era un lujo o al menos algo no para la mayoría, y ya nadie lo piensa. U otros argumentos más que no se me ocurren ahora.

Porque al final, os animo a haceros una pregunta. ¿Qué van a decir los directores de ese Numerario que no va a ir a Roma? ¿Qué le van a decir a él cuando saque el tema? El director de su centro, ¿va a decirle que si piensa en conciencia que tiene que ir que vaya? ¡No! Claro que no. Le dirá que no va y que lo ofrezca. Y punto. Y... en el caso de que el director del centro pregunte al director de la delegación... ¿le va a decir el de la delegación que si quiere ir que vaya? ¡No! Y si la delegación pregunta a la comisión.... ¡No! Y si la comisión pregunta a Roma... ¡No! Claro que van a decir que no. ¿Van a cambiar en Roma lo que dijo nuestro Padre? Por supuesto que no. ¿Por qué? Porque, volvemos a lo anterior: es inviolable, santo, inmaculado, perfecto, etc.

Y aquí tienes un ejemplo de lo que se espera de un director en la Obra. Hacer lo que se le dice, que es lo que está escrito. Y punto. Porque el criterio, la norma, lo institucional, en la peña esa (como dice alguno) siempre pasa por encima de las personas concretas. Y concluyo: ¿Son los directores de ahora -los que te dicen que no vas a ir a la ordenación de tu hermano- peores que los de antes? No. Los de antes y los de ahora dan la misma respuesta. El problema es que los de ahora no tienen argumentos porque los que valían entonces ya no valen ahora. Y porque estamos en otros tiempos, ahora decir que eso se hace así porque te lo digo yo que soy tu director, con todo el respeto, ya no funciona (a no ser que partamos de la base de que la obediencia no es inteligente, claro).

Así que lo único que vale ahora es decir vaguedades, marear la perdiz: Dios sabe más, con tu sacrificio ayudarás más y Dios lo tendrá en cuenta, etcétera, etcétera y etcétera. Pobres directores de ahora, os deseo lo mejor. Y os deseo también que seáis fieles a vuestra conciencia, a lo que Dios os diga en cada momento, aunque a veces suponga saltarse algún criterio. La caridad pasa por encima de muchos criterios, pero a veces cuesta. Porque, amigo director, es bueno que sepas que el día que digas lo que en conciencia piensas (por ejemplo, que hoy en día no es ninguna falta de pobreza ir a Roma para la ordenación de un hermano numerario y que es el mejor modo de demostrar con hechos que ellos son su familia -de sangre o como la quieran llamar, porque sigue siendo una familia de verdad-) os daréis cuenta de que vuestros directores piensan que tenéis mal espíritu y os quitarán vuestros cargos antes de lo que imagináis. Sí amigos, los directores de la Obra no están "pensados" para buscar y hacer la voluntad de Dios en cada momento sino para hacer la voluntad de sus directores superiores.

Última cosa: ¿pensáis que los directores de Roma son tan tontos que no saben que hoy en día decir a alguien que no asista a la ordenación de su hermano numerario por pobreza no tiene ni pies ni cabeza? Por supuesto que no. Lo saben, saben que es defender el absurdo. Pero lo que les da miedo no es ese criterio. Lo que les da pavor es que los criterios empiecen a cambiarse porque la gente piense. Que la gente piense y opine, como en esta web. Porque cuando eso empiece a suceder, cuando la gente realmente sea libre para opinar y actuar en conciencia, se acabó el invento. Porque muchos se darán cuenta de que lo que en la Obra dicen que son y lo que realmente son es muy diferente. Y se marcharán decepcionados. Por eso mismo los criterios se viven y al que no le gusten (o dicho en su lenguaje, no los viva por falta de visión sobrenatural, mal espíritu, etc.), que se vaya. Obedecer o marcharse. No importa qué es lo que Dios me diga en conciencia, importa hacer lo que se me diga. Mmmmm.... ¿es cristiano este modo de actuar?

No_valio_la_pena




Publicado el Monday, 14 March 2011



 
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