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 Tus escritos: Mis años de agregado (24).- Israel Zepeda

076. Agregados
Israel Zepeda :

MIS AÑOS DE AGREGADO (24)

 

Israel Zepeda

 

Mi salida

 

Hubo una breve pausa en la secuencia de mis escritos y me regreso al escrito nº 20 en donde se comentaría en futuros escritos mi proceso de salida. He aquí lo prometido:

 

En alguno de mis escritos anteriores había mencionado que tenía muchas dudas acerca de permanecer en el Opus Dei, sin embargo el miedo o el estado emocional que estaba pasando esos años al quedar huérfano de mis padres en plena juventud, me convencí que lo mejor era permanecer en la obra y más tarde ver si era el mejor camino el seguir en el Opus Dei. Además me aterraba dejar el trabajo que estaba desarrollando en el Colegio donde daba clases y quedarme sin sustento. Obviamente en esa etapa me estaba aferrando a lo que tenía en ese momento y no podía ver más allá de que tenía que enfrentarme al mundo de afuera, como toda personal común y corriente, y buscar oportunidades de desarrollo personal y profesional. Sin embargo esas fueron las circunstancias por las que pasaba y decidí quedarme y hacer la fidelidad...



Pasaron algunos años sin tocar el tema. Para mediados de los 90´s pasé a formar parte del grupo de los agregados mayores en Louisiana (por la calle donde se ubicaba dicho centro) aunque se le denominaba Nápoles (para diferenciarlo del grupo de jóvenes y por ser este el nombre de la colonia donde su ubicaba el centro). Fue un cambio radical ya que para ese entonces era nula la convivencia entre los jóvenes y los mayores: cada quién tenía su círculo, su curso de retiro mensual y solo llegábamos a coincidir en los retiros anuales o cursos anuales. No se sabía qué es lo que sucedía en cada centro; solamente no daban alguna noticia en el círculo si es que alguno estaba enfermo o había fallecido algún pariente cercano. Fue una etapa tajante en que cada centro tenía su vida propia y nada se sabía de las otras labores.

 

Hago un sincero homenaje a aquellos agregados mayores ya que varios de ellos han sufrido su pertenencia a la obra y, ya sea por la edad o por algún otro motivo, siguen atados a la cosa. Recuerdo que los días miércoles, que eran los círculos, algunos llegaban al centro, te daban el infaltable “pax”, se metían al oratorio a hacer normas o hacer su charla fraterna. No había oportunidad para platicar con ellos y hablar de algún tema cotidiano. En la tertulia se daba alguna noticia de alguna anécdota de apostolado con los jóvenes, se celebraba algún cumpleaños y al terminar cada quién a su casa. La verdad era un ambiente bastante patético ya que veía a los agds mayores sin ninguna motivación o interés por uno: era nomás verse las caras en el círculo y nada más. Yo en ese momento era el más joven en el grupo (el que seguía después de mí me llevaba 6 años de edad) por lo que los intereses de uno no compaginaban con los intereses de los mayores. Es aquí donde me cuestioné ¿esto es lo que me espera en algunos años cuando sea mayor? ¿una vida sin ilusiones y solamente asistir a tus medios de formación? ¿dejar la vida que solamente vaya pasando y que tus “hermanos mayores” ya cuidarán de ti cuando estés enfermo? Ya para esos años varios amigos míos habían concluido su carrera, estaban haciendo su vida profesional y familiar. Uno veía que los demás iban creciendo y forjando un camino en la vida ¿y uno qué?. Me dí cuenta que no tenía ninguna ilusión en la vida y que solamente era pasar los años haciendo “lo que Dios me pedía a través de los directores”. Es aquí cuando decidí que mi pertenencia a la cosa ya no era.

 

Un día domingo, en la hoja de la misa al final, venía una reflexión acerca de la entrega a Dios; en resumen decía que en varias ocasiones de la vida nos entregamos a Dios y a los demás cuando en realidad hay un vacío interior y que nos cuestiona si en verdad somos felices. Es aquí cuando decidí dar el paso.

 

No quisiera aburrir a los lectores de cómo fue mi proceso de salida. Creo que fue como la gran mayoría de los que decidimos dar el paso y enfrentarnos a varios paradigmas que fueron inculcándonos en estos años: la traición a la vocación, de que no iba a ser feliz, muchos problemas emocionales, que tal si uno resulta impotente y no se tiene familia, etc. A lo único que me enfrenté fue a una plática que tuve con el sacerdote del centro que me dijo en pocas palabras que no conocía a ningún ex miembro del Opus Dei que fuera feliz. Sencillamente le dije:”¿usted así piensa? Pues fíjese que yo no comparto su opinión”; me levanté y ya nunca lo volví a platicar con él.

 

De igual manera en una carta dirigida al director del centro le dije que sencillamente ya no quería platicar con él porque simplemente estaba haciendo las cosas más difíciles y la verdad ya estaba cansado de ese juego emocional que siempre te hacen cuando decides salirte de la cosa. Afortunadamente las últimas veces platiqué con el subdirector del centro, el cual la verdad facilitó mi salida y, hasta el día de hoy, tengo un trato cordial con él.

 

Ya ha pasado más de una década cuando salí de la obra y éste es el panorama actual de los agregados en la Ciudad de México:

 

Agds a fines de los años 90´s

32

De estos últimos los que han dejado la obra hasta el día de hoy

13

Los que han fallecido dentro

2

Los que han fallecido fuera

1

Los que han pitado en la década del 2000 al 2010

14

De éstos últimos los que han dejado la obra hasta el día de hoy o ya pidieron su dispensa

6

Total de Agregados en México DF

24

 

De estos 24 agds que permanecen en México DF, tenemos las siguiente referencia en cuanto a la década en que pidieron la admisión:

 

Años 50´s: 1 Edad promedio actual: 81

Años 60´s: 2 Edad promedio actual: 76

Años 70´s: 6 Edad promedio actual: 53

Años 80´s: 3 Edad promedio actual: 42

Años 90`s: 4 Edad promedio actual: 42

Años 00-10: 8 Edad promedio actual: 25

 

Israel Zepeda

Para cualquier comentario: israel.zepeda.mx@gmail.com)

 

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Publicado el Friday, 08 July 2011



 
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