Cada anécdota que se cuenta en la web se parece a un nuevo ítem en el prontuario del Opus Dei y sus acciones desafortunadas. Es terrible cómo queda expuesto.

Pienso ahora en la anécdota de Chanoc: ¡de terror! El prelado y sus amigos creen que han quedado como unos cracks (al decir de Satur) al proceder de esa manera, una y cada vez, en secreto y dentro de las cuatro paredes del Opus Tevere.

Pero cuando todo eso sale a la luz, en realidad sus acciones quedan en evidencia: resultan vergonzosas a cuatro vientos. Y encima ahora vienen a demandar a la web porque aquí se exponen públicamente los bochornosos documentos secretos.

Lo mismo se confirma con el excelente testimonio de NVLP y lo que cuenta Maria Teresa.

Como me decía un amigo hace poco: esta gente no ha entendido aquello de que “todo lo que ustedes han dicho en la oscuridad, será escuchado en pleno día; y lo que han hablado al oído, en las habitaciones más ocultas, será proclamado desde lo alto de las casas” (Lucas 12,3).

Pero no, insisten con el secretismo en la era de Internet. Mi agradecimiento a Gabuzo por su iniciativa, ya varios amigos han comenzado a bajarse los documentos preventivamente. Genial.

Luego, lo que se puede hacer también es crear un archivo “torrente” y comenzar a distribuirlo por internet a cuatro vientos… no es mala idea ahora que lo pienso, porque lo van a comenzar a bajar muchas más personas que no conocían la web… y así la conocerán.

Saludos,
E.B.E.