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 Tus escritos: ¿Conspiración?.- Vega

125. Iglesia y Opus Dei
Vega :

Queridos amigos:

Aunque sienta que no sea del todo asunto mío, quería comentar un escrito de Aquilina que aparece el viernes 9 de septiembre, donde se trae a colación el atentado del 11-S en Estados Unidos para buscar ciertos paralelismos con la actitud pública (o la ausencia de ella) ante el Opus Dei y sus métodos, características sectarias y mentiras flagrantes.

La razón es la siguiente:

A mí me parece un error, y un error gordo, involucrarse con teorías conspirativas, darlas por probadas y evidentes (no lo están en absoluto) y traerlas como término de comparación. Parece que aclara algún misterio, y en mi opinión, solo emborrona y confunde, mezclando cosas muy diferentes y contagiando, por así decir, lo que sucede con el Opus con teorías que como mínimo, son muy, muy discutibles (en mi opinión, enloquecidas y altamente improbables, y, que si siguen teniendo predicamento, es por sectarismo político de extrema derecha y extrema izquierda)...



Con respecto al Opus Dei, las cosas son a la vez más sencillas y más complicadas que una teoría de la conspiración universal.

Más sencillas porque no hacen falta conspiraciones universales: cada persona que escribe en Opuslibros es dueña de la experiencia de haber sido llevada y engañada, cuando el engaño estaba bien a la vista, y también posee la experiencia de haber llevado al engaño a otros, y sabe cómo lo hizo, cómo fue posible, y también por qué lo hizo y por qué fue posible.

Muchísima gente no cayó entonces (hace diez, veinte, treinta años), muchísima gente no cae ahora. Muchísima gente tiene una imagen del Opus quizá confusa y desdibujada, pero claramente negativa o muy negativa. Es decir, para mucha gente (la mayoría) que es una organización de la que hay que mantenerse alejado no es un secreto: se sabe perfectamente.

La incapacidad de comprender por qué sigue teniendo cierto éxito y cierto apoyo -o bastante apoyo- de las instancias oficiales de la Iglesia católica, en mi opinión se debe a que, en su gran mayoría, los ex miembros del Opus seguís teniendo una imagen muy idealizada de esas instancias oficiales. Es mi opinión, ciertamente, pero que explica perfectamente la situación sin recurrir a conspiraciones maquiavélicas.

Algunas prácticas del Opus han sido moneda corriente en la Iglesia hasta tiempos bastante recientes (las vocaciones dudosas a la vida religiosa, la falta de libertad personal en esta, la división estricta en clases sociales por tipo de trabajo, la obediencia incondicional, el reclutamiento a edad temprana...). Por tanto, aunque hayan caído en desuso, no son excesivamente mal vistas o simplemente no son mal vistas aunque se hayan abandonado oficialmente.

Digamos que son el caso extremo de prácticas que, con más moderación, se consideran aceptables o buenas.

Exactamente lo mismo cabe decir de la actitud y la "ideología" que impregna el Opus Dei: el ascetismo, la actitud aversiva y obsesiva hacia el sexo, la separación de hombres y mujeres y la subordinación de estas, el pragmatismo proselitista, la búsqueda de influencia política y social entre las élites (ver p.e. la historia de los jesuitas o la historia de Europa en general)... si no se afina mucho y se mira en conjunto, el Opus no es en estas cosas más que lo mismo que la generalidad de la Iglesia pero elevado al cuadrado, por así decir.

Si añadimos que el Opus ha sido y todavía es una maquinaria muy eficaz que aporta dinero, influencia y fieles "militantes" entregados, no hace falta mucho más para comprender el apoyo o al menos la tolerancia de la jerarquía católica.

Si se le planteara abiertamente a dicha jerarquía si apoya sectas destructivas, diría escandalizadamente que por supuesto que no... pero le cuesta ver al Opus como una secta destructiva porque, siendo tan católico, tan ortodoxo, tan tradicional... ¿cómo va a ser el Opus una secta? Como digo, no hace cosas que no hayan sido, al menos vistas superficialmente, las acostumbradas en la Iglesia, sobre todo en las órdenes de vida religiosa.

¿Y con respecto a los católicos de a pie?

A esto podría contestar cualquier ex miembro: "Yo era católico/a y quería serlo de forma entregada, militante, buscando la santidad. Y el Opus me ofrecía eso y me daba la confianza de que pertenece a la Iglesia y la Iglesia lo apoya"

Es decir, el Opus parasita la imagen, confianza, relación filial... que ofrece la Iglesia a los que son católicos. Parasita la creencia de carácter religioso de los católicos en la Iglesia. Se aprovecha de todo eso. Hasta cierto punto, como digo más arriba, la Iglesia lo consiente porque también obtiene algo, pero la relación es sobre todo de parasitismo. Sin estar encuadrado en la Iglesia Católica el Opus no habría sobrevivido, ni siquiera en los países con libertad religiosa (no digamos en España cuando se desarrollo y alcanzó su esplendor, que no había tal libertad religiosa y todo el mundo era católico por defecto).

Ahora bien, estas son las características particulares de la secta particular que es el Opus, pero el resto de sus características son comunes a todas la sectas, y hay miles de ellas en el mundo. No se necesita una teoría conspirativa para explicar cada una, solo se necesita la naturaleza humana como es, y que se den algunas circunstancias adicionales.

¿Necesitamos teorías de la conspiración para explicar el síndrome de Estocolmo, la dependencia emocional de los niños maltratados de sus progenitores, la culpabilidad y dependencia de las mujeres maltratadas por sus maridos, el sometimiento paciente o aquiescente de la mayoría de quienes han sido esclavizados de cualquier manera?

Está en nuestra naturaleza humana (en unos más y en otros menos) el obedecer a quienes se nos presentan convincentemente como autoridad, el ligarnos con lazos de dependencia a ideas, modos de vida, doctrinas y costumbres, el querer pertenecer a algo más grande que nosotros, el dejarnos llevar por el grupo que nos rodea y sus convicciones...

Todas esas cosas, y algunas otras, que en principio nos hacen una especie sociable y nos permiten sobrevivir, aprender una cultura y todo lo que va con ella, pertenecer a una familia y a otros grupos..., son utilizadas perversa y torcidamente por manipuladores, por maltratadores, por fundadores de sectas, por trepas, por líderes, a pequeña o a gran escala, de forma más intensa o menos.

Una secta con éxito forma a partir de ahí una organización que se auto perpetúa (porque esa es su única finalidad, igual que un virus) y mantiene las características perversas más allá del éxito personal de su fundador. Todas ellas acaban diluyéndose y desapareciendo, no sin antes hacer mucho daño.

El secretismo es una característica fundamental de todas las sectas. Eso basta para explicar por qué tienden a pasar desapercibidas ante autoridades civiles y opinión pública, al menos durante cierto tiempo y en cierta medida. Si, como ésta, se agarran además a la reverencia que todavía impone la Iglesia (hay que atarse los machos para ir a hacer una inspección laboral, fiscal o de cualquier tipo a una entidad religiosa, hay que ser un funcionario, periodista o juez muy poco o nada católico para tratar a una entidad religiosa católica como se trataría a otra entidad cualquiera) no hace falta mucho más.

La atención de la opinión pública está muy solicitada y repartida. La misma queja ("¿Por qué la gente no se entera, no presta atención?") podemos hacerla respecto a las hambrunas, los males sociales, la destrucción del medio ambiente, la tolerancia hacia la corrupción, y así siguiendo con otras muchas cosas.

Todos nosotros caemos en eso. ¿Hemos prestado suficiente atención a la situación de los centros de detención de inmigrantes? ¿Nos damos suficiente cuenta de las penurias que pasan los ancianos que cobran pensiones muy bajas y no tienen familia? ¿Hace la fiscalía lo suficiente respecto a los casos de niños maltratados por sus padres?

Y así sucesivamente. No hacen falta conspiraciones.

Es difícil medir el efecto total de Opuslibros. Yo creo, sin embargo, que es muy grande, pero en parte silencioso, o relativamente silencioso, porque efectivamente para quien no es grande es para quien no está en su vida particularmente preocupado por el Opus y este le pilla muy lejos. Eso es una lástima para conseguir que las autoridades públicas le metan mano a sus abusos, pero tiene el aspecto positivo de que toda esa gente - que es la mayoría- no corre peligro de verse reclutada.

Para quien corre ese riesgo, para quien está cerca, para quien está dentro, el efecto de Opuslibros yo creo que sí es grande. El Opus se nutre ahora mismo, por lo que se ve, de los hijos de gente próxima a él que manda a esos hijos a sus colegios. Buena parte de esas familias son muy católicas y solo dejarán de correr peligro cuando la Iglesia deje de arropar al Opus.

Y aquí es donde mi opinión es, en un sitio como éste, bastante impopular: eso no pasará fácilmente porque la Iglesia, como organización y jerarquía, tiene mucho en común con el Opus, es como un Opus menos intensivo.

Por donde se llega a lo siguiente: yo lo siento mucho por los niños inocentes que no han decidido nada, y por la gente de buena fe, pero, en lo que respecta al riesgo de ser captados, tienen lo que han comprado, por duro que sea decirlo. Va todo en el paquete.

La única forma de escapar de ese riesgo es valorar muy alto la independencia de criterio y de conducta, y la libertad de pensamiento, valorarlas ferozmente y sin condiciones, y educar en ellas a los propios hijos. Pero poner eso muy arriba significa poner otras cosas, también buenas, más abajo.

La libertad es una carga, la carga del adulto hecho y derecho que ha de elegir y decidir, que ha de equivocarse, por lo tanto. Obedecer sin pensar mucho es dulce, fácil y agradecido (a corto plazo). No hace falta una teoría más complicada.

Vega




Publicado el Monday, 12 September 2011



 
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