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 Tus escritos: Gobierno que no gobierna.- savonarola

070. Costumbres y Praxis
savonarola :

Gobierno que no gobierna
savonarola

 

En la película “La princesa prometida”, el protagonista (Westley) le repite con frecuencia a la “princesa” que sirve (Buttercup): “como desees”. Ésta tarda un tiempo en comprender que lo que esa expresión quiere decir en realidad es: “te quiero”. Tengo que reconocer que me ha costado muchos años entender que expresiones del tipo: “como siempre hemos hecho en Casa”, “como siempre se ha vivido en nuestros Centros”, “como siempre quiso nuestro Padre”… en realidad significan: “esto nunca se ha hecho así, pero a partir de ahora va a cambiar”. O también, cuando se dice: “si sucediera tal cosa, que, gracias a Dios, nunca ha sucedido ni sucederá en el Opus Dei”, significa en realidad: “esto sucede con mucha frecuencia, y por eso, para esos casos hemos establecido tal criterio”. Si es que algunos somos muy torpes…



Mucho –y muy bueno- se ha escrito ya aquí sobre las sorprendentes novedades que la cúpula del Opus Dei –especialmente a través de la última carta que firma el prelado- está divulgando sobre la dirección espiritual en la institución. En ese sentido quisiera resaltar los escritos de Haenobarbo, Gervasio, Lucas, E.B.E, Josef Knecht, Canina

 

Cualquiera que haya estado dentro o continúe, y no tenga una venda en los ojos o esté bajo hipnosis, tiene que quedarse boquiabierto al leer las afirmaciones del Prelado (o quien escriba con su nickname, como insinúa alguno) acerca de la separación entre gobierno y dirección espiritual: los Consejos locales –se afirma- no realizan labor de gobierno, sólo de dirección espiritual.

 

Realmente hay muy poco que añadir a lo que ya han dicho tantos. Simplemente me gustaría traer a colación algunos textos del Vademécum del Gobierno Local, Roma, 2005. En realidad, bastaría con recordar el título (vaya, parece ser que hay un gobierno local…), pero no estará de más aludir a su contenido. El Vademécum en general, no tiene desperdicio. Su lectura reafirma que nada ha cambiado en el Opus Dei (al menos hasta 2005). Por cierto, interesantes los epígrafes sobre perseverancia y sobre el trato con los que no perseveran. No dejéis de leerlos, para que luego no os vengan con que con los que se van se actúa con absoluta naturalidad y tal (por ejemplo, sigue sin estar bien asistir a sus bodas o bautizos de sus hijos….si es que…mira que recibir sacramentos….qué poca vergüenza).

 

¡Y eso que se trata de un Vademécum ya suavizado!

 

Bueno, a lo que estamos. O sea que los Directores locales no gobiernan…

 

“Estudiar y ponderar la aplicación de estos documentos, a la hora de gobernar, es índice claro de amor a las enseñanzas de nuestro Fundador y, concretamente, a las normas del Derecho particular del Opus Dei, que hemos de venerar y defender, ya que son el cauce seguro del camino que Dios quiere para nosotros” (Javier Echevarría, Vademécum del Gobierno local, Presentación. Subrayado mío.)

 

“Recordaba nuestro Fundador en 1968: me habéis oído decir muchas veces que los que, en la Obra, tienen un encargo de dirección deben facilitar a sus hermanos, a quienes sirven, el deber gustoso santificante de una obediencia pronta, sobrenatural, alegre y generosa, que no distingue entre cosas pequeñas y grandes, entre ti Director y otro, porque toda la autoridad viene de Dios (cfr. Rm 13, 1). Agradezco a Dios Nuestro Señor este afán santo que todos mis hijos tienen de obedecer; sintamos, quienes tenemos encargo de gobernar, el desvelo por facilitar el ejercicio de esta virtud de la obediencia con la plenitud que el Señor nos pide” (Ibídem, Características de la labor de los consejos locales. Subrayado mío).

 

“Ejerciendo el deber de mandar con esta fuerte y recta humildad, haremos posible que la obediencia sea en la Obra, siempre, lo que ha sido desde el primer día: esa virtud gozosa, que sabe del calor de familia y de la pronta y estricta diligencia de la milicia. Tened en cuenta ‑hijos míos Directores‑ que todas las medidas que he dispuesto, para que el gobierno, en la Obra, sea colegial y no haya nunca tiranos, se podrían convertir en mero legalismo, si en el fondo de la conciencia de cada uno de vosotros no estuviera firmemente arraigado, con plenísimo convencimiento, este criterio: que en la Obra no caben los tiranos” (Ibíd. Subrayado mío).

 

En fin, todo el documento está trufado de expresiones de este tenor, ya sea al hablar de la colegialidad del gobierno de los consejos locales, ya sea al recordar que el sacerdote no tiene encargo de gobierno (luego los demás miembros del consejo local gobiernan), y por eso tiene voz pero no voto…

 

En lo que se refiere a la Charla fraterna o confidencia se afirma que el consejo local “decide la distribución que considere más conveniente (…). Una vez realizada la distribución en el Centro, se han de introducir sólo los cambios imprescindibles”. O sea, que eso de elegir uno, nada de nada.

 

Asimismo, se establece que se designa un sacerdote para la atención de cada centro, aunque de vez en cuando (como mínimo cada dos meses) estará disponible un sacerdote suplente. Por supuesto, se alude a la libertad para confesarse con quien uno quiera, “pero es una muestra de muy buen espíritu acudir —siempre que sea posible— a sacerdotes de la Obra, aunque hayan de emplear medios que se salgan de lo habitual”. Esencialmente, no cambia la doctrina conocida por todos:

 

Todos mis hijos gozan de la más absoluta libertad para confesarse con cualquier sacerdote aprobado por el Ordinario, y no se encuentra obligado a decir a los Directores de la Obra que lo ha hecho. ¿Uno que proceda así peca? ¡No! ¿Tiene buen espíritu? ¡No! Se ha puesto en camino de escuchar la voz del mal pastor. (Meditación “El buen pastor”). Nótese que ahora no se dice que es de mal espíritu ir a otro sacerdote, sino que es de muy buen espíritu acudir al de la Obra. Las cosas están cambiando, eh.

 

Siempre que se comenta (también en este Vademécum) la posibilidad de que uno se confiese con otro sacerdote, se admite como excepcional por razones de viajes u otras circunstancias que hagan inviable “lo previsto”, pero no porque te dé la gana (¿no era la razón más sobrenatural?). No, eso no. Eso sería de mal espíritu. Lo he escuchado y predicado yo mismo (y sin que nadie me hiciera una corrección fraterna) tantas veces, que resulta muy agotador tener que subrayar lo evidente.

 

Los días 29 y 30 de este mes hay tertulia general con el Prelado en Vistalegre (Madrid). Supongo que vendrá a “vender la moto”. Espero que alguien se atreva a mostrar su perplejidad con alguna pregunta… Tal vez podría pasar una pregunta a los Directores (que aunque no gobiernen, seleccionan las preguntas) sobre cómo mejorar el espíritu de filiación al Padre o algo por el estilo, y cuando le dieran su turno, preguntar: “Padre, ¿por qué siempre se nos ha dicho que el Consejo local es un órgano de gobierno, y ahora nos dice usted que no? Gracias”. Se me ocurre.

 

Un saludo muy cordial a todos, y especialmente a Agustina, que tiene que soportar “la contradicción de los buenos”, de los aristócratas del amor…

 

Savo




Publicado el Wednesday, 26 October 2011



 
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