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 Tus escritos: Una carta del Prelado que (muy probablemente) no se escribirá.- Torch

090. Espiritualidad y ascética
Torch :

Mentir nunca está justificado. Aunque se pretenda hacer un “bien” a la Obra o a la Iglesia misma. Es por eso que, en un ejercicio de futurología, me imaginé un comunicado que, seguramente, no se dará. Si la carta del prelado del 2 de Octubre de 2011 da esperanza a algunos, allá cada uno. Cada quien tiene el derecho de ilusionarse (en relación con “iluso”) como mejor le parezca. Yo he decidido ilusionarme con el ejercicio de imaginación que ahora presento. ¿No será que a los directores mayores del Opus Dei les está “costando” ser “salvajemente sinceros”?

Si lo que pretende el Prelado y “el que no debe ser nombrado” (el número dos en la organización) es hacer un borrón y cuenta nueva, a mí me daría muy buena espina y buen ejemplo aun, un texto que dijera así...

“Queridísimos, ¡que Jesús me guarde a mis hijos y a mis hijas!,

“Por un afán bien intencionado pero mal entendido, en la Obra hemos vivido una unión entre la estructura organizativa y la dirección espiritual por muchos años; en contra de la doctrina y la tradición de la Iglesia.

“Tal unión estaba diseñada para ayudar a las personas. Siempre pensamos y aceptamos que bastaba con asegurar la discreción de lo que se decía en la charla, para respetar la intimidad de las conciencias. Es verdad que esta información circulaba por los órganos de gobierno en el régimen local, regional o general. Con buena intención, esa información se usaba para ayudar a las personas en la ardua lucha que supone alcanzar la santidad. Sin embargo, tal confusión entre gobierno y dirección espiritual no respeta la tradición milenaria de la Iglesia y pudo ser causa de abusos e intervenciones injustificadas en la natural libertad de discernimiento personal que tiene cada una y cada uno.

“El Santo Padre Benedicto XVI y sus colaboradores, nos han ayudado a comprender que, aunque nuestro régimen jurídico no es el de un movimiento laical, orden o congregación religiosa; no por ello estamos exentos de vivir lo que manda nuestra Santa Madre la Iglesia. Es decir, que los que ordenan y organizan en el Opus Dei, los que tienen alguna misión de mando (con jurisdicción formal o sin ella según los estatutos de la prelatura), no tienen por qué hacerse de información que pertenece al fuero interno de las personas. Que la dirección espiritual y la confesión son medios personales en los que cada quien es libre y responsable de aceptar los consejos que se le dan; y más aun, de elegir la persona y el modo para dirigirse o confesarse.

“Sé que esto contradice muchas de las enseñanzas, escritos, criterios y normas que dictamos en las décadas anteriores nuestro Fundador, Don Álvaro y yo mismo. Sin embargo, la Iglesia – como siempre lo hemos predicado – tiene la última palabra. Debemos obedecer al Santo Padre aunque nos cueste deshacernos de unas prácticas, bien intencionadas, sí, pero que no van de acuerdo con la doctrina de la Iglesia a la que intentamos siempre servir. Parafraseando a nuestro queridísimo fundador, si la Obra no estuviera para servir a Dios, a la Iglesia, y a las almas, no serviría para nada.

“Pido perdón a todos y todas aquellos que han vivido la costumbre de la charla fraterna tal como estaba prescrita tradicionalmente. Incluyo a propósito, a muchos que han querido servir a Dios en el Opus Dei por un tiempo de sus vidas. Os agradezco vuestro esfuerzo y dedicación y os ofrezco una disculpa por todos aquellos casos en los que no os tratamos con justicia o, peor aún, con caridad cristiana. Os pido vuestras oraciones para que enfrentemos en el Opus Dei, con valor y confianza en Dios, el proceso de renovación que ahora comenzamos.

“Con cariño,

“+Javier”

Creo que la redacción actual (en la que se dicen mentiras, quizá sin darse cuenta) no sirve de mucho y crea la sospecha de que hay un intento de engaño a la Santa Sede. Esto puede causar más escándalo que decir la verdad y pedir perdón. Y a todos los miembros del Opus Dei, ya fuera de broma, quería decirles que cuentan con mis oraciones (desde el Prelado hasta el último que hizo la oblación).


Publicado el Wednesday, 26 October 2011



 
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