ESTIMADOS SEÑORES:  

A ver por favor. Dejen de hacerse daño. Me recuerdan al Coronel Perote que antes de marcharse de los Servicios secretos españoles microfilmó diversos documentos: no me parece honesto. En todos los ambitos sociales se hacen informes: basta recordar los informes exhaustivos que, por ejemplo en mi diocesis, se hacen cuando un candidato se ordena diacono, sacerdote u obispo. Pero, ojo, no confundan a la gente pues los informes que se realizan en el Opus Dei jamas utilizan datos o informaciones de direccion espiritual, jamas. Y si alguien lo ha hecho, eso no responde al espiritu del Opus Dei y con seguridad ahora no es del Opus Dei. Por supuesto, queda fuera de toda duda la ruptura del sigilo sacramental: decía una alta autoridad eclesiastica española que si hay que aprender algo de los sacerdotes del Opus Dei es, entre otras cosas, la delicadeza extrema en este punto.  

No dudo que ustedes lo hayan pasado mal. La vida es dura para todos y conforme pasan los años nos agotamos: los que son del Opus Dei y los que no lo son. Y siempre hay que mejorar y luchar por mantener la ilusion y la alegria, aunque cueste. Sobre todo, hay que luchar mucho para ser muy fieles a los compromisos de amor contraidos; y si no, que se lo digan a los matrimonios normales y corrientes. Ademas, todos nos moriremos y tendremos que rendir cuentas de lo que hemos dicho, hecho, escrito. En todo caso, si que me gustaria decirles que no se dejen engañar por depredadores que a ustedes los estan utilizando de una manera despiadada: ¡¡me sobran datos!!, que precisamente no me han llegado de gente del Opus Dei. Pero por favor, no mientan ni confundan indiscrimidadamente, porque se estan haciendo ustedes mucho daño.

Tengo la firme convicción, desde hace casi treinta años, que ningún sacerdote de la Prelatura del Opus Dei - y de la Iglesia Catolica en general- ha roto jamás el sigilo sacramental. De ser así habría incurrido en excomunión latae sententiae. El secreto de confesion por parte del sacerdote es siempre y en toda circunstancia intocable e inviolable y no caben excepciones: está en juego la santidad del sacramento de la Penitencia, el respeto exquisito al penitente y la suerte eterna del sacerdote. Insisto, los sacerdotes de la Prelatura del Opus Dei son ejemplares en todo lo referente a la administracion del Sacramento de la Penitencia: lo sé por experiencia propia y ajena, y cualquier comentario que afirme lo contrario ofende absolutamente la verdad objetiva de los hechos que en esta pagina se relatan; y también, la honorabilidad que merecen estos sacerdotes.

Atentamente,

CESAR M.