Últimamente revolotean en mi mente las reflexiones sobre el estado de mi espíritu mientras hice parte del opus dei.

No dejo de pensar en lo que me impulsó a tomar la decisión de incorporarme a esta institución.

No puedo negar que me sentía llamada a una vida trascendente.

Ahora, como plasmar ese anhelo de libertad dentro de una forma de vida que te constriñe, que te da poco espacio para pensar por libre y que irrespeta totalmente el silencio y la quietud del alma.

Una vida llena y sobrepasada de consejos y de ruido espiritual.

Totalmente empujada al método, a los estándares a la rutina

Es imposible que digan que lo que ellos viven es un espíritu, es un vademécum de indicaciones para vivir de una manera MUY concreta, demasiado.

Cada vida es predecible, en cualquier lugar del mundo... hay un estándar... un modelo de persona...

No puede ser...

Qué pasa, que el espíritu está para servir una institución? O la institución humana al espíritu? Han olvidado lo básico? Han tratado de acercarse tanto al mundo que han convertido lo más sublime, la aspiración a la santidad en lo más profano y vulgar.

Amen...

likeabird