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 Tus escritos: Reformas y más fraude.- E.B.E.

125. Iglesia y Opus Dei
ebe :

El Opus Dei es como un banco que ha estafado a miles de ahorristas diciéndoles que sus fondos están bien custodiados, cuando en realidad se los ha dilapidado completamente. ¿Cómo hará ahora, que –para dar confianza- dice que cualquier ahorrista podrá retirar lo que desee y cuando lo desee?

El banco sobrevivirá en la medida en que los ahorristas no ejerzan su derecho. Esa es la táctica para sobrevivir. Y al banco lo único que le importa es sobrevivir. Sus ahorristas le importan escasamente, entre otras cosas, porque poco y nada puede hacer ahora por ellos: no hay ahorros que devolver y lo único viable es “hacerles creer que sus depósitos están seguros”. No queda otra que seguir mintiendo, no queda otra que seguir creyendo. La reforma es una mentira más y una fantasía más.



Por ello, no es extraño que también surjan mensajes contrapuestos: cualquiera podrá retirar la cantidad que desee pero se le sugerirá que no lo haga, por diversos motivos menos por el real y fundamental.

¡Así es como sobrevivió el Opus Dei hasta ahora! Escrivá decía "podéis confesaros con quien queráis, pero os sugiero no hacerlo". Fue genial su plan. ¡Cómo nos estafó! Claro, porque si lo hacíamos, el banco entraba en quiebra al instante. Qué fraude el de Escrivá: no me lo termino de creer. “Podéis consultarlo con vuestros padres, pero os sugiero no hacerlo”. Y así todo. “Tenéis libertad para todo, pero os sugiero entregarla”.

“Conceder sin ceder”: fue la clave del fraude, en todos los campos. Cómo nos estafó Escrivá. Me lo repito y no me lo creo. Y lo veo santo, entronizado en tantas Iglesias. Lo de la canonización es un callejón sin salida: cuanta más conciencia se tenga del fraude, más indigna será la figura de Escrivá canonizado.

Si todos decidiesen ejercer su libertad, el Opus Dei se vendrá abajo, se desplomaría. La carta desesperada del Prelado escrita en octubre último presenta un panorama cercano al delirio, donde promete un paraíso dentro del Opus Dei inexistente.

¿Qué sucedería si ahora cada uno decidiera hacer la charla con quien quiera y no con quien "se le ha sugerido"? ¿Qué sucedería si cada uno dejara de entregar todo el sueldo? ¿Qué sucedería si cada uno dejara de entregarse "del todo" al Opus Dei hasta hacerse holocausto?

¡¿Qué sucedería?¡ Sucedería que el Opus Dei se vendría abajo.

Y lo digo en potencial (sucedería) y no en futuro (sucederá) porque el Opus Dei no permitirá que suceda y por lo tanto es hipotética la reforma. Es una pura ilusión hasta que los "tiempos de cambios" aminoren y los reclamos se olviden. Pura táctica.

Lo de las reformas es una utopía. Tarde o temprano tendrán que volver a los viejos-malos-hábitos, porque sin la praxis propia de religiosos -deformada y manipulada por Escrivá-, el Opus Dei no tiene consistencia. Lejos de ser su punto fuerte, el carácter laical es su punto débil, el origen de su potencial desmembramiento y por lo tanto en tensión permanente con su carácter religioso-conventual.

Veo algunos que siguen adentro esperanzados por los cambios que han visto y los cambios que esperan lleguen pronto. Está claro que aún no han visto un problema central del Opus Dei: el fraude vocacional. No tienen ni la menor pista de por dónde va el asunto: creen que se trata de algunos problemitas a rectificar. Lo de Escrivá fue como el robo del siglo: no hay nada que rectifica sino más bien denunciar.

Por recomendación de un amigo, vi la película “Historia de una monja” (está en youtube), la cual bien podría llamarse “historia de una numeraria” (lo cual me recuerda el espléndido artículo de Aquilina). Vi cómo tuvo su Admisión (postulantado) y su Oblación (noviciado) y cómo vivía el tiempo de la noche (Gran Silencio) e incluso ¡el minuto heroico! El examen de conciencia dos veces al día... como en los centro del Opus Dei, aparece la enmendatio donde se acusan de faltas leves (como reírse en el tiempo de la noche… ), igual que en el círculo. Hablan del desprendimiento de los padres, de los amigos, e incluso de los objetos y de cómo entregar todo ello. Me recuerda al Centro de Estudios, donde todos tuvimos que pasar por “un registro voluntario” de nuestros placares para entregar todo “lo superfluo”. En un momento le entregan las disciplinas. Y, como me señalaba este amigo que me recomendó la película, se ve claro el drama profesional, la tensión entre las exigencias profesionales y la obediencia a la regla y a los superiores, típica situación vivida miles de veces en el Opus Dei. Por obediencia, se le manda dar un examen y darlo mal, por ejemplo. Recuerdo más de una vez que yo tuve que dar exámenes sabiendo que me iría mal, porque los directores ordenaban presentarse “para ser obedientes” más que para darla bien o mal. No importaba el resultado, importaba poner la obediencia por encima de todo.

En la escena donde la monja –bueno, la aspirante a monja- se va al convento, me hizo recordar cuando yo dejé la casa de mis padres a los 17 años, camino al convento del Opus Dei. Qué estafa, pensaba por mis adentro: el Opus Dei es un convento sin hábitos. ¡Cómo nos han engañado!

Finalmente, la escena de “la dispensa de la fidelidad”, por decirlo así, la salida del convento. Es tristísima y solitaria, como suele suceder en el Opus Dei. Es una película que describe el itinerario de los miembros célibes del Opus Dei, que ingresan, no se adaptan y finalmente egresan. La congregación lo vive como una fatalidad mientras que la protagonista lo vive como una liberación.

Sé que algunos esperan el día en que el Opus Dei se disculpe al menos de palabra. ¡Pero si con la palabra es como ha estafado y mentido! ¿Cómo confiar en una palabra totalmente devaluada? ¿Cómo el Opus Dei va a pagar su deuda con los mismos billetes que él mismo imprimió para defraudar? Sería demencial dejarse defraudar por segunda vez, y sobre todo con motivo de la reparación moral debida al primer fraude.

Saludos,
E.B.E.




Publicado el Wednesday, 23 November 2011



 
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