EL OPUS DEI VIVE EN LA OPULENCIA A COSTA DE SUS MIEMBROS

José Cervantes, 28 de noviembre de 2011

Hace poco vi en Opuslibros una discusión entre alguien que afirmaba que se podía ser numerario y no vivir todo aquello que no digan los estatutos y otro decía que vivir cumpliendo sólo los estatutos era mera utopía, que era en todo caso mejor salirse de la obra, que ir todo el tiempo a contracorriente.

La discusión es válida y le he estado dando vueltas al problema y llego a la conclusión de que cada uno tiene cierta razón, pero que independientemente de quién tenga razón, se puede sacar provecho de la discusión...

Recuerdo algunos años antes de darme de baja de la opus, comencé a ahorrar. Me ayudó a solventar el asunto el hecho de que vivía en una residencia de estudiantes, donde los numerarios podemos manejarnos parcialmente por libre. Pero pudiera suceder que alguien con mentalidad moralista, o que aún esté dentro del opus, se pudiera plantear la pregunta de cómo es posible que yo siguiera ahorrando sin remordimiento de conciencia cuando los "cánones" del opus y todas las charlas de pobreza insisten que no podíamos tener ningún tipo de ahorro, a no ser que fuera consultado, justificado, aprobado, registrado y teniendo la cuenta bancaria los mismos directores.

En aquél entonces yo no conocía los estatutos del opus. En mis casi 30 años de paso por ahí, nunca -así nomás nunca- vi unos estatutos. Pero recuerdo bien un punto del catecismo del opus que dice algo así como: "… cuando un miembro de la obra abandona ésta, no puede nunca pedir compensación por las limosnas que aportó a la prelatura….". Lo que llama primero la atención es el trato de la donación de nuestro salario como limosnas. Mi razonamiento fue: si lo que damos al opus son limosnas, éstas se dan de manera libre y según tus posibilidades. Mis posibilidades de dar limosnas a la prelatura disminuían en la medida de que estaba yo por abandonarla, y no podía irme sin ningún recurso, pues necesitaría un sustento económico que obviamente la prelatura nunca me daría, por lo tanto no tenía ya obligación de aportar tantas limosnas. Aún en ese tiempo aporté la mayor parte de mis ingresos a la opus, por lo que no se pueden quejar, pero sí hice un buen ahorro.

Es más, estoy convencido que uno de los problemas de la prelatura es su exceso de recursos, mientras sus ex-miembros se van sin ningún recurso en la peor indefensión y ante la indiferencia de sus directivos. Para ser todavía más claro: quitar el salario a los trabajadores es uno de los pecados que clama al cielo. Mala costumbre de los directivos del opus: es bien sabido que muchas veces hasta a las Auxiliares se les niega la ayuda familiar.

Estoy convencido de que uno de los principales problemas de la opus es su exceso de recursos materiales: el opus dei vive en la opulencia a costa de sus miembros, y creo que no exagero.

Conclusión, aunque efectivamente sería punto menos que imposible vivir dentro del opus sin vivir todas sus ocurrencias de reglamentaciones que se tienen, creo que un numerario debe regirse con los estatutos y quedarse tranquilo de conciencia pues se está actuando rectamente. Sería bueno que hasta de vez en vez algún numerario defienda su postura diciendo expresamente: "tal o cual exigencia no la piden los estatutos y por lo tanto no obliga". Por eso es importante que todos los miembros conozcan los estatutos para defenderse de abusos, tan comunes en el opus, y construir poco a poco una cultura que base la regulación de la institución en los estatutos y no los inventos no oficiales (dígase praxis, glosas, etc. etc.) que no están aprobados por la Santa Sede y por lo tanto, estoy convencido, no tienen validez real.

Mando un saludo a tod@s en Opuslibros!.

José Cervantes