Hola E.B.E. 

Suscribo y me perece excelente el contenido de tu escrito "Reforma sin escándalo". Aunque mi opinión sea la de que creo que se trata de una cuestión de origen más que de reforma, como en su día dejé publicado en mi libro "El Opus Dei . Entresijos de un proceso" ( Edt. FOCA, 1993- 2004). La canonización en cuestión estuvo planteada, desde siempre, para que sirviera para lo que está sirviendo, como tú muy bien expones. Forma parte de la estrategia de Escrivá, también de siempre, de "servirse" de la Iglesia... A la vez que, según entiendo yo, y que también dejé por escrito, su canonicidad no tiene por qué ser mayor que la de un sacramento (por ej. el matrimonio), que puede ser considerado nulo siempre que se demuestre que no se dieron las condiciones necesarias.  

Y en la canonización de Escrivá, más que a él, lo que se canonizó fue una entelequia. ¿Con posibilidades de rectificar?, anular más bien, que no reformar. Creo que este puede ser el tema, lo creo desde esa época en que todo ello se estaba gestando, y lo sigo creyendo ahora. No porque cuestione las intenciones de Escrivá, que en absoluto soy quien para ello, pero sí porque una cosa fue lo que se dijo, se aportó y cómo se hizo, y otra, muy otra, la realidad de la que se trataba.

Un abrazo

María Angustias Moreno