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 Tus escritos: Yo también sufrí (y 5).- Ferita

010. Testimonios
Ferita :

YO TAMBIEN SUFRI (y 5)

Ferita, 5 de diciembre de 2011

 

 

Nunca podré olvidar el daño que me hicieron. Me engañaron, me confundieron, prefirieron hacerme creer que estaba loca y que todo era producto de mi imaginación. Conmigo lo hubieran tenido fácil, yo era una buena persona y confiada. No tenía familia ni a dónde ir. Un “lo siento”, los sacerdotes se equivocaron no se lo tengas en cuenta, uno era mayor, el otro impulsivo… es verdad que lo que has visto y vivido estaba mal, pensamos que esa persona cambiaría, pero se lo vamos a decir y cambiarán las cosas, no sufras, todo irá bien, estamos contigo. Pero no, dieron la vuelta a todo. Todo menos reconocer que se habían equivocado, era mejor maltratar a una persona que pedir perdón y yo, mientras, preocupada por no vivir el minuto heroico y por las demás normas, sin hacer correcciones fraternas, porque todo el mundo me parecía buenísimo.

 

Para mí fue un escándalo “más les valiera ponerse una piedra al cuello y tirarse al mar” (leía en el evangelio), ¿dónde estaba eso que decía Cristo, que dejaba a todo el rebaño para salvar a una oveja? No. A mí no sólo me abandonaron a mi suerte sino que me despojaron de todo lo que era mío, mi libertad, me destrozaron el alma, el corazón, me trataron como un pelele al que se puede pisar,  dañaron mis sentimientos, toda mi vida...



Yo había dado toda mi vida, todo mi tiempo, había dejado todo, mi familia, mis ilusiones, esperanzas y me quitaron el sentido de mi vida, porque aquella sensación que tuve no la olvidaré jamás, ese encontrarse sola, vacía, sin ilusiones ni esperanza, y además enferma. ¿Qué podía hacer sino matarme? A dónde podía ir, en quién podía confiar, quién podría entenderme, y todo lo que me habían hecho era nombre de Dios.

 

Me quitaron hasta la fe en Dios y en su Iglesia, mi voluntad tan débil y mi cuerpo más y, encima machacando con lo de “querer es poder”. ¡¡¡MENTIRA!!!

 

¿Qué derecho puede tener alguien a quitarte la dignidad de ser persona? Para mí fue peor que una violación. Me violaron la conciencia, me trataron como una persona mala e indeseable por pedir una indemnización justa. ¿Qué derecho tiene una persona a insultar de ese modo y decirme que no había conocido persona más mala y con tan mala intención, que ya me pagaría la vida, que Dios me castigaría, que me iba a condenar y pasarlo muy mal, como el que te echa una maldición?

 

Tanto los sacerdotes como las personas de la Delegación y la directora del colegio Pineda en el que trabajaba entonces, me utilizaron para arrojar en mí toda su rabia, basura y maldad. Todo en nombre de Dios. Dejaron que pensara que estaba loca, que todo era cosa mía. Una amiga supernumeraria que gracias a mis clases entró en Bellas Artes y que nos queríamos mucho, me dijo un día por la calle que no podía ya verme, que se lo habían prohibido pues estaba loca.

 

Sí, consiguieron quitarme la fe, (ya no puedo entrar en una Iglesia sin sentirme mal, el olor a velas me pone enferma) pero mejor, busqué otro Dios que tuviera sentido, no ese que me enseñaron, tanta pureza y tanta gaita, materia grave, y una porra! ¿Cual es el mandamiento mayor? LA CARIDAD, EL AMAR AL PROJIMO. Qué pasa cuando matas el alma de otro y, no de golpe sino a poquitos, ¿eso no es materia grave? Pues sí, la más, porque tanto hablar y hablar de pensamientos impuros… ¿y eso de confundir y manipular los pensamientos de los demás? Estoy harta de tanta mentira, de tantos miedos, el miedo es lo que paraliza, lo que no deja actuar. Lo emplearon como medio de corrección y de manipulación, ¿eso no es pecado mortal? El miedo es lo que siguen utilizando para tenernos bajo su “pie” todos los que tienen poder, pero ahora ya no es lo mismo, puedes pasar o rebelarte, cada uno sigue su camino. Es verdad que la Iglesia ha pedido perdón por muchas cosas, como siempre, tarde, faltan muchas cosas aún, pero, ¿la obra? Son perfectos… nunca se equivocan, todo se hace en nombre de Dios…

 

Gracias a Dios ya no creo en todas esas historias, inventadas por los hombres, en nombre de Dios, para que tengamos miedo y dejarnos manipular. Así ha sido toda la Historia, pero no lo sabemos ver, ni entender.

 

Ya no creo en nada que me pueda poner normas que vayan contra la propia naturaleza humana. Hay que cambiar muchas cosas y no tengo ganas de esperar a que cambien, la vida es muy corta y más con todos los años que me han robado. Luego sueltan eso de que si tú crees que estas haciendo bien, que es lo que crees te pide Dios, no esta mal, venga ya… Por eso interesa no tener criterios personales, para que no puedas pensar y dudar de nada de lo que te dicen. Menos mal que gracias a Dios, la verdad deja un poquito de resquicio para ver las cosas y no perder del todo la luz. Yo la vi, pero me costó tanto tiempo poder marcharme, 5 años, siempre mareando la perdiz, hasta dejarla casi muerta y ahí estaba yo con mi buena fe.

 

No entiendo nada y deseo morirme para que Dios me cuente eso de cómo va la vida y todo lo que nos hemos inventado. Yo solo creo en el evangelio, los hechos de los apóstoles y las epístolas, que me dan que pensar, porque son muy machistas y me ponen de los nervios. A la Virgen la quiero mucho, era también de las que no entendían. Aunque sigo sin entender el hacer de Dios. Creo en las personas buenas que me han ayudado, en las que se que hay y, sobre todo por sus obras.

 

Me cuesta creer en este Dios tan bueno que mandó a su Hijo para que le matáramos y que como El, tantas personas eran crucificadas, como tantos mártires ha habido y habrá. Jesucristo vivió 30 años estupendamente, con unos padres maravillosos, con trabajo, con amigos y familia, no tuvo que pasar ni una gripe. En tres días le maltrataron, después en unas horas murió. Como tantos otros, El incluso antes. Lo único que me consuela es que Resucitó, eso es para mí, lo importante. “Si Cristo no ha resucitado vana es nuestra Fe”. Estoy un poco harta de sentirme tan pecadora. No me lo creo. De verdad que todo lo hago lo mejor que sé y puedo.

 

Pero me da igual, cada uno a lo suyo y acarrear con lo que nos toque. Me gusta eso que dicen, “si hay que ir se va, pero que no nos acojonen”, pues eso. Soy una buena persona y soy feliz con mis limitaciones, que son muchas, y nadie me va a decir más lo que tengo que hacer, soy libre, soy yo misma, soy como quiero ser, no quiero ningún patrón, me da igual no ser santa, yo quiero ser del montón, como todos, que somos muchos y del Barça. Aunque también del Madrid. Soy de allí, fui muchos años socia, así que tengo el corazón “partío”.

 

No he vuelto a ser la misma que antes, una persona confiada. Era y soy una persona que deja huella, muy querida por todos, que transmito paz y serenidad a pesar de tanto sufrimiento moral y físico, por el que he tenido que pasar y pasaré. No lo entiendo, pero me da igual, hay mucha gente que esta peor y me alegra formar parte de los que sufren y no entienden, que también somos muchos. Ya lo entenderemos algún día, pienso, y si no, me da igual, es lo que me ha tocado y no hay respuesta. Qué es eso que somos los elegidos de Dios, los enfermos, ná de ná…, Jesús curaba a los enfermos, si no les hubiera dicho: chicos sois mis preferidos, vamos a tomarnos unas copas...

 

Cuantas veces esta gentuza me han hecho pensar que tanto dolor y enfermedad me lo enviaba Dios para castigarme… Cómo es posible que con todo ese dolor no me haya muerto de pena…Cómo pueden saber lo que hace y quiere Dios y en su nombre maldecir, ¿eso no es tomar el nombre de Dios en vano?

 

Todavía me duele el alma y lloro con facilidad. Si, es verdad que soy muy sensible y creativa, estoy orgullosa de serlo, es el don más preciado que me ha concedido Dios y el ponerme amigas buenas que sí se portaron como unas madres y hermanas que me ayudaron a sobrevivir y seguir adelante.

 

A todas esas malas personas que pasaron por mi lado, manipuladoras, serpientes que se cubren con escamas de bondad para parecer algo y no son mas que escoria, vendedoras de mentiras, violadores de conciencias, sepulcros blanqueados, ladrones de identidad y de criterios personales, me robaron todo, la ilusión, las ganas de vivir, la esperanza, que dicen es lo último que se pierde, me rompieron por dentro y por fuera. Hay cosas que ya no se pueden recomponer, lo sé bien porque llevo 3 prótesis y nunca es lo mismo. Mercachifles de dinero de los que Cristo echaría del Templo a latigazos. Les haría un buen juicio para denunciarlas como se merecen. Mentirosas, con doblez, cuando me puse tan mal me llegaron a decir que si sabían que me iba a poner así, me hubieran dicho otra cosa, ¿qué otra cosa? ¿Otra mentira mayor…? Por qué no me dijeron “la otra cosa”. Aún la estoy esperando.

 

Espero que todas esas acciones que hicieron y que veo siguen haciendo, se les vuelvan contra ellas y exploten de vergüenza. Espero que la vida les haga justicia y no lo digo como una maldición, sino que se tendrán que arrastrar ante Dios para conseguir sus migajas de perdón. Y si no lo hay, ya he visto que la vida te da lo que siembras y me ha tocado vivir, en otros, finales de vida muy duros, solo hay que esperar…

 

Tampoco entiendo la actitud de la Iglesia con este tema. Después de todo lo que se ha enviado, escrito, de lo que han oído. Pero ¿a qué esperan? ¿De qué tienen miedo? ¿De haber canonizado a alguien que no era canonizable, con un proceso falso? ¿Qué pasa? ¿Tampoco sabe rectificar? Si, ya, también son humanos. Pero con pruebas tan abrumadoras como las que tienen, leen o reciben…Les debe convenir seguir como tapaderas.

 

No sé, no creo que sea prudencia, más bien tibieza y… “a los tibios los vomitaré de mi boca”. Nos escandalizan más con este comportamiento. Creo que no harán nada, es muy difícil hacer las cosas bien y hay que ser muy humilde. Ha de pasar mucho tiempo, con eso juegan, con el tiempo, a ver si se nos olvida dejar de darles la paliza

 

Ya, me da igual. Todo es lo mismo. La vida sigue igual. Nos repetimos, yo ya no entiendo nada, pero sigo como todos, haciendo lo que puedo. Se que llegará el final y “quizás” me entere de algo, aunque entonces me seguirá dando igual.

 

           En mi primer escrito, os decía que he perdonado todo a todos. A mi padre sí, porque me pidió perdón llorando, arrepentido de cómo me había tratado… Después de escribir todo esto, me estoy cuestionando el perdón a la gente de la obra, y a la Iglesia, pero no veo arrepentimiento por su parte. Y sin arrepentimiento no hay perdón.

 

FIN DEL ESCRITO

 

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Publicado el Monday, 05 December 2011



 
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