Hola amigos,

Veo que mi correo previo no ha sido muy afortunado, como dice Giovanna. Debo aclarar algunas cosas: cuando afirmo que la fe en Dios no depende de la Iglesia, es cierto que exagero. La fe se vive en comunidad, la recibimos de la Iglesia, que es su portadora. Pero no sólo de la Iglesia jerárquica, sino de todos los cristianos que son miembros de Cristo, discípulos que hacen discípulos: desde la cuna. La trasmisión y la vivencia de la fe sólo tienen sentido en comunidad. Y eso no depende de lo que diga el Papa, o sólo de él. La Iglesia es más que él, más que la jerarquía. Si no me equivoco, es el cuerpo místico de Cristo, el pueblo de Dios.

Pero también es cierto que todos, tarde o temprano tenemos cada uno que responder a la pregunta del Maestro ¿quién decís vosotros que soy yo? y a su propuesta: Ven, sígueme. Esas respuestas las tenemos que dar cada uno. Ahí no entra el Papa, no entra tu madre o tu hermano. A eso me refiero: estamos solos ante el misterio del amor supremo.

Finalmente, creo que la Iglesia Romana (católica, repito son también la ortodoxa y la anglicana) se encuentra en una dinámica de reacción / reconquista. De orgullo. Esto no es malo, si el orgullo es de Dios, de servir a los más necesitados. Pero a mí me da que se trata de más bien de una autoafirmación. Una comunidad llena y convence si habla de Dios, y no de sí misma. Creo que los derroteros no van por ahí. Es mi opinión, probablemente equivocada.

Pido disculpas si he sido excesivamente sarcástico o reduccionista.

Saludos

Ramón