Estimado Ramón, que Dios te me guarde:

Es muy difícil, en mi opinión, decir cómo es la actual ideología de la Cosa y encuadrarla en un grupo concreto como tú haces. Por eso, creí importante repasar primero los orígenes, para poder entender el presente. No comparto esa afirmación tuya de que ahora es el neoliberalismo. No lo creo, es circunstancial, además es una palabra que no quiere decir nada y sirve para meter en un cajón de sastre a todos cuantos no son socialistas. Rafael Termes sí era un financiero liberal y supongo que habrá dejado su impronta en la Escuela de Negocios. Pero el modo de actuar de esta escuela (igual que cualquier otra “marca de la Casa” ) responde a otro patrón...

Hace unos años, ya cuando gobernaba Felipe González, los socialistas hacían una cosa y su contraria como si nada. Algún político o periodista, no recuerdo quién, acuñó aquello de que “socialismo es lo que hacen los socialistas”, a la vista de que eran capaces de justificar una postura y la opuesta sin ningún rubor. Lo mismo sucede en la Cosa: “catolicismo es lo que hacen los católicos del Opus Dei”, más o menos esto define sus parámetros de actuación.

Si hay una ideología en la Cosa, esta es la del elitismo. Les da igual la izquierda que la derecha. Ahora hay un ministro en España, además de un escandaloso número de directores generales y secretarios de estado recién nombrados en el ministerio que él preside que son de la Cosa, además de un exfiscal numerario que acaba de ser nombrado para una alta magistratura. Recuerda que con el gobierno socialista, el número 2 del ministerio de economía era profesor de esa misma escuela de negocios. Ni que decir tiene que Amaiur, en la extrema izquierda, cuenta también con su numerario, Rafa Reina, igual que están en cientos de buenos puestos en el PNV, en CiU, etc., cosa que sabemos todos, o que el sindicato USO está repleto de miembros de la Cosa, al igual que algunos sindicatos educativos. Hay que estar siempre donde haya un nivel de decisión, sea cual sea.

Cuando llamé vuestra atención sobre los orígenes ideológicos era precisamente porque resulta lógico que el “espíritu de Casa” se manifestara en pleno apogeo de las ideologías elitistas. Y eso es lo que es. Y como no cabía esperar otra cosa, ahí sigue estancada.

En América, (lo sabéis muy bien los americanos que aquí escribís) la Cosa está muy presente entre las clases altas y muy pocos están por la labor de cambiar la estructura económica tan injusta que se vive en países como Perú, Ecuador, etc., donde las diferencias sociales son abismales. Sé que algún numerario cura que se fue destinado para allá volvió a España al cabo de unos años escandalizado de la pobreza y muy crítico, tanto, que un supernumerario me llegó a decir que “don F… volvió de Sudamérica, y en una meditación que nos dio ¡fíjate qué pena! hablaba como los de la teología de la liberación”. Yo le contesté que era lógico, una vez que se comprueba la injusticia tan patente; me miró con un desprecio que todavía recuerdo. Yo me preguntaba si al pobre don F… se lo trajeron para España precisamente para “desintoxicarle” de la realidad de la pobreza sangrante del pueblo y la riqueza abusiva de los supernumerarios…

Es esa reacción, como la del supernumerario este, la que es significativa y ejemplifica lo que se vive dentro.

La Fe Católica tiene que sufrir de vez en cuando que los enriquecidos, los cómodos, la alta burguesía, dispongan de una interpretación de la Fe hecha a medida de sus necesidades, por eso, como se quejan algunos en esta página últimamente, la fe se convierte en ritualismo y se esconde el verdadero rostro y el verdadero mensaje de Jesús. En el pasado, el poder se sirvió de algunas órdenes (como la Compañía de Jesús, que pasó de romper moldes y de vivir en la pobreza a ser la Orden de los colegios de los ricos) para satisfacer esa necesidad, hasta que, con los años, las Órdenes religiosas se fueron dando cuenta del engaño y volvieron al mensaje de Cristo. Pero ya lo mismo había pasado en el siglo XIII con San Francisco de Asís…o con San Benito siglos atrás… la historia se repite y hay docenas de ejemplos… de vez en cuando la Iglesia se tiene que desprender de esas rémoras volviendo su mirada amorosa a los pobres.

Aunque no apruebo los abusos que se han hecho desde o amparándose en la teología de la liberación, sí apruebo su mensaje profético, y por eso afirmo que sí que es cierto (con la Sollicitudo Rei Socialis de JPII en la mano, por si alguno de dentro me lee) que las estructuras de pecado existen y que el Opus Dei (con todas las letras, tras haber estudiado con minuciosidad el tema) y las instituciones que de esta dependen, cumplen todos los requisitos para ser calificadas como tales estructuras de pecado. (Ya hay algún documento en esta web al respecto). Por tanto, al estilo de Nietzsche, en ellos se cumple lo de que la voluntad es la voluntad de poder. Esto sería tema para otra conversación…

Un abrazo,

Fletcher