Ignoro y por tanto no puedo dar respuesta firme a Bettina en su demanda de información sobre la operación “Kilo” que se ha desatado en el colegio de sus hijos y su pregunta de si tiene relación con el Opus Dei.

Pero si el mismo colegio tiene algo que ver aunque sea mínimamente con la Obra, la respuesta sería que sí. Debe pues cerciorarse mirando al colegio en sí y sus vínculos.

Lo que sí es cierto es que de un tiempo a esta parte, la Prelatura ha dado consignas claras para que algunos de sus fieles especialmente supernumerari@s y agregad@s tomen parte en actividades y campañas que tengan que ver en áreas sociales y asistenciales. Sean fundaciones relacionadas con la tercera edad, sean bancos de alimentos, sea en iniciativas de ayuda a congregaciones dedicadas a la caridad, etc.

Es evidente y sabido que todo esto NO es ni ha sido NUNCA propio del opus. ¿Habrán cambiado las cosas ? Parece algo sospechoso, porque todo lo que viene de la Obra tiene una razón de ser, normalmente opaca. Nada es casualidad, nunca hacen algo por nada, todo está pensado, calculado y diseñado. Siempre hay un doble fondo en las alforjas del burrito.

Hace unos 4 años, pusieron en marcha en colegios corporativos campañas de recogida de dinero para algún proyecto educativo en África. Concretamente conocí el de Costa de Marfil, con la idea de ayudar a construir un colegio. El estilo parecía tipo Biafra de los años sesenta y setenta. Proyectaban reportajes y fotos de niños con aspecto penoso para remover la conciencia primero de los alumnos y luego la de sus padres y afines. Incluso acudía algún numerarito que vive en ese país a explicar anécdotas, cual misionero recaudador.

Insistían que sólo se admitía dinero contante y sonante cuando alguien preguntaba si se podía dar otras cosas. Cada año le daban a la campaña un nombre distinto, siempre con acento étnico e iba dirigido principalmente a los alumnos de primero de bachillerato, para que se involucraran en un pretendido proyecto de calado social. Incluso hacían intervenciones, propiciadas por los profesores, para exponer la campaña en las reuniones de padres.

Tal fue la sorpresa cuando avispados alumnos, tras buscar más información, vieron que estos colegios que iban a construirse en algunos casos ya existían y se rebelaron dejando de promover la causa. Respondieron los profesores diciendo que el dinero era para equiparlos. Pero indagando más, descubrieron que a estos colegios acudían precisamente alumnos negritos perfectamente uniformados y de una presencia impecable.

O sea, lo de pobre negritos pobres era una pura fantasía conmovedora. Los colegios del Opus Dei en países pobres son para los niños ricos principalmente. Y aquí se acabó la jugada en algunas corporativas, pero me consta que en algunos centros todavía dura la broma.

Imagino que es pura especulación, aunque no creo estar en demasiado error que la táctica tiene un propósito dual: uno consiste en propagar la idea e imagen de que el opus Dei está también involucrada y participando de lleno en la sociedad, mostrando una cara amable, solidaria, “normal” y consciente de los problemas reales de la misma y queriendo estar al lado de los más desfavorecidos. Y el otro propósito, cómo no, ampliar su campo de acción calando redes en ámbitos donde puedan capturar algo de “pescado”, en lugares y ambientes que normalmente acuden buenas personas, de mayoría creyente, dispuestas y abiertas a nuevas “amistades”.

No sé si con ello habrán logrado encontrar nuevos caladeros, porque en los habituales parece que impera una veda prolongada. Las tallas inmaduras ya no llenan las bodegas.

En fin, que de la Prelatura del Opus Dei y todo lo que le rodea, si piensas mal normalmente aciertas. Los órdagos son viejos conocidos y las cartas marcadas son las mismas aunque cambien a nueva baraja.

Normalito