Escribo para agradecer encarecidamente a Haenobarbo su testimonio sobre la redacción de El itinerario jurídico del Opus Dei. Es una aportación del alcance de la de Gervasio cuando nos explicó cómo y cuando se escribieron las llamadas Cartas fundacionales. Son de ese tipo de datos con los que se desmontan todas esas series de mentiras y medias verdades con las que esta oscura organización intenta intoxicar a la opinión pública. Pero una vez más, se comprueba que la mentira tiene patas muy cortas, porque a la verdad le pasa como a Cristo, que lo mataron y enterraron pero al poco resucitó.

ü     Es muy significativo lo que Haenobarbo cuenta sobre las trabas que en Villa Tevere le pusieron al historiador Giancarlo Rocca para que no contara con documentación para su investigación.

ü     Es muy importante que Haenobarbo confirme que El itinerario jurídico se escribió para refutar el estudio de Giancarlo Rocca, El Opus Dei Apuntes y documentos para una historia.

ü     Es súper expresivo del fraude que se ha cometido en la Obra y del consiguiente miedo a que se accedan a los verdaderos documentos de la historia de la Obra de Escrivá, el que Mons. Portillo mandara realizar la investigación en Pamplona y no en Roma, donde están las fuentes, y le sesgara las informaciones a los encargados del trabajo.

ü     Es muy ilustrativo del terrorífico nivel de control que ejercen los superiores de la Obra sobre los miembros y del indigno sometimiento al que acaban prestándose muchos miembros de la Obra, que esos investigadores aceptasen trabajar en tales condiciones: casi a ciegas, sin poder consultar las fuentes directamente ni disponer del material original de archivo, trabajando en base a lo que desde Roma les decían; indignados pero sometidos. Una vergüenza.

ü     La aportación de Haenobarbo me lleva a suponer cómo Andrés Vázquez de Prada redactó sus tres volúmenes de El Fundador del Opus Dei. Mucho me temo que Portillo lo obligara también a seguir este mismo sistema de atenerse a los datos que en Roma decidieran proporcionarle.

ü     Me parece muy relevante lo que cuenta Haenobarbo sobre que los coautores de El itinerario jurídico, al contar con poquito más de información sobre los orígenes de la Obra de Escrivá, llegaran a plantearse serias dudas sobre el supuesto carisma del fundador.

ü     Finalmente, considero que este testimonio de Haenobarbo debería bastar por sí solo para cerrar el proceso de beatificación de Mons. Portillo, echando por tierra cualquier intento de proponer como modelo de santidad a un siniestro personaje que no sólo no amó la verdad, sino que indujo a tantos miembros de la Obra a mentir y a manipular los datos históricos.

Gracias, pues, Haenobarbo. Y estoy convencido de que si todo el que tenga algo que desvelar, como él, va aportando este tipo de informaciones, entre todos iremos desenmarañando esa trama de engaños que, en su trastorno narcisista de personalidad,  Mons. Escrivá fue urdiendo a lo largo de su vida con la ayuda de sus siniestros colaboradores.

Saludos,

Guillaume