Pues aquí estoy, escribiendo mi primer texto, en un rincón de Internet al que he llegado de manera totalmente accidental: buscaba información sobre el profesor Choza y heme aquí.

Leyendo y observando lo que merodea por esta región del ciberespacio, confieso que por ahora me siento un "ex" un poco raro. Dos años después de haber dejado la Obra, tras muchos como numerario, tengo trabajo (gracias a Dios), vida social, nadie me ha hecho el vacío, resulta que tengo amigos del Opus a los que veo con frecuencia (varios de ellos estuvieron en mi boda) y estoy feliz de la vida. Y lo más curioso es que recuerdo como muy felices algunos de los años que pasé en el Opus Dei..., junto con otros terribles, cierto. Leo cosas aquí que me dejan estupefacto. Uno dice que estuvo 18 años para decidirse a dejar la Obra, y que fue leyendo "Los restos del día" como empezó a ver clara su salida. No me extraña que esté dolido, o resentido, o que sienta que se le ha ido la vida por el desaguadero, pero... ¡La madre que le trujo! ¿Dieciocho años? Quizá el problema no es sólo del Opus. Vamos, digo yo.

Luego están los que fueron víctimas de abusos laborales, afectivos, morales y espirituales. Esos sí que han tenido que pasarlo mal. Lo siento por ellos. Pero me temo que lo seguirán pasando mal también fuera. En el Opus, eso lo tengo yo bien aprendido, hay gilipuertas (como en todas partes) pero de una especie particularmente refinada: el gilipuertas entusiasta. Y esto, sumado a otra especia muy peligrosa, la del canalla ignorante (ignorante de su canallesco comportamiento), hace que uno no pueda ir con el lirio en la mano y la paloma de la paz en el hombro. Pero si uno no fue un hombre (o mujer) de acción para parar los pies a quien hubiera que parárselos (director, cura o encargado del tablón de anuncios), no creo que lo sea para parárselos a otro menda, aunque no pertenezca a la Obra.

En fin, que este sitio me parece un poco como "Alcohólicos Anónimos", o como la cárcel (me encerraron pero yo no fui). A ver si leyendo un poco más se me quita la impresión insalubre, como de aire viciado de sepulcro, y me decido a contar yo mi periplo.

Saludos al respetable.

Diletante
PS. ¿Se practica la censura en este locus amoenus?

<<Siguiente>>