Hola,

No tengo mucha experiencia en afrontar a hijos adolescentes, pero quisiera analizar contigo lo que ha pasado a tu familia.

Los chavales con 15 años son rebeldes porque no saben a qué santo encomendarse, su cuerpo cambiando, pero sobre todo su cabeza no está preparada para ese cambio hormonal y vital. Pasar de ser un niño a hacer cosas de hombre, a ser considerado una persona madura cuesta mucho. Así que en todo caso, hay que tener (mucha) paciencia.

Es posible que lo que le pase a tu hijo sea un signo de rebeldía y hartazgo frente al machaque que ha sufrido a manos de los monitores del Opus Dei. Lo que cuentas, no lo aguanta un marine hecho y derecho. Quizás tu hijo ha crecido en un ambiente donde el respeto a la autoridad es fundamental. En ese caso, se ve en la tesitura de romper con esa autoridad, sin saber bien cómo hacerlo, y viendo cómo se ha abusado de su confianza. Quizás también esté enfadado (y mucho) porque piense que sus padres le han metido en ese lío, o porque haya mandado señales que no habéis sabido interpretar.

No sé qué os dirá el psicólogo, pero yo le trataría como NO le han tratado en la Opus Dei: como una persona respetable. Es decir, le diría francamente que no queréis que se haga numerario, que no teníais ni ida de que le estaban machacando, y que vais a ponerles las peras a cuarto. Que si quiere, no volverá a clubes, colegios o campamentos del Opus Dei (yo le cambiaría de colegio sin pensarlo, pero desde luego le daría a él la opción).

Desde el punto de vista cristiano, le explicaría, que nada de lo que le han dicho es Evangelio, sino fanatismo vetero católico.

No sé si serviría de algo emprender una acción legal contra el Opus Dei. En el fondo, tienen los mejores abogados y probablemente te mareen. Quizás mejor sea la consejería de educación, que es gratis y algo harán.

Finalmente, me gustaría comentar que esos son los peligros del Opus Dei sociológico: el Opus Dei no se conforma, no ha cambiado sus esquemas, y siempre que pueda va a repetir la jugada. Clubes y colegios sólo sirven para perpetuar la ilusión de respetabilidad del Opus Dei, aparte de aportar recursos financieros para seguir con sus manejos.

Y lo mejor que puedes hacer, cuando tu hijo y tu situación familiar mejoren, es dar a conocer lo que has tenido que aguantar. No hay mejor publicidad que un cliente satisfecho.

Ramón