Leyendo el escrito de diplomaticbag: “La Obra y el dinero”, me vienen a la mente varios recuerdos y observaciones vividas cuando recibía formación en el Opus Dei o lo que llegaba a observar con los supernumerarios, que veía en el centro al cual acudía.

En el Opus Dei se tienen un amor impresionante al dinero, y éste no solo se le tienen al que pueden aportar los padres de los miembros de la Obra, sino de manera preponderante a aquellas personas que aun sin ser miembros, se les consideran importantes para la Obra en razón del dinero o estatus social y poder o una combinación de todas estas. Tenemos por ejemplo mi caso...

En todo el tiempo que estuve en el Colegio del Opus y en el club del centro, nunca me hicieron caso o me llamaron o invitaron a alguna actividad, y eso que mi padre había sido supernumerario y era hermano de uno de los primeros miembros numerarios de la obra en México, un numerario muy reconocido en el país. En esos años mi padre no era de dinero y pertenecía a un partido político de oposición, mismo que aún siendo el partido político con el cual el Opus es ahora con el que congenia, en esos años, los 80´s, el Opus solo congeniaba de dientes para afuera con dicho partido, puesto que todos sus "cooperadores" pertenecían al partido en el poder, un partido que en esa época era abiertamente anticatólico, pero poder es lo que le interesa al Opus. Todos los padres de familia o la inmensa mayoría eran personas de dinero y pertenecientes a la clase política en el poder. A ellos era a los que buscaban y trataban en el Opus, a ellos y a sus hijos.

Llegó la década de los 90's y el panorama político comenzó a cambiar. Mi padre fue invitado por el que en ese entonces era gobernador del estado a trabajar con él, con independencia que fueran de partidos opuestos. Este puesto traía mucho poder político, mismo que como acto de magia hizo que en el Opus Dei se fijaran en mí. El trato de ellos cambió mucho, invitaciones a comer al centro, círculos, formación, cursos, invitaciones a pitar porque era clara mi vocación, misma que días antes no existía. Esto duró un sexenio, mismo en el que no me pedían, me rogaban y decía claramente que mi lugar era ahí. Mas cuando escogí estudiar en la Universidad del Opus Dei, era como lo máximo para ellos. Además yo no quitaba dinero, al contrario, traía dinero, nunca estuve becado, todo lo pagaba yo. Era una situación ideal para ellos.

Llegaron los años 2000's, la situación política del país cambió de nueva cuenta, el partido de mi padre llegó al poder. Con esto, el Opus cambió abiertamente de partido, ahora ellos eran los elegidos y a los que se han dirigido en estos últimos 12 años. Me pregunto qué harán ahora, aunque lo estoy viendo ya, puesto que en este año el partido que gobernó en los 80 y 90 regresa al poder de la presidencia de la República, más aún, el presidente electo es egresado de la facultad de derecho de la universidad del Opus Dei, es decir, su primer ex alumno que ahora es presidente de México por los próximos 6 años. Ya están cambiando sus preferencias de nueva cuenta. Toda esa gente que despreciaron en estos 12 años, ya son queridos de nuevo.

En mi caso, al no haber aceptado todas sus insinuaciones, y al haberse mi padre retirado de la vida política, abiertamente un agregado me dijo que yo ya no era requerido.

El Opus Dei va moldeando sus ideas y catalogando a la gente como buena o no cristiana dependiendo del dinero y poder económico o político que ésta represente. En los 80's ser del PAN era indeseable (y eso que es un partido abiertamente "católico") pero ser del PRI, era sinónimo de buen cristiano, claro por el dinero (y este era un partido abiertamente anticatólico). El los 2000 el PAN en el poder hizo que el Opus se enfocara ahora a esta gente, los buenos cristianos. Ahora los buenos cristianos son del PRI, todo en base al poder y al dinero.

Algunos supernumerarios me comentan que no entienden cómo es que ellos y a sus hijos, por no ser de medios económicos, los tratan como de segunda y en cambio, a los económicamente bien posicionados, el trato es distinto.

Tuve de compañero, cuando trabajé en el colegio de varones, a un psicólogo al cual no le hacían mucho caso, no era de dinero. A los años, a este Psicólogo se le ocurrió estudiar en Navarra el Master en Familia que esa universidad imparte, lo cual hizo que se interesaran un poco en él, luego lo hicieron supernumerario, contrario a la costumbre de hacer gente (hombres) joven supernumerarios en Hermosillo (siempre deben ser numerarios). Este compañero maestro en el colegio, comenzó andar de novio con la hija del que en ese entonces era secretario de educación del Estado, una persona con dinero y poder. Se casó con la novia, y ahora es el director del Colegio.

Tuve un profesor en la facultad de derecho que en ese entonces también era el director del Centro de Estudios de la ciudad de Guadalajara, con el cual hacía una especie de charla fraterna, mismo que en mi época de "poder" me trataba con vehemencia. Ahora este profesor es el rector de la universidad. Hace poco acudí a verlo para ofrecerle a la universidad que organizaran un posgrado en unión con la empresa con la que trabajo. Su trato fue como si nunca me hubiera visto en la vida, o un poco peor. Me dijo que si haríamos el posgrado, que me enviaría con la persona indicada para comenzar el mismo. Saliendo de ahí, nunca más me ha contestado un correo. Claro, ya no aporto nada a la Obra.

Nunca