laotra_orilla :
“El día 5, fecha en que fue publicada la encíclica, se
dio también a conocer la aprobación pontificia del milagro atribuido a la
intercesión de don Álvaro, que abre las puertas a su beatificación, y también
del milagro que permitirá la canonización de Juan Pablo II. Me ha llenado de
gozo la singular coincidencia de estos dos actos pontificios en la misma fecha,
que veo como manifestación de la sintonía espiritual que existió entre aquel
gran Pontífice y mi queridísimo predecesor al frente de la Obra.”
Me llama mucho la atención que no haga ninguna referencia a la también
canonización de Juan XXIII, el Papa Bueno. Y la verdad tiene su historia: en la
obra, más concretamente, en la jerarquía de la obra, no
es muy bien visto. Es el Papa bueno, el cura de pueblo que vino a revolucionar la Iglesia tan adormecida de años y que iba
perdiendo influencia en el mundo moderno y él, por luz divina vio la necesidad
de poner a la Iglesia al día, “Aggiornarla”.
Cuando en los años 70 llegué el Colegio Romano a estudiar teología, si
de algo no se hablaba era del Concilio Vaticano II y si se hablaba de él, era
para descalificarlo. Me acuerdo de una frase contundente que escuché de uno de
los grandes profesores del Studium Generale: “Lo más grave que le ha pasado a
la Iglesia en los últimos años ha sido el Concilio Vaticano II”, así de
tajante. Y era tal la cosa que nunca
estudiamos los documentos emanados de dicho concilio y que ya hacía varios años
que habían sido publicados, y nos hacían ver que lo único importante que se
había dado había sido la intervención de D. Alvaro en la Lumen Gentium donde él había logrado introducir el espíritu de la
obra con lo de la “llamada universal a la santidad”. ¿Será verdad? No sé si
realmente fue así. Pero eso sí, el Vicario General del Opus Dei se da el lujo
de escribir un artículo sobre las grandes aportaciones de Escrivá al Concilio.
Me suena tan contradictorio, tan falso. Como siempre todo tan maquillado. Decía
el fundador que la obra no tenía “ni mancha ni arruga”.
Quizá muchos recuerdan aquella tertulia donde Escrivá hablando del
ecumenismo, cuenta que en una audiencia con el Papa Juan XXIII le dijo: “Su
Santidad, yo no aprendí de usted el ecumenismo, en el Opus Dei lo vivimos desde
el principio” y añadía: “y el Papa se reía y su barrigota se le movía para
arriba y para abajo” y lo ejemplificaba, lo cual me pareció en su momento y más
ahora una gran falta de respeto, poco digna de una persona santa y más referida
a un Papa, al “Dulce Cristo en la tierra” como tanto nos repetía.
Sí, al Papa bueno no se le quiere, y es por eso que ni se le menciona en
esa carta a la que hago alusión. Muchos recordamos haber escuchado a Escrivá
contarnos que cuando el Papa Paulo VI pidió que había que poner al día las
instituciones de la Iglesia, de acuerdo al pensamiento de Juan XXIII, él nos
dijo que no era necesario, que la obra estaba al día y que no era necesario eso
del “Aggiornamento”, que siempre estaría al día porque estaba en medio del (su)
mundo.
Hace un tiempo, charlando con una consagrada de las Teresianas de Ossó,
me comentó que ellas, contemporáneas de la obra, sí se habían “aggiornado” y
que les había llamado la atención esa decisión tan rotunda del fundador, el “no”
al “aggiornamento”. Y a la vuelta de los años nos damos cuenta de lo proféticas
de las palabras del Paulo VI, cuanta verdad encerrada en ellas. Era necesario
el cambio, el ponerse al día.
Y nos volvemos a mirar la obra y la encontramos totalmente desencajada
del mundo actual. Los únicos que se sienten a gusto en ella son los inseguros,
los que necesitan que les lleven de la mano para todo y que no los pueden dejar
actuar solos porque no han alcanzado la madurez para hacerlo y los grupos
elitistas (preferentemente en lo económico y las famosas “buenas familias”) que
han encontrado su nicho en la obra y se sienten a sus anchas ayudando
económicamente y recibiendo bendiciones por doquier. Me decía hace unos pocos
meses un Cardenal de la Iglesia: “el Opus lo único que hace es buscarse a 3 o 4
ricos, les saca el dinero y luego les tranquiliza la conciencia”, y añadía,”
eso lo he visto yo”.
Todo esto a propósito de la carta de agosto del prelado.
(Desde) La otra orilla
Publicado el Friday, 30 August 2013
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