Hace días estuve charlando por teléfono con una ex combatiente, de las que llevaban una cofia en la cabeza, :)) y me contó alguna anécdota real que vivió en sus tiempos de militancia opusina. Me dió permiso para contarlas, así que allí voy…

Media mañana en un centro de la sv (sección de varones), la administración ocupa la zona de la residencia atareada en labores de limpieza. El director pide a la administración que atiendan al técnico que vendrá a esas horas a arreglar el televisor. Sin problema. Llaman al timbre y sale a abrir la excombatiente. Tras los saludos y el anuncio del cometido por parte del técnico, todo normal.

- ¿Dónde está la televisión?
- ¡¡¡Ahh, pues no lo sé!!!.

Búsqueda por el cuarto de estar, hasta dar con ella encerrada en un armario. Dice el técnico

- Ponla en marcha…
- No tengo ni idea, dice la excombatiente. Mejor que la enciendas tú.
- Necesito la llave del tejado para ver la antena (prosigue el técnico) 
- Ahh, pues ni idea de donde puede estar. Mejor es que llames a algún piso y te la preste un vecino.

El técnico no respira, ni se la caen las orejas o los ojos al suelo, ¡vive de fe! Está seguro de que no ha fumado nada por la mañana (este comentario es mío) Arregla el aparato y al hacer la factura, pregunta el técnico:

- ¿Cuál es el nombre del dueño de la casa?
- Pues….no recuerdo, dice la excombatiente.

Técnico impasible. Cuando ella lo despide en la puerta, él le dice:

- Bueno, adiós y espero que se te pase pronto la diarrea mental que tienes.

Esto es una casa normal, de una familia normal, de gente corriente en medio del mundo, una familia que no necesita aggiornarse porque vive en plena actualidad. ::)).

Otra anécdota le sucedió sirviendo el comedor. En la mesa estaban hablando los numerarios y uno de ellos contaba que habían estado en un pueblo, pero muy pueblo, "de esos que los perros van por las calles"… Y ella, desquiciada por lo que oía, no pudo resistir, y dijo en alto: ¿y por dónde quiere que vayan los perros?

Por hoy basta. Seguro que hay un montón de estas en la vida de cualquier auxiliar. Espero os hayáis reído un poco. Un fuerte abrazo para todas esa benditas mujeres que siguen intentando la cuadratura del círculo allí dentro.

Carmen Charo